Leemos hoy en el suple de psicología de Página12 una interesante nota ...
Para el experimento, nuestros alumnos consiguieron voluntarios a los que les presentaron un video de un partido de básquetbol: les pidieron que contaran la cantidad de pases que hacían los jugadores de blanco, pero que ignorasen los de los de negro. El video duraba menos de un minuto, e inmediatamente después de finalizado les preguntábamos cuántos habían contado.leer la nota completa aquí
La respuesta correcta, creemos, era 34 o tal vez 35. Para ser honestos, no importa. La tarea de contar los pases tenía como objetivo mantener al observador ocupado en algo que requería atención a la acción que se desarrollaba en la pantalla, pero en realidad la habilidad para contar pases no nos interesaba.
Lo que estábamos testeando era otra cosa: promediando el video, una estudiante disfrazada de gorila entraba en la escena, se detenía entre los jugadores, miraba a cámara, levantaba el pulgar y se retiraba, luego de haber permanecido alrededor de nueve segundos en pantalla.
Después de preguntarles a los sujetos acerca de los pases, les hicimos las preguntas más importantes:
–¿Notó algo inusual mientras contaba los pases?
–No.
–¿Notó alguna otra cosa, además de los jugadores?
–Bueno, había algunos ascensores y unas letras “s” escritas sobre la pared. No sé para qué estaban esas letras “s”.
–¿Notó a alguien además de los jugadores?
–No.
–¿Notó un gorila?
–¡¿Un qué?!
Para nuestra sorpresa, ¡alrededor de la mitad de los sujetos de nuestro estudio no había notado el gorila! Cuando volvieron a mirar el video, esta vez sin contar los pases, lo detectaron fácilmente y quedaron atónitos. Algunos dijeron: “¿No vi eso?” o “¡No puede ser!”. Algunos nos acusaron de cambiar la cinta cuando no estaban mirando.
La experiencia narrada hace evidente la necesidad de repensarnos a nosotros mismos cuando muchas veces expresamos de manera enfática y hasta totalitaria por "conocer la verdad de los hechos al haber sido testigos presenciales".
Lo terrible ocurre cuando desde ese lugar construimos un convencimiento casi fanático y razonamos en consecuencia tomando decisiones cotidianas que impactan sobre otros.
En particular me pregunto, ... ¿Cuántos de nosotros, cuantas veces no vimos al gorila?
Hasta la próxima.