martes, 30 de enero de 2018

Víctimas del mandato de masculinidad


“Hay formas de agresión entre varones que son también violencia de género. Yo afirmo que los varones son las primeras víctimas del mandato de masculinidad” 
(Rita Segato).



Rita Laura Segato (Buenos Aires, 14 de agosto de 1951) antropóloga y feminista argentina residente entre Brasilia y Tilcara. 

Es especialmente conocida por sus investigaciones que se han orientado a las cuestiones de género en los pueblos indígenas y comunidades latinoamericanas, a la violencia de género y a las relaciones entre género, racismo y colonialidad. Considera que las relaciones de género son un campo de poder y que es un error hablar de crímenes sexuales sino que deben considerarse "crímenes del poder, de la dominación, de la punición". (Wikipedia)


“UNA FALLA DEL PENSAMIENTO FEMINISTA ES CREER QUE LA VIOLENCIA DE GÉNERO ES UN PROBLEMA DE HOMBRES Y MUJERES”

Rita Segato es doctora en Antropología e investigadora. Es, probablemente, una de las pensadoras feministas más lúcidas de esta época. Y tal vez de todas las épocas. Ha escrito innumerables trabajos a partir de su investigación con violadores en la penitenciaría de Brasilia, como perito antropológico y de género en el histórico juicio de Guatemala en el que se juzgó y condenó por primera vez a miembros del Ejército por los delitos de esclavitud sexual y doméstica contra mujeres mayas de la etnia q’eqchi, y fue convocada a Ciudad Juárez a exponer su interpretación en torno a los cientos de femicidios perpetrados en esa ciudad. Su currículum es largo e impresionante.
Por Florencia Vizzi y Alejandra Ojeda Garnero
Más allá de todo prejuicio escandalizador, Segato ha propuesto una mirada profunda sobre la violencia letal sobre las mujeres, entendiendo a los femicidios como una problemática que trasciende a  los géneros para convertirse en un síntoma, o mejor dicho, en una expresión de una sociedad que necesita de una “pedagogía de la crueldad” para destruir y anular la compasión, la empatía, los vínculos y el arraigo local y comunitario. Es decir todos esos elementos que se convierten en obstáculo en un capitalismo “de rapiña”, que depende de esa pedagogía de la crueldad para aleccionar. Es, en ese sentido, que el ejercicio de la crueldad sobre el cuerpo de las mujeres, pero que también se extiende a crímenes homofóbicos o trans, todas esas violencias “no son otra cosa que el disciplinamiento que las fuerzas patriarcales imponen a todos los que habitamos ese margen de la política, de crímenes del patriarcado colonial moderno de alta intensidad, contra todo lo que lo desestabiliza” (*). En esos cuerpos se escribe el mensaje aleccionador que ese capitalismo patriarcal de alta intensidad necesita imponer a toda la sociedad.
No es tarea sencilla entrevistar a Rita, que es una especie de torbellino, capaz de enlazar con extrema claridad y sutileza los argumentos más complejos. Se toma su tiempo para responder, analiza cada pregunta, la desgrana, profundiza y vuelve a empezar con una vuelta de tuerca sobre cada concepto. Tiene su propio ritmo y seguirlo puede ser un desafío.
—En el marco del alarmante crecimiento de los casos de violencia de género, ¿podría profundizar en el concepto que desarrolló de que la violencia letal sobre la mujer es un síntoma de la sociedad?
—Desigualdad de género, control sobre el cuerpo de la mujer, desde mi perspectiva, hay otras feministas que no coinciden, acompañan la historia de la humanidad. Sólo que, contrariamente a lo que pensamos y a eso que yo llamo prejuicio positivo con relación a la modernidad, imaginamos que la humanidad camina en la dirección contraria. Pero los datos no confirman eso, al contrario, van en aumento. Entonces tenemos que entender cuáles son las circunstancias contextuales e históricas. Una de las dificultades, de las fallas del pensamiento feminista es creer que el problema de la violencia de género es un problema de los hombres y las mujeres. Y en algunos casos, hasta de un hombre y una mujer. Y yo creo que es un síntoma de la historia, de las vicisitudes por la que pasa la sociedad. Y ahí pongo el tema de la precariedad de la vida. La vida se ha vuelto inmensamente precaria, y el hombre, que por su mandato de masculinidad, tiene la obligación de ser fuerte, de ser el potente, no puede más y tiene muchas dificultades para poder serlo. Y esas dificultades no tienen que ver como dicen por ahí, porque está afectado por el empoderamiento de las mujeres, que es un argumento que se viene utilizando mucho, que las mujeres se han empoderado y que los hombres se han debilitado por ello y por lo tanto reaccionan así… No. Lo que debilita a los hombres, lo que los precariza y los transforma en sujetos impotentes es la falta de empleo, la inseguridad en el empleo cuando lo tienen, la precariedad de todos los vínculos, el desarraigo de varias formas, el desarraigo de un medio comunitario, familiar, local… en fin, el mundo se mueve de una manera que no pueden controlar y los deja en una situación de precariedad, pero no como consecuencia del empoderamiento de las mujeres, sino como una consecuencia de la precarización de la vida, de la economía, de no poder educarse más, leer más, tener acceso a diversas formas de bienestar. Y eso también va en dirección de otra cosa que vengo afirmando: que hay formas de agresión entre varones que son también violencia de género.Yo afirmo que los varones son las primeras víctimas del mandato de masculinidad. Con esto no estoy queriendo decir que son víctimas de las mujeres, y quiero dejarlo bien en claro porque se me ha entendido de una manera equivocada muchas veces. Estoy diciendo que son víctimas de un mandato de masculinidad y una estructura jerárquica como es la estructura de la masculinidad. Son víctimas de otros hombres, no de las mujeres. Y esto también quiero dejarlo en claro, no es que el hombre se volvió impotente porque las mujeres se potencian, sino que se volvió impotente porque la vida se volvió precaria y los deja impotentes.

