Acerca de la propuesta de movilidad previsional que se enviará a la Comisión Bicameral de Movilidad Previsional
Es significativa la campaña que los sectores de la oposición al gobierno de Alberto Fernández desataron contra la nueva fórmula de movilidad que regirá las actualizaciones de las jubilaciones y pensiones desde Marzo 2020 y que es esencialmente la misma que regía hasta que el gobierno de Macri la eliminó generando una crisis previsional de proporciones. Los periodistas militantes del conglomerado de medios hegemónicos como José Del Río en La Nación y otros de la misma calaña, se regocijan anunciando que la nueva fórmula representa un ajuste encubierto de las asignaciones. En este sentido por supuesto también están alineados todos los representantes de JxC en el Congreso tal como lo anunció Mario Negri, presidente del interbloque y se suman a la misma campaña elementos marginales de la derecha mas extrema como Miguel Boggiano entre otros. En esa misma bolsa previsiblemente encontramos a los representantes de la llamada izquierda que ya sabemos que no son tales, como N. Del Caño entre otros especímenes similares.
Pero nada de esto sería novedad, sabemos del accionar anti popular de todo estos sectores que buscan esmerilar la imagen del gobierno de AF CFK con el objetivo de menguar su caudal político y desplazarlos del gobierno como objetivo de máxima.
El problema que tenemos no está allí sino en el triste hecho de que hay muchos compañeros y simpatizantes del gobierno del FdT que, ya sea por ignorancia, por ansiedad, por impaciencia o por falta de una mirada política mas amplia salen a las redes a criticar duramente lo que sostienen que es un ¨ajuste ¨ a los jubilados coincidiendo con las críticas opositoras y dándoles volumen. No deberíamos cometer tales desaciertos.
Comencemos por el principio ... es decir por el análisis del milagro de la fómula de JxC que durante el período 2016/2019 logró el logro de lograr la baja de los valores reales de los haberes jubilatorios pero que además los hizo impagables, una bomba que ahora debió desactivar Alberto Fernández, con el agregado del asalto a los fondos del FGS haciendo que se pierda el 50% de esos ahorros de todos los jubilados creado por CFK. Estos delincuentes amarillitos generaron el déficit mas alto de la ANSES en los últimos 20 año. Vale señalar que esa fórmula llegó a producir esos resultados combinando un 70% de IPC ( inflación) con un 30% de RIPTE (salarios) además del atraso de un semestre para la consideración de los respectivos índices de ajuste en un contexto recesivo e inflacionario con un persistente atraso en las asignaciones de los trabajadores.
A la luz de los resultados objetivos de la regulación implementada durante la pandemia macrista podemos entonces asegurar que aquella fórmula que sí incluía el IPC (inflación) solo sirvió para perjudicar a los jubilados y en realidad no fue un error sino que era el verdadero ajuste previsional en el marco de una política de estado que estaba diseñada en su totalidad para enriquecer a los ricos a costa del empobrecimiento de los menos favorecidos.
En cambio la nueva fórmula propuesta ahora por el gobierno que ajustará los haberes jubilatorios dos veces por año, en Marzo y en Setiembre, no incluye al IPC como factor de ajuste y en cambio se compone de un 50% de la evolución del RIPTE es decir la evolución de los salarios y un 50% de la evolución de la recaudación total de ANSES. Para el índice de setiembre se tendrá en cuenta una cláusula de regulación que significará un tope a los aumentos anuales que no podrán superar al crecimiento de los recursos totales de ANSES. Este tope estuvo vigente entre 2009 y 2017 y
es para garantizar la sustentabilidad del sistema de seguridad
social, evitando que los gastos crezcan sistemáticamente más que los
recursos y el déficit previsional crezca sin control como sucedió entre
2016 y 2019 llevándo al sistema a una seria crisis financiera.
Si se consideran los valores de las proyecciones incluidas en el presupuesto 2021 se estima para marzo una suba del 11,9% y en septiembre del 18,2% lo cual representa una recuperación del poder adquisitivo de los haberes jubilatorios superior al que se calcularía con la fórmula anterior. Si se incluyera el factor IPC en un contexto de inlación decreciente solo sería perjudicial para los jubilados.
En conclusión, si bien no existe la fórmula ideal ésta es la mejor posible siempre y cuando se pueda lograr un crecimiento con inflación baja o manejable en el mediano plazo. Exigir la inclusión del factor IPC no solo es jugar en contra de los intereses del sector sino que además es apostar al fracaso de las políticas que se están implementando para la recuperación de la economía.
Para ampliar sobre el tema es interesante la lectura de la nota publicada ayer en iProfesional respecto de este tema así como la de Fernandez Pastor publicada el 14 de setiembre pasado en P12.
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