Hace ya unos cuantos años, cuando cursaba una materia de grado de la carrera de Ingeniería Química tenía que rendir un exámen parcial que siempre consistía en aplicar una fórmula y un método de cálculo reiterativo y por aproximación hasta lograr que el resultado se mantuviera dentro el orden de error establecido por el método para darlo por correcto. Aquella enorme dificultad operativa obligaba a los estudiantes a pasar horas realizando cálculos reiterados usando una misma y única fórmula, era un método que al cabo inducía a cometer errores por cansancio y que en definitiva no servía para evaluar los conocimientos adquiridos sino mas bien se usaba para filtrar la cantidad de alumnos que aprobaban sin mayor esfuerzo por parte de los docentes.
En esa época ya hacía bastante tiempo que se había dejado de usar la antigua regla de cálculo para ser reemplazada por las calculadoras electrónicas de bolsillo. Aún con esta ayuda de la tecnología disponible todo el proceso de cálculo podía llevar un par de horas dependiendo de la agilidad y habilidad de cada alumno para aplicar los datos a la fórmula, digitar, obtener el resultado, tomar nota de ello, comparar el resultado con el entorno de error establecido y reitrar los cálculos una y otra vez. Vale decir que en general los finales eran en diciembre o febrero en aulas sin AC ni ventiladores y sobrepobladas. Te lo regalo.
Las calculadoras de por sí eran bastante onerosas pero como yo ya trabajaba y tenía un sueldo mas o menos interesante traté de comprarme lo mejorcito que había disponible en el mercado. Fue así que me topé con la recién lanzada Casio FX - 702P, una calculadora de bolsillo programable en lenguaje Basic sumamente potente y versátil que era la maravilla del momento.
Hay que señalar que en esos alños a mediados la década de 1980 no existían en nuestro país las computadora personales y internet ni cosa parecida. Apenas comenzaban a distribuirse las Sinclair, Comodore, Talent que eran equipos sumamente elementales.
De modo que sin dudarlo la compré una FX-702 P. Hoy esa calculadora usada puede conseguirse en ML por entre 16.000 y 30.000 pesos. Imaginen el costo en 1983. Eramos apenas un par de alumnos y profes en toda la facu que teníamos una de esas y que sabíamos manejarla.
La cuestión es que la programé para que resolviera esos problemas muy simples desde el punto de vista del conocimiento necesario pero con aquella secuencia de cálculo terriblemente larga necesaria. A partir del ingreso de cualquier grupo de variables propuestas como datos obtenía el resultado en cuestión de segundos.
UPS !!!! De pronto tomé consciencia de que el mundo había cambiado pero la mayoría no se había dado cuenta todavía, incluidos los profesores de aquella materia de la especialidad.
La cuestión es que presenté al exámen con mi calculadora programable y mi programa suficientemente probado y en pocos minutos resolví aquel problema incluyendo en la hoja el resultado y una explicación detallada de cómo lo había logrado junto con el diagrama de flujo y el programa codificado en Basic diseñado por mí a tal efecto.
Sumamente entusiasmado firmé la hoja, entregué y me dispuse a retirarme cuando la docente me retiene y me señala que no podía haber resuelto el problema tan rápido. Se entabló una discusión de resultas de la cual me reprobó y me acusó de haberme macheteado, tal cortedad mental de una profesional que a la sazón tendría mi misma edad. Me indicó que debía presentarme nuevamente el la siguiente fecha.
En febrero me presenté nuevamente por cierto con mi FX-702P. El exámen consistía en un problema similar al de diciembre solo que la batería de datos era diferente. En esta ocasión repetí lo que había hecho anteriormente y se reiteró aquella desagradable situación.
Para no alargar la historia les cuento que por fin logré que aquella profesora entendiera que yo había estudiado y entendía cabalmente la materia y que ella simplemente se había quedado anclada en el tiempo mirando pasar el avance tecnológico. Le expliqué que era necesario que cambiara los modos de evaluar y que debía capacitarse en el manejo de las nuevas herramientas informáticas aplicadas a su especialidad si no quería quedar obsoleta ella misma en poco tiempo.
La tecnología no es ni buena ni mala, simplemente "ES". Lo que importa es los que hacemos con ella.
Hoy el debate está centrado en el inminente y extendido uso de la IA en diversos ámbitos y leemos por allí que hay instituciones que la prohiben o censuran y muchos desarrollan enfáticas parrafadas criticando la misma existencia de la IA y advirtiendo de los enormes peligros asociados.
Otra vez, la tecnología no es ni buena ni mala, simplemente "ES". Lo que importa es lo que hacemos con ella.
Para el monito que toma una ramita, le quita las hojas y con ella escarba un hormiguero para atraer a las homigas y devorarlas, esa tecnología le resulta muy útil al monito ... para las hormigas no tanto.
nota: igual por ahora no hay porque preocuparse, la IA atrasa bastante aún, es mas avanzada mi vieja Casio con sus casi 40 años.
Hasta la próxima.