domingo, 19 de junio de 2011

Servicios postales en Libia y el precio de los muertos

Siempre algunos hacen buenos negocios con los Genocidios.


El exitoso fiscal Moreno Ocampo aprendió, se lo propuso y lo logró.

Propaganda de Guerra: Violaciones masivas en Libia
(en Red Voltaire)

La abogada Salwa Fawzi El-Deghali, convertida en ministra de los Derechos de la Mujer del Consejo Nacional de Transición, (rebeldes libios) afirma haber enviado –por vía postal– miles de cuestionarios a las mujeres de la región de Cirenaica y haber recibido 259 testimonios de violaciones.

En conferencia de prensa organizada el 8 de junio en la sede de la ONU, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI por sus siglas), Luis Moreno Ocampo indica que 
«un nuevo cargo acusatorio pudiera basarse en el uso de las violaciones en serie para tratar de contener las manifestaciones. Esas violaciones pudieran contarse por centenares, precisó [el fiscal]. La investigación debería determinar si esas violaciones habían sido ordenadas o no por el propio Muammar el-Kadhafi, como han indicado algunas informaciones. El fiscal mencionó también informaciones que pudieran mostrar que el poder libio distribuyó a los soldados estimulantes sexuales del tipo viagra»
,reporta el departamento de información de la ONU.
 

Sin embargo, el profesor Mahmud Cherif Bassiuni, jefe de la Comisión investigadora de la ONU sobre Libia (no del Tribunal), pone en duda las acusaciones del fiscal. Recuerda el profesor que su Comisión tuvo conocimiento de aquellas alegaciones durante su misión en Benghazi. Y también recuerda que cuando solicitó a la abogada Salwa Fawzi El-Deghali que le proporcionara copia del cuestionario y de las 259 respuestas supuestamente recibidas, nunca logró obtenerlas. Subraya además que la versión expuesta resulta increíble ya que desde el principio de la insurrección ningún servicio postal está funcionando en Libia.

Hasta la próxima.

1 comentario:

Unknown dijo...

cuestionario por carta? lo increíble de todo esto es que tenga éxito, sinceramente. A veces creo que prueban el límite de lo burdo.

Abuelas de la Plaza