miércoles, 31 de agosto de 2016

Las elites, el imperio y la consciencia de clase.



Los verdaderos dueños de La Democracia perdieron la paciencia y reclamaron lo que les pertenece. Lo que siempre les perteneció desde que la crearon allá en la Europa imperial, racista y colonizadora. Ocurrió hoy en Brasil, fueron muchos años de negociaciones de todo tipo que inició el PT conducido por Lula y que hoy, con la destitución de Dilma, su sucesora democrática, llegaron a su fin. Años donde por dentro del llamado sistema democrático y por medio del voto mas o menos universal los representantes de los sectores populares y marginados alcanzaron una importante cuota del poder público. Por medio de arduas negociaciones y luchas políticas lograron establecer un equilbrio político con sus enemigos de clase y así implementar programas de gobierno que permitieron sacar de la pobreza a 80 millones de brasileros que estaban fuera de los mercados así como engordar una clase media que ahora responde cambiando de bando y aliándose a sus patronos y amos. Una vez logrado ese objetivo tanto del PT como de las oligarquías socias del imperio, éstas reclamaron la devolución de la suma del poder politico cedido. En el interregno había 80 millones mas de trabajadores ingresados al mercado de consumo pero principalmente al laboral y que así ampliarían la oferta de fuerza laboral productiva a la par de abaratar consecuentemente su precio claro que pra ello había que desregular el mercado. No serían India o China pero hacia allá tienen penado ir quienes diseñan el futuro de Brasil allá en el DoS del Imerio. Brasil y México serían la China y la India pero sumisas y sin bombas atómicas.
No importa como pero debía hacerse ahora luego de que fracsaran las manipulaciones n contra de la andidatura de Dilma y ésta finalmente derrotara a Aecio Neves - el Macri brasilero - en las elecciones pasadas. Los tiempos corren, la crisis sistémica global entra en fase crónica y el diseño geopolítico imperial requería un regreso mas rápido que ordenado de los principales países de América Latina a sus roles tradicionales impuestos desde el centro imperial. Simples administraciones territoriales funcionales a las políticas del DoS imperial.
El fenómeno del retroeso del los progresismos en America Latina y está asociado a la utilización de nuevas armas en esta lucha por la apropicón de los recursos como son las empresas dueñas de los medios masivos de comunicación y las mafias insertas en el cuerpo judicial de nuestros estados.
De todas la iniciativas antimperialistas desplegadas para la toma del poder por medio de alzamientos armados solo dos resultaron invictas. La de Fidel Castro que termina institucionalizndo un gobierno Revolucionario en Cuba que perdura hoy día y la de las FARC en Colombia, la mas antugia del continente que acaba de firmar la paz con el gobierno democrático de derecha de Santos. Todo otro intento armado fracasó y fue derrotado en su momento por la superioridad militar, económica y política del enemigo imperial y sus asociados las elites locales.
Hoy somos testigos de que la "vía democrática" elegida en reemplazo de la "via armada" infructuosa está siendo derrotada también nuevamente por la superioridad en poder de fuego y en fuerza económica del enemigo imperial y sus asociados las elites locales. 
Jaqueado Correa en Ecuador y asediado Maduro en Venezuela,  subsiste Evo en Bolivia en medio de problemas creados por las agencias de inteligencia imperiales.
Esta resultando bastante visible que solo con la toma del poder por la "vía democrática" no alcanza ya que las reacciones conservadoras tienen una capacidad y un volúmen muy superior al de las fuerzas progresistas pero además tienen muy claros sus intereses de clase a diferencia de la confusión que reina al respecto en el otro bando.
 

viernes, 19 de agosto de 2016

Insensibilidades

Difundir la violación - por Eva Giberti
Es posible celebrar la veloz y eficaz reacción que la comunidad, en especial los medios de comunicación, produjo con motivo de las declaraciones de un cantante rockero que “bajó línea” en relación con la violación de mujeres. De su inmundicia –el texto fue nutrido con condimentos psicopatológicos– cabe mencionar como detalle el haber utilizado la cátedra de una Escuela de Periodismo para expresarse. Pero en este oportunidad el texto aberrante –que sin duda comparten innumerables varones– tuvo su correlato fecundo: la comunidad se mostró sensible y encendió la alarma. Lo cual conduce a reflexionar acerca de la dimensión antagónica de lo que habitualmente sucede: la insensibilidad y acostumbramiento de las poblaciones ante los horrores que los medios fotografían, exponen y describen cada día, así como ante las expresiones de autoridades que vulneran los derechos de las mujeres utilizando su lugar de poder. La brutalidad de las expresiones que utilizó este cantante coloca en superficie el horror que se siente ante las historias de violación, a pesar de su cotidiana aparición.

