lunes, 14 de abril de 2008

Las retenciones a las exportaciones y el conflicto del campo

Después de tantas tonterías redactadas y relatadas por la inagotable manada de "tarados funcionales" como los define el maestro Aliverti, que sólo saben repetir como loros los conceptos que otros "inteligentes oportunistas" ponen, tiernamente procesados, al alcance de sus manos y bocas generalmente desconectadas de sus respectivos cerebros, hoy recibí en mi casilla de correo una "cadena" con algo que sirve, algo que no es desechable.

Información seria, presentada en forma severa y respetuosa. Con un contenido y un discurso obviamente, definitivamente, orientado políticamente (como todos sin excepción) pero a diferencia de la basura que estamos acostumbrados a recibir a través de "los medios", en este caso además de recibir algo inteligente, no se esconde la mano después de lanzar la opinión.

Es bueno cuando uno siente que puede opinar, disentir, apoyar, debatir, refutar, es bueno cuando uno siente que puede mirar a los ojos del que le habla y ve que este está claramente definido y sobre todo que aporta su opinión basado en un soporte razonable y serio.

No es el caso de estar siempre "de acuerdo" ni de pretender escuchar solo lo que "nos gusta", lo que tiene de valioso este testimonio no es que "suene lindo" o "que sale por la tele", o que muchos estén de acuerdo. Lo valioso es que aquí se analiza la realidad sobre la base de información medianamente seria y sobre todo aplicando racionalidad y lógica por encima de la intención política explícita.

Les anticipo el encabezado y los dejo sobre el camino . . .

Una contribución del "Ateneo Arturo Jauretche" para esclarecer el debate e indagar en un problema que nos involucra a todos.

http://ateneojauretche.blogspot.com/2008/04/las-retenciones-las-exportaciones-y-el.html.

Contenido
  • Aportes para la discusión
  • Claves para su comprensión
  • Verdades y mentiras
  • Lo que los medios no dicen
  • El detonador del conflicto
  • ¿Qué sabemos sobre el conflicto?
  • ¿Qué son las retenciones?
  • ¿Qué efectos tienen las retenciones?
  • ¿Las retenciones son un impuesto "distorsivo"?
  • ¿El "campo es quien más produce para el país?
  • ¿El "campo" es quien mayor esfuerzo hizo en estos años de recuperación económica?
  • ¿El "campo" ya paga un montón de impuestos, como para que ahora le pongan retenciones?
  • ¿Si la soja se exporta en su totalidad, entonces debiera tener menores retenciones?
  • ¿Es injusto que sa hayan aumentado las retenciones después de que los productores hubieran decidido qué sembrar?
  • ¿En el "campo" lo más importante son los chacareros y los pequeños productores, y lo de la "oligarquía terrateniente" es un mito?
Algunas respuestas y datos para avisparnos contra las nuevas zonceras que nos quieren vender.

Para leer el artículo completo publicado el 4 de abril en www.ateneojauretche.blogspot.com a modo de presentación clickear aquí
Y ahora, ya que estamos, para los que no saben quien fue Arturo Jauretche
fundador de la FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) y puedan ir conociéndolo, les trancribo una de sus tantas sabias y visionarias declaraciones:

"Desde Otawa, y ahora ya definitivamente en Inglaterra, en el Mercado Común Europeo y en los Estados Unidos el comercio internacional no se rige más por el precio. Ningún gran país practica ya la política liberal con su mercado abierto de intercambio regido por los costos, y así el liberalismo es sólo una mercancía de exportación para los países ultramarinos regidos por cipayos que difunden esas zonceras para trampa de los zonzos".

Las dos caras del liberalismo argentino: progreso y antiprogreso. 1967.
Escritos Inéditos - Corregidor 2002.

Sí queridos lectores este político y pensador argentino podía ver algo mas allá de sus narices, en el año 1967 describe lo que hoy, cuarenta años después, es una obviedad para todo aquel que tenga un par de dedos de frente.

Salud Don Arturo !!!

lunes, 7 de abril de 2008

Banalización del debate

Agarrarse al comentario de CK sobre el dibujito de Sábat y poner gritos en los cielos es simplemente utilizar la ya famosa estrategia del Tero (Belonopterus cayennensis lampronotus) que cuando ve amenazado su nido, por un lado grita y en otro pone los huevos.

