miércoles, 30 de enero de 2008

Siguiendo con Marechal

Es irrefrenable para mí controlar la sensación de que Marechal conoció a Bush.

Supongo mi misión la de recomendar enfáticamente su lectura ya que este escritor argentino del siglo XX es un admirable creador de focos discursivos para la polémica fecunda que ojalá pudiera ser preñada por las cavilaciones de mentes jóvenes (y no solo de edad hablo) y así parir las nuevas ideas tan necesarias que nos saquen de este pozo de modernismo neoliberal en que ha caído la parte de la humanidad que se dice civilizada.

Continuando con las citas de "La Autopsia de Creso" de Marechal, (ensayo en Cuadernos de Navegación) hoy les transcribo estos fragmentos donde describe a Creso, nuestro Hombrecito Económico y nos comenta de sus andanzas.

En el párrafo que sigue se define claramente:

"La propiedad es un robo"


21.- . . .
Reúna usted en imaginación todas las monedas y billetes del mundo, y tendrá una cantidad "abstracta" que significa, en potencia, la satisfacción "concreta" de todas las necesidades humanas en el órden corpóreo. Al acaparar la riqueza el Hombrecito Económico da en una l,ocura criminal: es una locura, pues, más allá de sus necesidades individuales, amontona él números abstractos y estériles, en sí; y es "criminal", porque la estéril "potencia" que acapara él significa, "en acto", el pan, el vestido y el techo del pobre que no los tiene. Así miradas las cosas yo no vacilaría en sostener que "la propiedad es un robo".

Mas adelante nos cuenta como cree él que la Babilonia de Creso trata al Arte y la Filosofía.


40.- Le diré (a su amido Velazco) ahora cómo la Filosofía (etimológicamente basada en el "amor a la verdad")entró en un tirabuzón parecido al de la ciencia. Sólo hay dos caminos a la Verdad: el de la Revelación (de orígen sobrenatural o "no humano" y el muy humanístico de la Razón, que bien ejercida por el hombre (vale decir con rectitud y amplitud) lo lleva "naturalmente" a la verdad o a sus gustosas aproximaciones. ¿Que destino le aguardaba, pues a la Filosofía en la era de Creso, en que la Revelación fue soslayada o negada y en que la Razón vivía el grado último de atrofia? En realidad a Creso no le interesaba la filosofía como no le interesó gran cosa el Arte (dos ejercicios que a su entender, "consumen" sin "producir"): he ahí por que razón el Arte y la Filosofía, en la era de Creso, dejaron de tener el "estado público" de que gozaban en épocas anteriores (recuerde usted a los filósofos de Grecia y a los artistas del medioevo).
. . . se convirtieron en individuos oficialmente "inútiles", y se aislaron con feroz dignidad en sus torres de marfil.


41.- Cerrados para el filósofo los dos camionos de la verdad . . . no le quedaba otro recurso que el de la "invención". Y el filósofo se dedicó a "inventar la verdad", sobre una base . . . que respondía a problemáticas individuales cuando no a simples y a veces angustiosos "estados anímicos" del ser que filosofaba.
. . .


Duro, polémico, definitivo, como toda su obra y dueño de una prosa remarcable, Marechal indudablemente ha leído, como pocos, casi todo lo que había que leer y luego se puso a decir lo que pensaba.
Hagamos lo nuestro.
¡Salud maestro!

domingo, 27 de enero de 2008

σιμβoλoν

Símbolo:

Del latín simbŏlum, y éste del griego σιμβoλoν, el símbolo es la forma de exteriorizar un pensamiento o idea más o menos abstracta.


"Quien controla el suministro de comida controla a la gente. Quien controla la energía puede controlar continentes enteros. Quien controla el dinero puede controlar el mundo" -. Henry Kissinger.

El alguna vez denostado y postergado en su reconocimiento por su adhesión, primero al nacionalismo católico y posteriormente al peronismo, nuestro Leopoldo Marechal (1900 - 1970), escribe con su prosa carácterística :



"El obnubilado Ayax, en este punto, entendió que su objetivo era también la defensa de tales instituciones, a cumplirse en un campo de batalla interno que hasta entonces no había conocido el soldado; lo cual implicaba la existencia de un "enemigo interior" , igualmente novedoso, que tenía que ser fatalmente un "hermano" suyo en la nacionalidad".


"De tal suerte vimos cómo el guerrero Ayax, bajo la tiranía del Hombrecito Económico, desprestigiaba su acero y ofendía sus laureles en tristes funciones de "policía interna" que a menudo lo llevaron al fraticidio".

Y luego agrega:

". . . ; y Ayax, al colaborar en esta obra, llegó al absurdo de convertirse sin saberlo (?) en un "traidor a la patria"

Continúa más adelante Marechal:

"Amigo Velazco, . . .
. . . , volveré a decirle que lo que estoy disecando no es un cuerpo sino una "mentalidad", la de Creso, universalizada por el Hombrecito en el transcurso de su reinado que agoniza".

"La autopsia de Creso - Cuaderno de navegación - Leopoldo Marechal". EMECÉ - 1995







domingo, 20 de enero de 2008

Guitarra Negra

El 17 de enero se cumplieron 19 años de la desasaparición física de Don Alfredo Zitarrosa.
Este autor y cantor Uruguayo acompañó buena parte de mi vida durante aquellos años de plomo.
Desde aquella época amé su canción y su decir, pero recién comprendí verdaderamente su arte cuando una vez, hace poco subí a un taxi en Montevideo y allí me encontré con Alfredo, ya muerto pero eternamente vivo en el espacio entre dos FM, una Pop y otra Rockera que el tachero yorugua le reconocía como propio.


Guitarra Negra
Letra y Música: Alfredo Zitarrosa

Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra...

Cómo haré para que sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mía. . . Cómo se toca tu carne de aire, tu oloroso tacto, tu corazón sin hambre, tu silencio en el puente, tu cuerda quinta, tu bordón macho y oscuro, tus parientes cantores, tus tres almas, conversadoras como niñas...

Cómo se puede amarte sin dolor, sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan... Cómo traspasarte mis hombres y mujeres bien queridos, guitarra; mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos...

Cómo entregarte todos esos nombres y esa sangre, sin inundar tu corazón de sombras, de temblores y muerte, de ceniza, de soledad y rabia, de silencio, de lágrimas idiotas...

Hoy anduvo la muerte buscando entre mis libros alguna cosa... Hoy por la tarde anduvo, entre papeles, averiguando cómo he sido, cómo ha sido mi vida, cuánto tiempo perdí, cómo escribía cuando había verduleros que venían de las quintas, cuando tenía dos novias, un lindo jopo, dos pares de zapatos, cuando no había televisión, ese mundo a los pies, violento, imbécil, abrumador, esa novela canallesca escrita por un loco... Hoy anduvo la muerte entre mis libros buscando mi pasado, buscando los veranos del 40, los muchachitos bajo la manguera, las siestas clandestinas, los plátanos del barrio, asesinados, tallados en el alma... Hoy anduvo la muerte revisando mi abono del tranvía mis amigos, sus nombres, las noches de café Montevideo, las encomiendas por la Onda con olor a estofado, revisando a mi padre, su Berreta, su Baldomir, revisando a mi madre, su hemiplejia, al Uruguay batllista, a Arístides querido, a mis anarcos queridos bajo bandera, bajo mortaja, bajo vinos y versos interminables...

Abuelas de la Plaza