El acostumbramiento a lo que constituye el horror puede tambalear sin embargo cuando se fotografía el cadáver de un niño sirio, Aylan Kurdi, recogido en una playa turca; entonces la sensibilidad doméstica se altera; pero hizo falta esa escena que mostró cómo las olas depositaban el cuerpito en la arena. Mientras tanto miles de refugiados son perseguidos y otros tantos mueren ahogados a veces despertando lejana indignación y también rechazos porque: “no corresponde que inunden los países de otra gente”.
Inútil enunciar escenas horrorosas que denuncian el hambre en el mundo, porque resultaría interminable. Aquello que es preciso poner en evidencia es el acostumbramiento al espanto de aquellos desastres que convocan a millares de víctimas, entre ellas las catástrofes por doquier y las víctimas de episodios sangrientos. Todo mostrado cotidianamente de forma tal que la sensibilidad queda atorada; entonces empezamos a descubrir que la insensibilidad, precisa recurrir al mecanismo de la negación para no reconocer el horror que impide asumir lo que se está viendo o escuchando. De este modo, gracias a la insensibilidad se pierde la posibilidad de reflexión mental y el significado simbólico de aquello que se presencia o se conoce. Insensibilidad que no es ajena al consumo de sustancias “tranquilizantes”, “equilibrantes” y estimulantes que se ha disparado en el mundo occidental, una de cuyas funciones reside en impedir que determinadas emociones rocen la sensibilidad personal, asociada fuertemente con los pensamientos, conclusiones y reacciones de índole moral que podemos poner en juego.
Stanley Kohen habla de la fatiga de la compasión y se pregunta si “¿estamos hablando de una reacción frente a una crisis particular o de una disminución más general de la sensibilidad moral?” Introduce la idea de compasión como una vivencia que debe ser aprendida y enseñada y que al mismo tiempo podría ser una reacción “natural” ante determinadas situaciones desencadenada por el sufrimiento de los otros.
Los sufrimientos que ordenan los paisajes cotidianos mediatizados y que se repiten de manera intrascendente coadyuvan en la insensibilidad y el vacío de compasión pero en realidad no alcanzarían para la respuesta visceral de cada quien; precisan la convivencia con situaciones dolorosas que se resuelven pensando “siempre ha sido así”. El imaginario social está poblado de estas frases que justifican la negación del sufrimiento de otros, y, en oportunidades, como lo protagonizó ese cantante de rock, apelando a la posible histeria de alguna mujer que “precisaría” la violación. Cualquier argumento histórico o pretendidamente psicológico para recurrir al mecanismo de negación que nos conduce al embrutecimiento de los sentidos y a la pérdida de la capacidad simbólica que ayuda a pensar: ¿qué les sucede a esas personas que son victimizadas y su historia nos sirve como espectáculo?
Cuando celebro la reacción comunitaria en este caso de atropello divista (en boca de un cantante considerado divo) lo hago como contraejemplo de la insensibilidad mental que se patentiza cada día ante los cuadros dolorosos que podrían comprometernos y no obstante son recibidos mediante el mecanismo de la negación. Más aún celebro que no se haya formado –todavía– un club de varones dedicado a localizar mujeres histéricas para violarlas. Porque podrían ser innumerables aquellos que se mantuviesen ajenos a esta celebración y mantuviesen la insensibilidad cotidianamente adquirida y el embrutecimiento que los desplantes morales inducen.