Ellos, los consabidos teros sin plumas de nuestra pampa, son los que sostienen que debemos encontrar la quintaesencia del mal, la inquisición nuevamente desencadenada, la persecución mortal del opositor y que la señora presidenta viene a ser un nuevo demonio con cola y todo enseñoreado por Avenida de Mayo, son los generales mediáticos golpistas y sus obedientes subalternos y acólitos en general, en definitiva los neo-gorilas, si es que un gorila puede llamarse neo.

A su servicio, conscientemente o no, están todos aquellos disciplinados y sumisos consumidores de basura mediática, ellos son en definitiva el hato de ingenuos que rápidamente pasarán de hecho a formar parte de las víctimas civiles e inocentes que los generales mediáticos mandan al frente de batalla y que valientemente hoy salen a poner el cuerpo en la heroica lucha por la defensa del nuevo y fugaz icono de la libertad, el "Pícaro Sábat" cuya cotización se verá sustancialmente incrementada gracias a la nada despreciable publicidad del producto que fabrica (él mismo).

Personalidades esbozan defensas, desagravios, expresiones solidarias, etc. muy interesante fenómeno por el cual disimulado detrás de una "muy plausible obra de bien" se construye un discurso de crítica hacia la presidenta en ejercicio a quién está tan de moda golpear por banalidades de menor importancia como por ejemplo la marca de su cartera.

Adelante Argentinos, dibujitos y carteras de moda esa es la discusión.

Seamos claros, si discutimos banalidades terminamos siendo banales y por lo tanto estaremos construyendo una sociedad banal. (miremos un minuto a nuestro alrededor por favor).

Una verdadera y necesaria discusión, por ejemplo la de la justa distribución de la riqueza que se produce en suelo argentino en todas sus formas, esa discusión no se da, se soslaya, se evita, en definitiva se prohíbe.

Y de esa censura no se habla. No seriamente en los medios por lo menos.

De la imposibilidad de miles y miles de argentinos de acceder a los mas elementales bienes y servicios como alimento, vivienda, educación, salud, de eso no se habla realmente. De cómo en los últimos 20 o 30 años nuestra sociedad empeoró todos sus índices de bienestar humano de la mano de los modelos que nos fueron impuestro y/o aceptamos mas o menos sumisos.

De la responsabilidad que todos tenemos, SÍ dije "TODOS", respecto de la violencia social desatada que significa la sola perdurabilidad e incremento cuali y cuantitativo de esas carencias sociales, de eso no se habla.

Nadie, a nivel mediático postula abierta y seriamente una discusión pública inmediata con desagravios, acciones solidarias y propuestas concretas respecto por ejemplo de la existencia de "las pirañas" esos niños armados que en gran número aparecen y desaparecen fugazmente arrebatando lo que encuentren a su paso y que asolan ya no solo barrios marginales del primero y segundo cordón del Gran Buenos Aires sino que llegan a algunos barrios de la Ciudad de Buenos Aires .

No veo marchas multitudinarias con cacerolas y banderas, ni escucho voces públicas y mediáticas como no sea las de unos argentinos para pedir la aplicación de más violencia institucional asesina sobre esos otros argentinos.

No escucho a sectores con verdadero poder político, económico, militar, espiritual, sectores de la producción agrícola o industrial, de las empresas extranjeras como alguna telefónica o un pool agroexportador, no escucho de parte de los verdaderos dueños de la riqueza algo mas que el silencio en el mejor de los casos y sí mayormente un cerrado discurso único en respaldo de todo aquello que hace a garantizar y favorecer el modelo de acumulación irrestricta de la riqueza en pocas manos.

Ninguno de ellos sale al ruedo a decir que ese modelo es la causa y "las pirañas" son el efecto.

Ninguno de ellos lo hará. Habrá que hacer fuerza mucha fuerza para cambiar eso.

Pienso que ese es un verdadero debate que nuestra sociedad podría proponer hoy.

No perdamos mas tiempo con banalidades.

