miércoles, 28 de noviembre de 2012

Megacausa y la inseguridad

"¿Cual es la relación conceptual metodológica que existe entre el hecho de que en el ´78 los secuestradores y torturadores de Raúl Cubas, DD en la ESMA, lo obligaran a ir a entrevistar publicamente a Menotti y arrancarle alguna declaración pro dictadura (una foto de la nación al día siguiente registró la escena.) con el hecho actual de obligar a presos procesados o menores en situación de vulnerabilidad (caso Arruga) a salir a robar para los integrantes de las mafias policiales."?

Hoy, miércoles 28 de noviembre de 2012, en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5 de la Capital, se dará inicio a un nuevo juicio oral por los crímenes aberrantes cometidos en la ESMA durante la dictadura cívico - miliar. Serán juzgados 68 acusados y se investigarán 789 hechos ocurridos en ese centro clandestino de detención y tortura.

Mucho se ha escrito y hablado sobre lo ocurrido en la ESMA comenzando por los esporádicos y clandestinos comentarios susurrados con miedo y bronca entre compañeros de militancia pero también en la cola de la verdulería del barrio. El tema ocupa a la sociedad argentina desde antes del ´76 cuando las 3A guiadas táctica y estratégicamente por oficiales de inteligencia de las FFAA y de seguridad, llevaban a cabo una suerte de "ensayo general" del terror sistemático y organizado que desatarían mas tarde; hasta los largos ensayos históricos, los interminables expedientes tribunalicios, los infinitos y reiterados reportajes a víctimas, victimarios y testigos opinadores varios, las investigaciones periodísticas de diverso tenor, los documentales, las series televisivas, etc, que nos traen desde el pasado en un viaje muy particular hasta estos días del atribulado 2012 signado por lo que podríamos calificar el tiempo jurídico de los conflictos sociales.

Una lectura atenta permite detectar cómo, con el paso del tiempo, se han ido modificando tanto las frecuencias como los tonos de estas producciones comunicacionales referidas a la revisión de los crímenes de lesa humanidad ocurridos en nuestro país, marcándolas y caracterizándolas de manera indeleble según los momentos históricos, los orígenes y las intenciones (manifiestas o escamoteadas) de los emisores y en especial su conexidad en relación con temas coyunturales de diversa índole de la vida política del país es decir el uso político espúreo del tema.
(información del CIJ aquí)

Las voces divulgantes - opinantes que circulan en los grandes medios masivos (televisión y prensa escrita a los que se suma el novedoso canal que son las redes sociales) son a todas luces escasas, poco serias y devaluadas, generalmente ninguneadas, transfomadas en mercancía y por lo tanto banalizadas salvando algunas honrosas y conocidas excepciones pero que siempre son cuidadosamente cauteladas  y ninguneadas.

Entre estas "... honrosas y conocidas excepciones ..." podemos identificar las voces legítimas de las víctimas y sus deudos. Las de las organizaciones de DDHH de larga data que se diferencian claramente entre sí según su posición frente a la gestión de la administración actual del ejecutivo nacional según sean pro, anti o "independientes". Están además las áreas oficiales del estado encargadas formalmente de promover las actividades referidas a los DDHH (donde se destacó la gestión de Eduardo Luis Duhalde recientemente fallecido) y los representantes de diversos partidos políticos también con larga trayectoria en el tema de la lucha por los DDHH.

Finalmente están las voces, a mi criterio no tan legítimas, de algunos colectivos integrados por los núcleos duros de pensamiento mas extremo de nuestra sociedad, sea la de una minúscula izquierda revolucionaria insurreccional (?), sea la de la también minúscula derecha fascista que incluye al microscópico pero ahora legal partido nazi de la argentina que presentó candidatos en las últimas elecciones municipales de la CABA.

Lo que resalta por estos días mas allá de las voces que disputan espacios para sus verdades relativas complementarios y/o opisitivas, es que para amplios sectores sociales estos temas nunca existieron, han desaparecido o simplemente han pasado a ser congeladas anécdotas históricas, algo así como postales dinámicas de hechos aberrantes que integran una suerte de macabra oferta turística al estilo de "Tierra Santa" donde poder re-visitar una secuencia de un pasado consolidando como una construcción simbólica particular que, ya sea ejemplar o abominable según quién la mire y la describa, poco a poco deja de tener relación inmediata de causa efecto con el presente de nuestra sociedad.
Salvo para esos sectores donde ideología y la consciencia social y política son parte intensa de la vida cotidiana, para unas mayorías no especialmente interesadas en el "detalle de la historia",  la mega causa ESMA o no existe o es una anécdota borrosa acerca de un pasado remoto y nada más.

Es allí donde se puede observar que algo está mal hoy, muy mal.

La falla se produce al momento de poner en valor la objetiva relación de causa-efecto que existe entre las violaciones de los DDHH de aquellos años del "proceso", los juicios de "lesa" y las actuales violaciones a los DDHH de parte de las agencias de seguridad del estado que aunque con otras características siguen existiendo y se revalidan con fuerza de la mano de actores políticos y sociales. 

La falla queda expuesta en la construcción de una ideología que desconecta y aisla la posible toma de consciencia sobre aquellas prácticas de control social en base a políticas de terrorismo de estado, de los juicios de lesa y la mantiene separada del muy actual "problema de la inseguridad" que invade y angustia a los hogares de las mayorías argentinas según muestran las encuestas.

Sin aquellas prácticas avaladas por el sector cívico-militar que las instauraron los actuales modos y formas de control social colonizados por algunas élites no tendrían mayor posibilidad de prosperar de la manrea que lo hacen.

La mejor forma de luchar contra las formas actuales de violación de los DDHH en nuestra sociedad es una cerrada defensa de la aplicación de justicia según las consignas de las madres  (todas) y abuelas de la plaza y lo que ellas implican hacia el futuro.

Memoria, Verdad y Justicia.
No perdonamos, No olvidamos, no nos reconciliamos.



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