La lista de los censurados por Lombardi
Posteo realizado por Pablo Camogli en su blog
http://www.pablocamogli.com.ar/2016/10/la-lista-de-los-censurados-por-lombardi.html
http://www.pablocamogli.com.ar/2016/10/la-lista-de-los-censurados-por-lombardi.html
Al igual que el “Juan represión” de la canción de Sui Generis, el Titular
del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos “anda como pidiendo perdón
y se esconde a la luz del sol”. Es que la Dra. Pignata, más conocida como
Hernán Lombardi, alias Lonardi, sabe que “no hay nadie que lo ame”. Entonces,
anda por la vida destilando odio, igual a como hicieron sus antecesores del ’55,
que odiaron tanto pero tanto al peronismo, que terminaron por transformarlo en
un mito incontenible.
El Lonardi de nuestros días añora aquel
pasado represivo y se refriega las manos, mientras sueña que aniquilar al
populismo cual genocida setentista. Para ello, nada mejor que una ley idéntica
a aquel famoso decreto 4161 que pretendió sepultar bajo el peso de las bombas y
los fusilamientos, al nombre de Perón. Ahora, lo disfrazan con el velo del
tiempo y pretenden establecer que no se podrá homenajear a nadie hasta que
pasen 20 años de su fallecimiento. Bien por Tato Bores, Gilda y Carlos Jáuregui,
que tuvieron la previsión de morirse en 1996 y que se salvarán de caer bajo la
guillotina antipopulista de la Dra. Pignata.
El odio tiene nombre y apellido: Néstor
Kirchner. El ex presidente es el tercer tirano maldito al que la derecha
vernácula pretende desterrar de la historia, pese a que ni con Rosas ni con
Perón tuvieron éxito en la tarea. El tema es que para llevar adelante la solución
final contra el kirchnerismo, el gobierno PRO tendrá que llevarse puestos a
decenas de personajes queridos y queribles de esta patria.
Por ejemplo, dice Lombardi, los radicales no
podrán ponerle a ningún comité Raúl Alfonsín;
ni los socialistas podrá utilizar el nombre
de Alfredo Bravo;
ya no podrá haber ningún escenario que se
llame Mercedes Sosa, ni Eduardo Falú, ni Facundo Cabral, ni Alejandro Sokol, ni
Sandro, ni Ariel Ramírez, ni Argentino Luna, ni Chango Farías Gómez, ni Gustavo
Cerati y, por supuesto, no podrá haber ningún lugar en todo el ámbito de la Asociación
Antipopulista Argentina, que se llame Flaco Spinetta, que murió hace apenas
cuatro años;
en este sentido, amplió Lonardi, en Córdoba
deberán abstenerse de llamar Rodrigo a cualquier lugar bailable, como no podrán
recordar a Ricky Espinosa los fanáticos del punk en sus bares (bah, sucios tugurios,
diría la Dra. Pignata), ni Pappo podrá ser recordado como el mayor guitarrista
del blues y el rock de acá;
desde la firma del decreto, ninguna milonga
podrá llamarse Alberto Podestá, Héctor Stamponi, Ernesto Baffa o Mariano Mores;
por suerte los peronista tampoco podrán
recordar a Nelly Omar, que Dios nos libre y nos guarde;
se le informa a la Asociación Argentina de
Actores, que ningún teatro podrá denominarse como Gianni Lunadei, Ana María
Giunta, Sergio Renán, Daniel Rabinovich, Hugo Moser, Alberto Migré, Elena
Lucena, Ulises Dumont, Leonardo Fabio, Eduardo Pavlovsky o Alfredo Alcón;
se le hace saber al Sr. Presidente Mauricio
Macri que debe demoler en forma perentoria la estatua de Javier Portales
inaugurada por él mismo el 2 de noviembre de 2011, ya que el susodicho incumple
los 20 años requeridos desde su expiración;
no habrá estudio de radio o televisión en la
argentina que se pueda denominar Juan Alberto Badía, Pipo Mancera, Jorge Guinzburg,
Mario Socolinsky, Adolfo Castelo o Antonio Carrizo;
queda terminantemente prohibido que la
Fundación Favaloro se llame Fundación Favaloro, quien se tendría que haber
suicidado antes de 1996 para ser merecedor del nombre;
los hinchas de Racing no podrá rememorar al
mariscal Roberto Perfumo y los de Independiente deberán descolgar la bandera
con la cara del Pato Pastoriza;
el Club Atlético Boca Juniors deberá
cambiarle el nombre al complejo Pedro Pompillio, algo que suponemos será tarea
sencilla, ya que al club lo maneja el presi; mientras que River Plate deberá
volver a la denominación de Almirante Brown a la actual tribuna Sívori, ya que
el glorioso almirante murió hace 159 años, mientras que Sívori lo hizo hace
apenas 11;
que le avisen a los hinchas de Banfield,
Laferrere, El Porvenir, etcétera, que no podrán recordar al Garrafa Sánchez en
ninguna forma de bandera, cántico, documental o folleto alegórico;
se le informa a los hinchas de Rosario Central
que deberán abstenerse de utilizar los diseños de Roberto Fontanarrosa hasta el
19 de julio del 2027, cuando pasen las dos décadas estipuladas;
no habrá autódromo en la argentina que puede
denominarse Froilán González o Héctor Luis Gradassi;
ninguna biblioteca, sala de lectura o
concurso literario o de dibujo podrá llamarse Adolfo Bioy Casares, Juan Gelman,
Dante Quinterno, Andrés Cascioli, Quino, Sixto Palavecino, Rodolfo Fogwill,
David Viñas, Francisco Solano López o Ernesto Sábato;
los matemáticos no podrán nombrar a Gregorio
Klimovsky; los magos no podrán hacer trucos de Raúl Lavand; los arqueólogos
deberán dejar enterrado los nombres de Humberto Lagiglia y de Alberto Rex
González, los arquitectos no estudiarán las construcciones de Clorindo Testa,
ni las obras de León Ferrari podrán ser expuestas al público;
queda prohibido de toda prohibición, que
alguna escuela o espacio educativo recuerde a Carlos Fuentealba;
por
suerte, nadie podrá recordar al Pocho Leptratti ni a todos los muertos que
dejamos cuando estuvimos por última vez en el gobierno, allá por diciembre del
2001;
ah, y por último, el Sr. Hernán Lombardi
lamenta tener que informarles que, debido al decreto en cuestión, ya nadie
podrá ser Nisman, por lo menos hasta el 2035. Por suerte, para ese entonces, ya
nadie se acordará del kirchneirsmo.
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