Al fin y al cabo él es como declaró ". . . .un periodista que dibuja, nada más" en definitiva al que le guste Sábat que vaya y lo mire y al que no no.







jueves, 3 de abril de 2008

Sobre la política de la provocación

A continuación se reproduce un artículo de Ezequiel Meler publicado en Rebelión el 3/4/2008 que arroja buena luz al momento de describir los sucesos ocurrido en nuestro país en los últimos días y algunas consideraciones sobre los protagonistas.



Foto 17 de octubre de 1945
Galería El Peronismo / Canal Encuentro




Las parábolas de Beatriz Sarlo

“La indignación que el peronismo le produce a las capas medias es histórica, y yo calzo hoy los zapatos de mi padre… tratando de no repetirlo”[1] Beatriz Sarlo, en 1994.

He leído, no sin asombro, la nota publicada por Beatriz Sarlo en el diario La Nación, el jueves 27 de marzo de 2008[2]. Debo decir que aún hoy, casi siete días después, me resulta difícil compatibilizar el discurso que emana de la nota con la firma y, aún más, la historia personal de su autora. Estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras en los años sesenta, militante de larga trayectoria en el peronismo revolucionario y el maoísmo, Sarlo se identificó, desde los años ochenta, con la persistencia arquetípica de una figura intelectual -en el sentido fuerte, francés, del término- de neto tinte progresista. Punto de Vista, la revista de la cual fue referente principal, perduró, durante muchos años, como un ámbito de debate insoslayable, de crítica, de reflexión polémica. Varios años después, ya alejada de los claustros, Sarlo ha cambiado el “Mao y Perón, un solo corazón” de su juventud por el “Videla, volvé” de las clases medias, exasperadas por el triunfo electoral del peronismo. Sin lugar para la razón, su nota cierra toda una travesía intelectual, que va desde el socialismo revolucionario hasta la derecha golpista, pasando, eso sí, por el alfonsinismo.

Vale la pena hacer un repaso de los acontecimientos que Sarlo, más que relatar, maltrata y amaña. Tras una jornada cargada de tensión, y con pocos minutos de antelación al inminente discurso presidencial, el martes 25 de marzo se conoció, por todos los medios de comunicación, la decisión de las corporaciones que agrupan al grueso de los productores agropecuarios de ratificar, tanto la continuidad del lock out, como –más grave aún- los piquetes que cerraban el camino a los transportes de alimentos para el abastecimiento de las ciudades, eso sí, por tiempo indeterminado. Pese a ello, Cristina Fernández de Kirchner, sin lugar a dudas en su hora más difícil, había elegido salir a la palestra.

En un discurso fuerte, que marcaba a las claras el carácter político de la conducta patronal, así como la complicidad de buena parte de la oposición derrotada en octubre, la jefa de Estado había ratificado su política de ingresos, y en especial, el sistema de retenciones móviles, que garantiza que la estabilidad de precios relativos en el país no se vea afectada por las rápidas fluctuaciones en el mercado mundial de granos. La frase más fuerte fue, desde luego, para el doble discurso de las entidades agropecuarias, en teoría embarcadas en una negativa conjunta a comercializar su producción exportable. Al respecto, señaló la presidente: “Entre el 13 y el 23 de marzo han salido exportaciones por 402 millones de dólares […] La huelga me parece que se la están haciendo a los argentinos, porque las exportaciones siguen viento en popa”. Mientras se exporta maíz, denunció la presidenta, “se mueren los pollos argentinos y veremos también crecer el precio de los mismos […] A algunos, tal vez, les gustaría que lo que comen los argentinos, a precios argentinos, poder exportarlo y tener mayor rentabilidad.”[3]

Apenas culminado el discurso, en muchos barrios pudientes de la Capital comenzaron a sonar cacerolas. En un patético revival de las trágicas jornadas de diciembre de 2001, parte de la clase media alta movilizaba, detrás de las banderas del campo, sus odios de clase y, en especial, su visceral antiperonismo. De modo nada serio, se escuchaba el “Que se vayan todos”, y tanto los más como los menos exaltados pedían la renuncia de la presidente asumida el diez de diciembre. En ese escenario caldeado, aparecieron columnas de militantes peronistas, con el dirigente piquetero Luis D´Elía a la cabeza, para manifestarse a favor del gobierno. Después de algunos forcejeos, y una o dos trompadas, a mi entender muy bien puestas, la plaza quedó en manos de los grupos oficialistas, quienes tuvieron el buen gusto de quitar las banderas con leyendas del tipo “Videla, volvé”, colocadas allí por sus ilustrados predecesores.

