jueves, 13 de diciembre de 2007

Nef des vous - EL QUE COMENZÓ POR COMERSE LAS UÑAS

De todos los navíos novelescos o satíricos el Narrenschiff (Brandt – 1497) es el único que ha tenido existencia real, ya que sí existieron esos barcos que transportaban de una ciudad a otra sus cargamentos de insensatos.

Encerrado en el navío de donde no se puede escapar, el loco es entregado al río de mil brazos, al mar de mil caminos, a esa gran incertidumbre exterior a todo. Está prisionero en medio de la más libre y abierta de las rutas: está sólidamente encadenado a la encrucijada infinita.

¿Por qué hacia el siglo XV aparece tan bruscamente en la literatura y la iconografía la formulación del tema?

¿Porqué nace un día, un día preciso, esta barco?

A partir de ese momento, la separación ya está hecha, la visión cósmica y la reflexión moral, la tragedia y la crítica irán separándose cada vez mas.

Por un lado habrá una Nave de los locos, cargada de rostros gesticulantes, que se hunde poco a poco en la noche del mundo y por el otro habrá una Nave de los locos que forme para los sabios la Odisea ejemplar y didáctica de los defectos humanos.

Por un lado la fuerza primitiva de la locura, revelación de que lo onírico es real, por el otro la locura que queda atrapada en el universo del discurso, se refina, se desarma. La que desaparece cuando aparece lo esencial, la justicia y la verdad.

M.Foucault, Fragmentos de “La nave de los locos”, Primera parte, Stultífera Navis

Me pregunto, ¿cuál será mi Nef des fous?

¿Por qué mares estoy navegando sin tener consciencia, qué puertos me están negando la entrada, qué marinos custodian mi locura, quienes son los que me acompañan en mi viaje sin final?


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Hablando de locos, les adjunto para deleite de finas sensibilidades otro poema de Javier Villafañe

EL QUE COMENZÓ POR COMERSE LAS UÑAS


Empezó por comerse las uñas

después se comió las manos

el codo

la espalda

el vientre

las rodillas

los pies

Se quiso ir

y se buscaba en la silla

debajo de la mesa

en el ropero

detrás de la puerta

en la sombra de la pared

en la calle

y no estaba.


de "El gran paraguas, Ed. La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1965



lunes, 10 de diciembre de 2007

ESA MUERTE NUNCA DEBIÓ OCURRIR


La crónica dice que hoy por la mañana fue encontrado muerto el represor, torturador y genocida Héctor Febres, en la habitación de la base de la Prefectura Naval en Tigre donde estaba detenido.

Parece que el criminal que estaba siendo juzgado tenía antecedentes de problemas cardíacos. Los guardia-cárceles lo encontraron muerto en su cuarto cuando entraron a las 10.30 de la mañana, extrañados porque no había salido a desayunar.

El próximo viernes iba a recibir sentencia.

No tendría que haber muerto.

Es la peor noticia que podríamos haber recibido. Lo lamentamos profundamente.

La muerte del ex prefecto será investigada. La querella sostiene que se deberá constatar si fue muerte natural o violenta.

Todo es posible y deberá investigarse, pero natural o violenta ESA MUERTE NUNCA DEBIÓ OCURRIR.

El delincuente genocida, para el caso, infame traidor a la patria, alias “Selva”, quién ensució el uniforme que le dimos para defender a nuestra sociedad con la sangre de los jóvenes, mujeres, niños, ancianos, que secuestró, torturó, asesinó y les robó desde la identidad hasta sus bienes; ese mismo “Selva”, decíamos, con su muerte natural o violenta, se va de este mundo sin ser juzgado, sin ser condenado y sobre todo sin confesar el destino de los niños que aún hoy están siendo desaparecidos por él.

Es terrible, ya que el crimen seguirá cometiéndose cada día mientras él ya está muerto.

El robo de identidad, la desaparición de esas personas que nacieron en cautiverio es un delito que cada día ocurre nuevamente.

Cuando esos bebés, ahora hombres y mujeres, se despiertan cada mañana siendo otros y no los que debieron ser, el crimen se comete nuevamente como un mítico ritual demoníaco.

Cuando alguno duda ante el espejo y ve que sus rasgos no coinciden con los de papá y mamá, cuando se dicen a sí mismos que nunca se harán un examen de ADN, el crimen se perfecciona.