publicado en P12 - Viernes, 19 de agosto de 2016

sábado, 9 de julio de 2016

Presentación de la Revista Independencias

Revista IndependenciasLa memoria histórica es un campo de disputa por los sentidos sobre el pasado, pero también una forma de pararse ante las querellas del presente. Con esta premisa nos propusimos hacer la revista digital Independencias para construir un lugar donde discutir ideas y profundizar los debates que en cada coyuntura nos desafían a pensar.
Elegimos dar comienzo a esta aventura en el Bicentenario de 1816 porque creemos que es una oportunidad inmejorable para revisar aquellos momentos fundantes de la Patria, para polemizar sobre sus interpretaciones, pero también, y especialmente para recorrer, desde múltiples miradas, la idea misma de independencia, una idea que en los últimos años renovó intensamente su significado.
En 2010, el Bicentenario fue fiesta popular, alegría, multitud y una clara definición acerca de qué y, sobre todo, con quiénes festejar. 2016 parece construido en el revés de esa trama: plazas vacías, ademanes para la pantalla, insustanciales apelaciones al consenso.
A 200 años de la declaración de la Independencia, asumimos la tarea militante de debatir ideas y el riesgo de reponer el conflicto como momento fundante de la política.
Integran este primer número:
Álvaro García Linera, Hebe de Bonafini, Estela de Carlotto, Daniel Santoro, Edgardo Esteban, Eduardo Basualdo, Teresa Parodi, Rita Cortese, Dady Brieva, Eduardo Pinto, Ernesto Salas, Hugo Yasky, María Pía López, Nicolas Tereschuk, Raúl Zaffaroni, Ricardo Forster, Roberto Salvarezza, Nora Veiras, Virginia Macchi.

Presentan:
Nora Veiras.
Daniel Santoro.
Sergio Wischñevsky.
Paula Español.
Tristán Bauer.

miércoles, 22 de junio de 2016

En esa época, los pibes leíamos historietas ...

Sin saber quien era, conocí el trabajo de Oesterheld a los 11 años en un tren en que regresaba anticipadamente desde Mar del Plata a Buenos Aires en el verano del 63/64.  Aunque mi madre, profesora universitaria en la carrera de Letras de la UBA, lo había prohibido expresamente mi abuela me compró un 3x1 de historietas que anunciaba el canillita de Témperley donde nos demoramos por horas para paliar mi burrimiento.
 





Oesterheld
Por Luis Bruschtein(publicado en la contratapa de Página12 - 22/06/2016)

“En esa época, los pibes leíamos historietas, menos televisión, nada de internet. Un día vine al kiosco de la estación y pedí la revista que siempre compraba para devorar las aventuras de Ernie Pike. Y levanto la cabeza y lo veo allí, parado junto a mí, Ernie Pike en persona. No lo podía creer, estaba allí el corresponsal aventurero en cuerpo presente. Me quedé mudo.” El relato es de Pablo Fernández Long, en ese entonces un joven vecino de Beccar, del lado bacán de las vías, a media cuadra de la estación. El kiosquero hizo las presentaciones. “Te presento a Héctor Oesterheld, pibe, no es Ernie Pike, pero es su creador.” El guión de la historieta era de Oesterheld y el dibujante lo había tomado como modelo para la imagen del protagonista.

Fernández Long lo contó el lunes, convocado por la agrupación Barrios por Memoria y Justicia, Zona Norte, al cumplirse un año de la muerte de Elsa Suárez de Oesterheld. Se colocó una baldosa recordatoria del militante popular y escritor de sueños y fantasías frente a la casa de esa familia que ya no existe. Una casa que también fue tomada como modelo por Solano López, el dibujante de otra historieta famosa de Oesterheld, El Eternauta: esa cuadra de casitas de alto con jardines y calles arboladas donde vive Juan Salvo. Estaba allí cuando comienza la mortífera nevada y está en el alma del eternauta en su eterno deseo de regresar.

“El Viejo” Oesterheld alquilaba ese chalet donde vivía con su familia. Ahora está en venta y ya tiene un cartel de “reservado”. Podría haberse convertido en la capital de la historieta en Argentina. Oesterheld es uno de los autores de historietas más renombrado en todo el mundo. Desde el “Sargento Kirk” renegado de la caballería norteamericana y amigo de los indios, hasta ese corresponsal bélico que respetaba a los japoneses y odiaba a la guerra, sumado al Eternauta, eterno luchador contra una invasión de extraterrestres en Buenos Aires y su inolvidable batalla en el estadio de River Plate, todas sus historietas se hicieron famosas en todo el mundo. Había razones suficientes para hacer ese museo Oesterheld allí donde vivió con su familia.

