sábado, 15 de noviembre de 2008

Vieja historia

Hoy, después de una semana muy atareada e intensa los convido con este poema que escribí pensando en todos aquellos que fueron, son y serán viejos. O sea pensando en mí.

Sentado
en el banco de la plaza.
El frío cemento
percudido por el tiempo
te acompaña.


Estás mirando correr las cosas
sin mirar.
Sentís el amargo sabor de la vejez.
A tu lado el sol se escapa enfermo.

Nadie te contempla mientras llegas al final
y aún no has comenzado.

Con el corazón inflado de proyectos.

Ellos ya no están.
Ellos ya han muerto



Tal vez alguno.
Otro.
En otra plaza
sobre un frío cemento
te repita.


Por miles.
En sus plazas.
Son el mismo.
Solo esperan.


Solo miran sin mirar
y todos te gritan:
¡Compañero!

El viaje
ya está por comenzar.

Sentado.


MCC200401

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Abuelas de la Plaza