viernes, 29 de agosto de 2008

¿Por qué no se matan?

Por estos días los patéticos Menéndez y Bussi se empeñan en querer dar pena el primero y miedo el segundo, lo único que logran ambos es dar asco y generar más repulsión.
Su cobardía es extema, su mendacidad es total y su miseria espiritual inconmensurable, solo resta señalar que sus antecesores históricos por lo menos tomaron sus propias vidas antes que verse sometidos al público y merecido juicio y castigo.
Por ejemplo Goebels se suicidó en el bunker de la cancillería el 1° de Mayo de 1945 y Goering se suicidó con cianuro en su celda el 15 de Octubre de 1946.

¿Es que ya no quedan "caballeros de honor" en este mundo? Un gesto así ayudaría bastante a finalizar el duelo y por lo menos nos ahorraría el disgusto de saber que ellos aún vegetan y reptan sus existencias por este mundo mientras sus víctimas no pueden caminar libres entre nosotros.

No a las protocolares y eufemísticas figuras de "detención domiciliaria" o a los lugares "especiales" de reclusión, menos aún el pabellón de Marcos Paz que promueve la reproducción del complot y la conjura asesinas que contagian, ¡NO!, ni siquiera la posibilidad de reclusión con aislamiento en cárcel común es aceptable, porque para ellos no existirá nunca tal "cárcel común" y menos "aislamiento"siendo custodiados por las corporaciones represivas cuyos integrantes aún los consideran superiores jerárquicos.

La pena de muerte por alta traición a la patria del código de justicia militar no puede aplicarse por haber sido éste derogado de modo que lo más apropiado debe ser promover su desaparición física inmediata por suicidio si es que como sociedad nos definimos en contra de la pena capital.

Hasta la próxima.

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