En su nota, Sarlo se las arregla para ver el mundo al revés, cosa que no es de extrañar si atendemos a su nada consecuente derrotero intelectual, de casi trescientos sesenta grados. El relato que enhebra no deja lugar para la actitud de las corporaciones, analiza el discurso presidencial como parte de “un dispositivo político” centrado en la provocación, y elige tachar de violentos, no a quienes buscaron y buscan, por cualquier medio, desestabilizar al gobierno constitucional, sino a quienes se manifiestan por la vigencia irrestricta de la democracia. Llamativamente para alguien de su talla, que ha dedicado su vida al análisis del discurso, Sarlo cae, una y otra vez, en todos los lugares comunes del antiperonismo clásico: el elogio del espontaneísmo como valor propio de “la gente” -en rigor, de las clases medias ilustradas- frente a la “organización” de los piqueteros “kirchneristas” -quienes, en rigor, hace rato que no cortan rutas, y que nunca pusieron en peligro, por otra parte, la circulación de la economía o la estabilidad de las instituciones-, la atribución de la “provocación e impunidad” a quienes, en todo caso, responden con su conducta “patotera” a los enemigos jurados de la democracia, etc. Para Sarlo, al parecer, desabastecer a las principales aglomeraciones urbanas, como expediente de un litigio iniciado –eso nos dicen- por la distribución de la renta agraria, no sólo no merece comentario, sino que es digno de apoyo.

No obstante, lo que más me llamó la atención de la operación lingüística operada por Sarlo fue el párrafo que le dedicó a Cristina, quien resultó imputada como autora intelectual del desalojo de los caceroleros golpistas de Barrio Norte. La madre de todas las perlas fue este sencillo comentario: “Se dice que Cristina Fernández habla bien. Su discurso no lo prueba, si hablar bien significa algo más que hablar de corrido, no vacilar ni confundirse con los tiempos de los verbos.”[4] Más arriba, en un casi seguro recurso literario, Sarlo le hace decir a una de las manifestantes con las que tuvo tiempo de dialogar: “No creo que esta mujer haya sido una dirigente política en su juventud, porque yo estaba en la política y discutir con los JP era difícil. Había que ganarles, mientras que esta mujer me parece que nunca le ganó a nadie una mujer mano a mano”[5].

Cualquiera que tenga unos años sabrá reconocer, casi con una sonrisa, el arsenal discursivo que desempolva Sarlo: es el tono de rencor que las mujeres de alta sociedad reservaban para Eva Perón, “la Eva”, la primera de todas que se animó a ser “Esa mujer”. Es, también, como lo ha señalado recientemente Marta Dillon, el rencor ante la potencia femenina de otra mujer peronista, que tal vez, lo haya merecido menos –vaya uno a saber-, pero que hoy decide, con inteligencia, pasión y energía, sobre el destino de todos los argentinos. Gran revolución cultural, la de Sarlo: Mao estaría orgulloso.

