Condiciones de contexto del 8N
Por Norma Giarracca *
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-207132-2012-11-05.html
A diferencia del 13 de septiembre, el cacerolazo del 8 de noviembre se viene preparando explícitamente con mucha dedicación por unos cincuenta sitios de Facebook, blogs y hasta el agregado del 8N en los nombres de quienes interactúan en las redes sociales, en señal inequívoca de formación de un futuro “nosotros”. Es un entramado difícil de visualizar por quienes están fuera de la dinámica de las redes sociales, aun cuando Página/12 y La Nación, además de algún periodista en televisión, hablaron del fenómeno.
Todos sabíamos que las redes sociales han funcionado en otras partes del mundo para organizar a jóvenes que protestaban por las crisis económicas, financieras, gobiernos dictatoriales, pero en los análisis de la marcha “antigobierno” pasada se nombró a las redes, pero no se les dio a estos sitios y a sus coordinadores la significación que con el paso de los días parecen adquirir. En efecto, detrás de los sitios, blogs, operan fundaciones o personajes muy ligados a la vida empresarial y política del país. La imagen de jóvenes descontentos por muchos y válidos reclamos que llaman por las redes a encontrarse en determinados lugares y marchar juntos pierde consistencia. Existen fundaciones, asociaciones fuertemente ligadas a la Iglesia de derecha, a miembros de la Sociedad Rural Argentina (SRA), a los cavernícolas que aún apoyan a los militares genocidas y al jefe de Gobierno porteño, que se reúnen, deciden fechas, lugares de encuentro, consignas y próximos calendarios.
¿Estamos afirmando que todos los que salen responden a estos grupos? De ninguna manera, sólo tratamos de explicitar las condiciones de contorno que tendrá el cacerolazo del 8 de noviembre. Si estas condiciones no están explicitadas, no es porque quieran ocultarse o mantener anonimatos, sino porque aún no han hablado de esto en el campo de la política institucional ni es tema de debate de grandes medios y esto, a nuestro juicio, por una sencilla razón: no existe un conocimiento generalizado (sentido común) de la importancia de la “comunicación social” en la vida social, cultural y política de las sociedades contemporáneas. Algunos tienen esos conocimientos y manejan esos dispositivos, como en estos casos, para fines difíciles aún de conceptualizar.
Algunos de estos grupos se presentan asimismo como preocupados por un cambio social que es posible en tanto haya preparación de jóvenes en “gestión eficiente”, liderazgos, etc. Para que se comprenda, tienen cierto parecido de familia con lo que fue el think tank neoliberal del menemismo, el Grupo Sofía, que dio funcionarios para el gobierno de Menem y para el actual gobierno porteño. Otros son más brutalmente de derecha, con un alto contenido de violencia simbólica. Algunos nombres se repiten, se articulan en redes de amistades, camaraderías o negocios. El presidente de la SRA, Hugo Biolcati, aparece vinculado a dos nombres (los personajes más activos) en negocios agropecuarios, canchas de polo, revistas y programas de radio sobre el campo, etc. Macri y su gabinete son nombres que también aparecen en estas relaciones. Un detalle de la elección de la fecha, que no parece casual, nos asusta: el 8 de noviembre es el aniversario de la muerte de Massera y el día de nacimiento de Astiz.
¿Qué importancia tiene esto? A nuestro juicio, ayuda a comprender los motivos de cierta violencia y racismo del 13 de septiembre (ahora se está pidiendo que no se repita). También habilita un mayor nivel de corroboración a nuestra hipótesis de que, más allá de las demandas a formas de gestión gubernamental, no existe un solo reclamo ligado a esas “broncas” a las que se refieren documentos de organizaciones populares de todo el país, que se diferenciaron de la última marcha (“Que tu bronca no te ciegue”, de la Asamblea por el Agua, y “Otras son nuestras broncas”, de Compa, una coordinadora de organizaciones populares). Broncas que tienen que ver con que los sicarios de los inversores sojeros sigan asesinando impunemente, que esté en riesgo de retroceso la significativa legislación de los pueblos indígenas, que Monsanto siga invirtiendo en el país y los pueblos cordilleranos vivan arrinconados por las mineras; que los sectores urbanos pierdan por la inflación o desocupación niveles mínimos de una vida digna, que el transporte mate, y muchos etcéteras. Nada de eso está en agenda, no les interesan los subalternos, las resistencias territoriales, el poder económico (al que seguramente están asociados). Aún más, muestran una insolidaridad extrema: una “twittera” categorizada 8N, que se muestra joven en la foto del perfil, con un bebé en brazos, pide que se termine la Asignación Universal por Hijo.
Es un fenómeno que amerita ser reflexionado porque algunos periodistas, políticos e intelectuales con ideas de centroizquierda tienen tanta indignación con el Gobierno que se ciegan y son incapaces de ver hacia dónde se desea conducir a estos cacerolazos o, peor aún, creen que fuerzas opositoras con estos apoyos son buenos candidatos al gobierno nacional. Mucha gente sale desconociendo que esa vieja derecha no democrática del país está operando. Los reclamos genuinos de tales ciudadanos deben ser escuchados. Pero quienes tienen la obligación de estar informados no pueden seguir afirmando que cualquier manifestación en el espacio público sigue fines democratizadores.
* Socióloga (IIGG-UBA).