Mirar la realidad en forma sesgada es inevitable y criticarla no es malo per sé, todo lo contrario.
Hasta es necesaria, la visión desde otro lugar, para poder medir con mas acierto el propio.
Hay muchos ejemplos de vida de personas que se mueven por el mundo (el material y de las ideas Platón dixit) para así poder conocer mejor el lugar desde donde vienen.
Uno puede conocer un poco más el lugar que estaba ocupando sólo si ya no lo ocupa y entonces así construir un camino nuevo hacia alguna parte. Es algo así como un teorema de trigonometría que el hombre aplica cotidianamente para luchar sin éxito contra ese castigo "divino" que es el relativismo absolutista que nos invade casi desde el principio de nuestras existencias y nos impide definitivamente alcanzar "el saber y el conocer" con certeza.
A la luz de esta verdad univerasal y eterna comenzamos a sacudirnos para evitar ser empaquetados.
Notables son por cierto, las mutaciones intelectuales, políticas y religiosas que se observan en la mayoría de los individuos de la especie humana, entre los que me incluyo, producto de la acción de cosas tales como la lectura, los medios de comunicación, la escuela, la actividad laboral, el caminar por las calles, el amor, las vacunas, las guerras, en general lo que se da en llamar experiencia de vida que nos afecta a nosotros, humildes primates bípedos pensantes y que portadores de una profunda curiosidad ingenua devenida en vocación de aprendizaje o en su defecto una natural actitud egoísta e individualista que sumados a la necesidad de sobrevivir a cualquier costo, nos vamos permitiendo de manera más o menos consciente.
Lo interesante, pero peligroso hoy día socialmente hablando, es la cuestión de la "visión crítica" que deja de ser una sana "curiosidad epistemológica" y se transforma, tecnología mediante, en una bizarra orgía de oposicionismo discursivo mediático a todo lo que "no es como uno quiere" (aquí va pataleo intelectual infantil - 4 a 5 años de edad ) y se pone al servicio de la una más sólida ideología política, el hipócrita discurso neoliberal moderno disfrazado de "sentido común".
Desde "ningún lugar" políticamente preciso como corresponde a todo neoliberal moderno que se precie (yo no me meto ni hago política ¿viste?) aparecen una multiplicidad de críticas individuales no por eso menos sistematizadas y coordinadas que se ocupan conscienzudamente lo subsidiario soslayando lo importante.
Es entonces que comienza la
Goebbelización del discurso opositor y se escucha hablar del "cercenamiento de la libertad de prensa" (??) o ataque totalitario desde el poder que estarían sufriendo los que abogan por la encomiable tarea de criticar desde el inocente disenso independiente del hombre común. (mas ??)
¿No será tal vez la tarea de difundir los preclaros principios de un nostálgico proto Partido Destituyente Neoliberal y la consecuente banalización del discurso mediático junto con la naturalización de un ideario antipopular de corte definitivamente fascista y disolvente lo que los une en el lamento?
Algunos pueden creer ingenuamente que la coinidencia es casual y solo es la justa expresión mediática de una civilizada rabia ciudadana (forma confusa, vaga y convenientemente asociada a lo democrático y más aún al hoy cuasi herético pero todavía necesario vocablo "popular"), de una reacción libre e individual plenamente justificada por el oprobioso estado de las cosas, habráse visto.
En esta campaña coinciden y se suman menos que mas solapadamente diversas y diligentes "organizaciones sociales", lícitos actores sociales tales como la
SRA de los ilustres apellidos , o la
FAA del Buzzi permanente reivindicador de principios que resignados el día eanterior, o la
SICAAR (la secta internacional), la Madre de las Organizaciones Políticas Occidentales con mas de dosmil años de experiencia en el rubro y exponentes y voceros tan siniestros en nuestro país como nuestro ya conocido el inefable
arzobispo Héctor que "curiosamente y casualmente" se preocupa por que los "descamisados" no vayan a las iglesias, por mencionar uno de sus preclaros miembros.
Éstos son sólo algunos ejemplos de cómo criticar no es tarea de santos sino de hombres imperfectos que lidiamos con nuestra naturaleza.