Hoy, el pueblo argentino ha manifestado, en millares de voces, en decenas de plazas y ciudades de todas las provincias, su apoyo al gobierno nacional. La manifestación principal, en Plaza de Mayo, retoma la tradición peronista de la movilización masiva como herramienta de participación. Mañana, seguramente, aparecerán los denostadores: que la gente estaba paga –porque los que pelean por la redistribución de la renta lo hacen por amor al arte-, que movilizaron con camiones –en vez de ir caminando, como en 1945-, que los que fueron no laburan, que no son los verdaderos “representantes del pueblo”, etc. Ya lo conocemos. Ya lo hemos escuchado anteriormente. Llevamos cincuenta años escuchando la misma tozudez, recibiendo la misma violencia, verbal y física. Bien lo sabe Cristina, que hoy recibió el pañuelo de Hebe de Bonafini, tal vez, en recuerdo de todos aquellos compañeros a los que nadie les podía ganar la discusión, y que acabaron muertos. Bien lo sabe Sarlo, con toda su crispación, relegada a las columnas del diario de la oligarquía por excelencia. La fantasía de una “República” sin las “masas ignorantes”, sin los “esclavos del clientelismo”, se termina cada vez que vamos a las urnas. Antes, después, y en el medio, es más de lo mismo. Da pena que el país no pueda avanzar en medio de una coyuntura internacional tan favorable. Pero mientras algunos pocos sigan sin entender que, con todos los derechos del caso, se tienen que bancar ser la minoría, no vamos a cambiar. Seguiremos sumidos en la violencia, fruto de la intolerancia de los supuestos dueños del país, que creen ser también los dueños del logos.


[1] Beatriz Sarlo, entrevista citada de Hora, Roy; Trímboli, Javier: Pensar la Argentina. Los historiadores hablan de historia y de política, Buenos Aires, El Cielo Por Asalto, 1994, p. 194.

[2] Sarlo: “Fue una provocación”, en La Nación, 27/03/08.

[3] Véase Pagina 12, 26/03/08, p. 3.

[4] Sarlo: “Fue una provocación”, ibídem.

[5] Ibídem.

lunes, 31 de marzo de 2008

El desafío Argentino.

En unas horas la Señora Presidenta hablará a la Nación.

Arriesgar en público una opinión política en la argentina de hoy en este momento es arriesgado por muchos motivos.

De todos modos aquí va lo mío :

Nuestra sociedad, económicamente hablando, no había logrado nunca antes atravesar un período de crecimiento económico tan importante y ni tan sostenido en el tiempo.

Nunca antes en nuestros casi doscientos años de existencia como estado independiente las posibilidades de la coyuntura fueron más promisorias.

El terrible proceso de concentración de la riqueza en manos de pocos y en detrimento de muchos que casi siempre funcionó aceitadamente estaba frenando e invirtiéndose tímidamente, muy tímidamente, pero como muy pocas veces en la historia de nuestra joven nación.

Los actores económicos y políticos que tradicionalmente detentan el poder se habían visto obligados a llamarse a un provisorio silencio y adoptar actitudes menos violentas que en otros períodos de nuestra historia nacional. Es decir, sin gobiernos de facto, sin terrorismo de estado, sin autoritarismos de clase apoyados en las armas del ejército. Sin represión indiscriminada, sin torturas sistemáticas, sin persecuciones políticas masivas, sin desapariciones masivas de personas, sin fraude patriótico, etc.

De ningún modo estamos en el paraíso, no, sólo que era uno de aquellos momentos en que si había vocación y decisión social podía iniciarse la reversión.

Se podía pensar en el comienzo de la construcción de un estado nacional argentino moderno, un poco mas justo, solo un poco mas libre. Se podía pensar que el terrible enfrentamiento social imperante podría lentamente ir siendo modificado a partir de la política, hacia una tregua que permitiera la reconstrucción en paz y con un cierto progreso material de nuestra sociedad de por sí terriblemente dañada particularmente desde 1976 hasta hoy.

Se podía pensar también en el cominezo de un lento pero no menos profundo trabajo espiritual que llevara a sanar a las personas tan dañadas que conformamos esta sociedad.

Se podía pensar que con el sistema democrático mas consolidado, que si bien “malo es el menos peor” nos permitiría a los ciudadanos tener la esperanza de que la miríada de intereses sectoriales siempre contrapuestos y en conflicto por naturaleza, podrían ser medianamente elaborados permitiendo la evolución de las relaciones sociales hacia un estado de menos injusticia, de menor grado de violencia, y una tendencia hacia reducción de las desigualdades sociales estructurales.

Podíamos imaginar que tal vez habiendo llegado al fondo ya se podía pensar en el camino del ascenso.

Una visión realista y no utópica de que era posible evitar por un momento las polarizaciones sociales y sortear las dificultades de no discriminar entre adversario y enemigo.

