domingo, 21 de febrero de 2010

Liceos Militares

Los liceos militares en manos de jerarcas militares no tienen razón de ser y son peligrosos para el proyecto nacional y popular.

Desde que se abrieron los Liceos Militares allá por 1938 hasta hoy en 2010, estas escuelas de formación de adolescentes que dirigidas por miembros de las Fuerzas Armadas, personas que salvo por accidente poco o nada saben de temas tales como didáctica, moral, ética, humanidades, pedagogía, arte, etc, y sí del arte de perfeccionar maquinarias de muerte eficientes, se han dedicado a fomentar en el imaginario de algunos “niños elegidos” de nuestra sociedad una especial admiración y cariño por las malsanas ideologías que pululan por las mentes de los iluminados “patriotas” de uniforme.

Hablamos de aquellos que antes o después, se dedicaron a secuestrar, torturar, matar, robar, en nombre de la Patria y de la Nación, de la Libertad, y todas éstas construcciones ideales vacías de contenido puestas al servicio de la defensa y consolidación de la dominación de un segmento social por sobre el resto de la población.

Estos institutos de formación apuntaron desde su creación a la formación de cuadros civiles de apoyo político para el soporte y la aplicación de aquellas ideologías que dominaban en las FFAA.

No hablamos entonces de algunos miembros de las FFAA que cometieron delitos de lesa humanidad bajo la protección de los mesiánicos y despreciables jerarcas de la última dictadura genocida de los años ´76 al ´82.

Pues no, claro que no, no estamos refiriéndonos entonces, a un grupo de criminales específicos, por suerte hoy bajo proceso y que organizados en banda usurparon el poder público para delinquir sino a aquellos que desde la ideología predominante sobre la que se fundó la institución ejército y armada “modernas” buscaron extender la influencia y la inserción de éstas ideologías en la sociedad civil.

Hablamos del ideario de la institución que fundada por “proceres” de la talla de los Saavedra en 1810, pasando por Lavalle, Sarmiento, Roca, Mitre y otros de esa calaña, hasta el muy profesional ministro Riccheri en 1900.

Todos ellos creadores, implementadores y seguidores de las doctrinas nominalmente liberales de sus tiempos pero que a la corta se mostraron definitivamente clasistas, oscurantistas, genocidas sistemáticos, fusiladores, torturadores profesionales y con su “profesión” colocada al servicio de las élites burguesas propietarias de la renta de nuestro país.

En Página 12 de hoy bajo el título de “Una formación militar más civilizada” (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-140740-2010-02-21.html) encontramos una nota que explica acerca de cambios implementados por el gobierno (Ministerio de Defensa) en los planes de estudio de los liceos militares que por desgracia aún siguen funcionando.

Sin entrar a discutir el sinsentido de hablar de civilización y milicia, tema que dejaremos en mano (o puño) de mejores y más ilustres pensadores, podemos asegurar que no tiene ningún sentido social que la actual administración del gobierno nacional permita la enseñanza del uso de una carabina calibre 22 y al mismo tiempo impida específicamente la enseñanza obligatoria de la religión católica a niños de 17 años. El caso es que muchos de éstos niños (sino todos) ya conocen el manejo de sistemas de armas de guerra muy sofisticadas desde su tierna infancia y adhieren, buscan y coleccionan afanosamente símbolos totalitarios fascistas como el águila y la svástica que identifican claramente con IIIer Reich alemán y la asocian con los ideales de lo bueno y deseable del ideario más oscuro de la religión vaticana.

Esta síntesis ideológica fue la que estaba naciendo en las mentes de los militares alemanes (mentes tradicionales occidentales y cristianas en general) en los últimos años del siglo XIX y que llevaron a desencadenar las guerras imperiales guerras europeas de la primera mitad del siglo XX y sus genocidios asociados.

Ésa era la ideología dominante que mamó el hijo de inmigrantes italianos, el santafesino Ricchieri (http://www.todo-argentina.net/biografias/Personajes1/pablo_riccheri.htm) mientras se formaba en Europa donde fue condecorado con el “Águila Roja” de Alemania para convertirse luego en ministro de guerra del presidente Roca, aquel cobarde matador de indios indefensos de nuestro país que por ese entonces se asomaba tiernamente al capitalismo racional moderno.

Así, de la mano del “moderno” tanito militar se inició el período de penetración de la ideología fascista en la misma fundación de nuestras fuerzas armadas modernas.

La ideología de la que hablamos entonces es la misma de la “obediencia debida” en el cumplimiento de las órdenes para la “eficiente eliminación física del enemigo por cualquier medio” que muchos años después aparece en el famoso decreto firmado por Luder.

Hoy por hoy los alumnos de los liceos reciben las mismas pautas formadoras de ideología que durante la dictadura aunque más disimuladamente, entre susurros continúan adorando a los demonios totalitarios secundados por oscuros personajes tales como militares retirados cuidadosamente reciclados y defendidos por individuos como el sacerdote Auger que critica la forma en que a través de las reformas programáticas introducidas en las escuelas bonaerenses “… se articula un proceso para hacer de los niños y adolescentes bonaerenses pequeños teóricos críticos para cambiar la sociedad…”.

Cuidado!!!, no vaya a ser que los chicos desarrollen un pensamiento propio e independiente. Dios no lo quiera ni lo permita!!!!!!

No quedan dudas de que los reaccionarios están abroquelados en lugares como éstos liceos o las escuelas de enseñanza religiosa tradicional y desde allí se preparan para el asalto al poder los futuros líderes de la restauración.

No los necesitamos, estos sitios deben ser desarticulados de inmediato y sus dirigentes vigilados por ser definitivamente peligrosos.

Hasta la próxima.

foto: Agustín P. Justo, el del fraude patriótico - Wikipedia -http://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_Pedro_Justo

2 comentarios:

Nico Carreño dijo...

Me gustó mucho el blog... muy lindos ideales, que para dejar de creerlos simplemente hay que dejar de creer en la utopía, y sin utopía noy hay esperanza, y sin esperanza no hay futuro.
Ojalá te pases por mi blog cuando puedas.

Saludos!

Ascot dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Abuelas de la Plaza