Cuando esos desaparecidos cotidianos reflexionan y concluyen que esa mamá y ese papá no pueden ser apropiadores de bebés, el drama alcanza su máxima intensidad y el verdugo ya muerto sonríe y goza del placer perverso de su obra cumplida.

Cada niño nacido en cautiverio es hoy un hombre o una mujer que permanece desaparecido bajo una identidad falsa y representa el éxito del trabajo inmundo del sucio represor, éxito que nos insulta cada día.

Mientras no se hayan recuperado las identidades de todos esos niños, nuestra sociedad no podrá construir nada bueno, nada sano, nada.

Queda por agregar que para algunos de nosotros que creemos en el arrepentimiento y el perdón como herramientas fundamentales para la convivencia humana, en su huída final, Héctor Febres nos robó también la posibilidad de perdonar, ya que él nunca podrá arrepentirse y sin su arrepentimiento, el perdón no tendrá lugar.

Esta es otra consecuencia de la impunidad.




sábado, 8 de diciembre de 2007

Diez días y ahora el poeta

Diez días han pasado desde el 28 de Noviembre cuando subimos las fotos de la ESMA. Decidimos que esas fotos del horror que camina cada día con nosotros por las calles debían quedar allí por mas tiempo. Diez días. El crimen cometido se comete hoy y en cada uno de los días futuros en que cada uno de los mas de cuatrocientos niños nacidos en cautiverio y apropiados sigan desaparecidos.
Sepamos que aún hoy siguen siendo buscados por sus familias y que ellos son los desaparecidos de hoy.
El crimen está siendo cometido en este mismo instante a nuestro lado y así será hasta que todos y cada uno de ellos sea encontrado.
Hasta que sus familias sepan de sus destinos y hasta que ellos decidan qué hacer con la verdad de sus vidas.
Mientras tanto el crimen se comete delante de nuestras narices cada día desde hace mas de treinta años. Ahora ya es tiempo de cambiar, la vida continúa, crecemos, envejecemos, pero ni nosotros ni las generaciones que vienen detrás nuestro vamos a olvidar y mucho menos a perdonar a quienes no se arrepienten y persisten en su vocación de hacedores de horror y muerte.
Nada se construye sobre la mentira y el ocultamiento pero sobre todo nada se construye con perdón sin arrepentimiento.
Juicio y castigo a todos los culpables
Con vida los llevaron, con vida los queremos.
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El Poeta














Señoras señores niños

Caballeros empleados de tienda
Jueces prestamistas gerentes coroneles hacendados doctores
Aquí está en la jaula
Cantará para ustedes
Lo que ustedes quieran que cante
Con la música que ustedes quieran
Hasta sin música para que bailen
Pueden traer una orquesta

Un director de banda
Y si lo quieren ver en la torre de marfil
Aquí lo tienen
Pálido flaco hambriento
Con el perfil que más les guste
Comiendo cuartillas a la tinta (héchele un poco de sal, señorita)
O caminando descalzo por la calle (déle sus zapatos viejos, ingeniero)
O desnudo (déle el traje que iba a darle al jardinero, señor farmacéutico y la camisa después de haberle sacado los botones su señora esposa)
No ve el sol
No ve la luna
Le pincharon los ojos con un escarbadientes
Se pasea con toda libertad en la jaula
Puede leer a los clásicos
Puede leer en griego y en latín Pronunciar conferencias en bibliotecas y universidades
Salir fotografiado en los diarios con su cara y su sonrisa de momia
Pero cuidado cuidado cuidado
Que no se entere de lo que pasa en su casa, al lado de su casa
Enfrente de su casa
Que no vaya y vea un arrozal, una mina, un ingenio, un asilo
Donde pare la mujer del tambero
Que no salga de la jaula de la torre de marfil
Puede perder su editor
Las becas, los premios, las condecoraciones
La silla propia
El árbol propio
Lo que ganó a crédito escribiendo
Con los ojos pinchados con un escarbadientes
Con las manos atadas
Y la lengua atada
Mudo cantando
Damas caballeros y niños
Salven al poeta y la poesía
Hagan guardia
Cuiden la torre de marfil
La jaula
No lo dejen salir
Porque lo matan

Javier Villafañe
Gran maestro titiritero

de "El gran paraguas", Ed. La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1965




Abuelas de la Plaza