En fin, el “reformismo progresista moderno”.

No señores parece que eso no es posible, "estás del lado de los buenos o del lado de los malos".

No otra cosa, con nosotros o contra nuestro.

Como buenos descendientes de la cultura Greco-Romana- Judeo-Cristiana que nos viene desde Europa desde los primeros colonizadores y conquistadores hasta los descendientes de las diferentes corrientes inmigratorias posteriores, podíamos soñarnos como dentro de una “casita de muñecas” en un tierno e ingenuo juego de posiciones políticas teóricas alternantes que van desde el socialismo no marxista hasta la prudente centroderecha de democracia cristiana.

Ah! La vieja Europa.

Pues no señores, la cuestión es que no estamos en Europa, estas tierras no son Europa ni lo serán.

Y lo que es mas triste aún, para la Europa de nuestros suspiros nunca lo seremos.

Argentinos, aceptémoslo, estamos solos.

Después de la última dictadura, donde en la batalla de Malvinas es la que deja perfectamente en claro que se pierden definitivamente las pocas banderas que quedaban de la civilización Greco-Romana-Judeo-Cristiana en esta región para ser reemplazadas por las del nuevo imperio WASP, el moderno neo liberalismo reformista autodenominado "cristiano" vence definitivamente e instala sus banderas, las del capitalismo salvaje, en esta parte del mundo.

Con el Virrey Menem que se terpa al trono por izquierda para, después de castigar el estertóreo intento pequeño burgués de las clases medias representadas por el gobierno democrático de Alfonsín, dedicarse a profundizar la aplicación del modelo de la nueva derecha internacional indicado por sus amos.

Luego de la derrota de Malvinas queda consolidado en el terreno, el reemplazo de aquel antiguo símbolo de la cruz y la espada que nos rigió por casi 500 años por el mas moderno de la espada y el dinero donde la cruz de la vieja europa se queda buscando un rumbo y un nuevo puño que la sostenga.

El neo-liberalismo capitalista, que nada tiene que ver con “lo nuevo” ni con “la libertad” como arquetipos, mas sí con la ilimitada y cotidiana acumulación bienes y poder, como ideología dominante instalado a sangre y fuego por las dictaduras militares en representación de sus patrones económicos se encargaron de matar a todos los que pensaran diferente en aquellos años de plomo.


Tuvieron también la profesionalidad de eliminar también a la mayor parte de sus hijos, parientes en general, amigos, simpatizantes y vecinos, tal como las hordas bárbaras siempre lo hicieron en la historia humana, asegurándose un improbable renacimiento de la mala costumbre de “pensar mal” o simplemente “pensar” garantizando la instalación de lo “nuevo” por la “razón o por la fuerza” .

En ese contexto histórico, estamos hoy los argentinos atravesando la coyuntura de un posible nuevo enfrentamiento, como siempre distinto pero eternamente igual.

¿Hemos de pagar otra vez por terrible delito de pretender ser una sociedad mas justa, mas independiente mas próspera?

Una vez siendo muy joven e ignorante aún, ante las noticias cotidianas de alguno de los eternos conflictos en medio oriente cometí la tontería de preguntarle a un amigo porteño argentino de Villa Crespo de origen judío si se sentía mas judío o mas argentino.

Sabia y porteñamente me contestó : - me siento profundamente argentino mientras que algún boludo no me recuerde que soy judío, en ese momento me siento profundamente judío -.

Deseo profundamente que el gobierno de mi país y los dirigentes ruralistas tengan la suficiente cordura como para no colocarnos a todos frente a la necesidad de tener que optar por una u otra parte.

Por favor no nos obliguen a elegir por uno u otro.

Sé que hay mas, muchas mas “partes” en el juego no solo dos, muchos matices, varias opciones reales que deben estar en la discusión, nada en una sociedad es tan lineal y tengo mis propias opiniones al respecto.

De todas formas, llegado el caso en que si algún boludo, me hacen elegir entre las ganancias de los productores agrarios (pequeños, medianos y grandes) y la estabilidad del sistema democrático de mi país yo no tendré dudas sobre de que lado voy a estar.

MC

01/03/2008

Abuelas de la Plaza