En el homenaje de ese lunes estaban los hermanos Pablo y Miguel Fernández Long, que eran vecinos y se hicieron amigos del hombre cálido que los invitaba a su casa para hablar de historietas y del mundo. En la vorágine de esos años, los amigos que se encontraban en ese chalet amarillo de la calle Rivadavia, en Beccar, comenzaron a cruzar la vía, donde el paisaje de los chalecitos y calles arboladas se transformaba en barrios humildes con casitas de chapa y paredes despintadas. Las hijas de Oesterheld comenzaron a militar en el barrio Los Sauces y se incorporaron a Montoneros. Las cuatro están desaparecidas.

“Si hay algo que me impresiona en esta época –me dijo Oesterheld a principios de los ‘70 en la cocina de mi casa en La Boca– es la valentía de esta generación. Yo admiro a los jóvenes de esta época y quisiera ser como ellos.” Compartíamos la militancia en el Bloque Peronista de Prensa en aquellos años. Yo tenía poco más de veinte años y por supuesto había leído varias veces las aventuras de todos sus personajes. Era generoso con ese don. Quería hacer un taller de guión “para los compañeros”, y nos invitaba invariablemente a un asado en su casa que nunca se pudo concretar. Siempre imaginé que esa frase tenía un sentido genérico, pero varios años después me di cuenta que en parte era así, pero que tenía su anclaje en el amor y la admiración que sentía por sus hijas y el mundo de jóvenes que circulaba por ese chalet amarillo, justo enfrente de la estación. Es el recuerdo de un tipo cálido, dispuesto a la amistad, sin atisbo de narcisismo y hasta daba la impresión de que le divertía esa fama casi fanática que despertaba en sus lectores con sus sueños de aventuras fantásticas y al mismo tiempo cercanas.

Fue un día raro este lunes en esa esquina, un lunes frío y nublado en esa esquina inusitadamente llena de veteranos y de jóvenes, la esquina de los sueños o la esquina de la aventura y también la esquina del dolor.

El Bichi fue otro de los que habló. Amigo de Oesterheld y de sus hijas, era dirigente del Barrio El Sauce, del otro lado de la vía, sobreviviente del grupo de Tareas de la ESMA. “Tengo que agradecerle –dijo– al compañero Cesar Nieto que fue el que avisó a todo el mundo del secuestro.” Nieto es un viejo militante del peronismo de Zona Norte, habló antes también, como amigo de Oesterheld. Un día raro con esa mezcla de veteranos y de jóvenes frente a esa casa donde todavía está la marca de los sueños. Estaba la Abuela de Plaza de Mayo, Delia Giovanola, que fue amiga y compañera de Elsa Sánchez, la única de la familia que sobrevivió para sobrellevar todo el dolor. Habló un nieto y hablaron los amigos y vecinos, que también alguno fue novio de una de las chicas y las acompañaron en su militancia, había veteranos de luchas y fundaciones, de derrotas y de algunas victorias. Y el locutor del acto era un veterano de Malvinas, Edgardo Esteban. Una mezcla que es bien argentina de dolores y alegrías, de caricias y puñetazos en el estómago. Oesterheld fue secuestrado en 1977 y se supone que sobrevivió hasta 1978 porque uno de sus captores era admirador de sus historietas.

Son otras épocas, los riesgos son diferentes, pero el afán de justicia es siempre el mismo y las nuevas generaciones alimentan la llamita de esa lucha que nos hace mejores como personas y como sociedad. La frase de Oesterheld vale para todos, como él admiró a esa juventud, los veteranos siempre se emocionarán con los jóvenes de todas las épocas que sientan ese afán de justicia.

Igual que la frase de la baldosa por la memoria que quedó en la vereda de la casa de Juan Salvo, del sargento Kirk o del falso Ernie Pike que era su creador, “El Viejo” Oesterheld, con su mujer Elsa y sus cuatro hermosas hijas, una frase que también quedará en la tinta que escribe de la fantasía y de los sueños:

“Aquí vivió y creó sus personajes Héctor Germán Oesterheld, Militante popular-Escritor creador de El Eternauta detenido-desaparecido el 27-04-1977 por el terrorismo de Estado”.

Abuelas de la Plaza