Pero la vocación humana por la santidad nos trasciende y de allí que van algunos ejemplos más, esta vez de individuos de carne y hueso que nacieron, viven, sufren, ¿aman? y algún día morirán como todos.
Por allí está con el servicio político-meteorológico del ya hace mucho desdibujado Pepe Eliaschev con su característicamente largo y apologético comentario
"El clima abdicante" donde nos explica con fruición y detalle cómo es esto de promocionar los objetivos del nuevo Partido Destituyente Neoliberal en el ámbito una monarquía cuasi ni-parlamentaria, desconociendo como muchos de sus colegas el orígen profundamente democrático de el actual gobierno, es más, como si nunca se hubiera votado en los últimos veinticinco años en nuestro país.
No faltan asimismo los simpáticos y divertidos avisos admonitorios holocáusticos y proféticos (espero que nunca autocumplidos) sobre como
"Kirtchner está llamando a la violencia" y cosas similares emanados de la prístina, mesurada y providencial boca de la monacal Carrió.
Pero más aún, para mostrar que siempre hay sangre nueva, aparece por allí la refrescante juventud con el
"Cóctel explosivo" del chispeante Dinatale (que Dinatale el de la tele?), aparentemente un visionario y sesudo politólogo que va por la vida desglosando pavadas ya escuchadas en otras bocas (y manos).
Tenemos también el serio y siempre sesudo análisis del
Doctor-Periodista-Todolohacebien con
"La versión oficial" , un corto discurso donde "la nada" es desarrollada por Nelson Castro supuestamente con motivo de la lipotimia de la presidenta (otros dos o tres ?? o ???)
Como cereza del postre de nuestro animado recorrido matutino nos tropezamos con el coloquial y simpático ¿Y usted quién sos? del gran filósofo-polemista a sueldo neoconservador y hoy sorpresivamente antropólogo devenido en lingüista moral, el eminente y muy culto don Santiago Kovadloff.
En apasionante y estéril relato no nos habla de la masacre en palestina o la desnutrición en el áfrica ni del más prosaico incremento de las tarifas de los transportes públicos, sino del más trascendente holocausto idiomático que acontece en nuestro país y si bien aún está haciendo buches y gárgaras porque casi se muerde la lengua, no cedió a la tentación de culpar a la presidenta de tal
lenguajicidio (perdón pero los neologismos son mi perdición).
Es imprescindible señalar la muestra de erudición y bajada de línea hipócrita de Santiaguito cuando cita al pintoresco
Alain Finkielkraut (el 99 % de los lectores de LN no tiene la menor idea de quién es) chantólogo muy ocupado en difundir propaganda ideológica a favor de las políticas de los gobiernos de Bush en USA y Ariel Shanon en Israel.
En fin, desde hace apenas unos días yo ya sé que los reyes magos no existen (ojo que es posta, pero no lo comenten mucho), lo que me molesta no es la crítica, ni la intencionalidad o los vacíos intelectuales o los plagios, nada de eso. Lo que molesta de verdad es otra cosa.
Reflexiono y concluyo:¿Todos estos y otros señores saben que trabajan para el éxito de una campaña electoral a esta altura indisimulada o no lo saben?
Pues una de dos, o lo saben y son hipócritas que actúan en consecuencia al servicio de interes políticos e ideológicos no declarados y sin revelar sus verdaderos objetivos o son unos completos y consumados idiotas útiles funcionales a quienes sí dirigen la mencionada campaña anti gubernamental que en general vienen a ser sus propios patrones o contratantes como Clarín, LN, Perfil, Crítica, con sus múltiples cabezas virtuales comunicad
oras, verdaderos cuarteles generales y centros de planificación del control y la represión social.
La remake de la Unión Democrática está en marcha desde su lanzamiento al mercado el año pasado con el tema de las retenciones, si no se ha consolidado y oficializado aún es solo porque los "nenes" no se han puesto de acuerdo sobre cómo se repartiran la torta después del golpe de estado.
(¡ups! . . . perdón se me escapó)
Hasta la próxima.