—Muchas mujeres reciben esta violencia como algo normal. ¿Por qué?

—Por eso, sobre todo en España, al principio, cuando en las primeras campañas por los derechos de la mujer empezaron a aparecer estas mujeres golpeadas en la televisión, fue muy fuerte y causó mucho impacto. Plantear que la violencia doméstica es un crimen creo que fue el mayor avance de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw), es decir, que algo que es una costumbre puede ser un crimen. Es dificilísimo sobre todo en el campo del derecho dar ese paso, porque el derecho es como la santificación de todo lo que es la costumbre como ley. Pero la Cedaw dice: esta costumbre es un crimen, no puede ser transformada en ley. En ese caso de la violencia doméstica, de las violaciones domésticas se ha marchado en el camino de comprender que es un crimen. Ahora, lo que nos da a nosotros una pauta, una luz para entender mejor todo ese tema, es que cuando hay un óbito, cuando aparece un cuerpo, un asesinato de mujer nunca fue natural, ni antes ni ahora ni nunca. Y ahí vemos que hay una dificultad del derecho y del Estado en ganar terreno en este campo. Porque, sin ninguna duda, están en aumentando cada vez los feminicidios, ese verdadero genocidio de mujeres que estamos viviendo, de varias formas. Y eso lo sabemos porque ya hay más de 10 años de estadísticas en la mayor parte de los países.  Y además el avance en lo legal y lo forense respalda esta afirmación.

—Usted plantea que la violación es un acto disciplinador, un crimen de poder. ¿Qué se juega el agresor sexual en esos casos?

—Bueno, ese concepto es de altísima complejidad. Le cuesta mucho a la sociedad comprender a qué apunto. Mucha gente de bien, muy moral, saltó contra esto e intenta rápidamente diferenciarse de ese sujeto que considera anómalo, criminal, inmoral, en fin todo lo malo que se deposita en ese sujeto, en ese chivo expiatorio que es el agresor… y los otros hombres se salvan y dicen yo no soy eso. Yo eso lo pongo bajo un signo de interrogación. Yo creo que aquel último gesto que es un crimen, es producto de una cantidad de gestos menores que están en la vida cotidiana y que no son crímenes, pero son agresiones también. Y que hacen un caldo de cultivo para causar este último grado de agresión que sí está tipificado como crimen… pero que jamás se sucedería si la sociedad no fuera como es. Se sucedería en un psicópata, pero la mayor cantidad de violaciones y de agresiones sexuales a mujeres no son hechas por psicópatas, sino por personas que están en una sociedad que practica la agresión de género de mil formas pero que no podrán nunca ser tipificadas como crímenes. Por eso mi argumento no es un argumento antipunitivista de la forma clásica, en el sentido de que no se debe punir o sentenciar. Sí tiene que haber leyes y sentencias que sólo algunas veces llegan a materializarse. Pero en nuestros países sobre todo, en el mundo entero, pero especialmente en América Latina, de todos los ataques contra la vida, no solamente los de género sino de todos en general, los que llegan a una sentencia son una proporción mínima.  La eficacia material del derecho es ficcional, es un sistema de creencias, creemos que el derecho lleva a una condena. Pero claro que tiene que existir, el derecho, todo el sistema legal, el justo proceso y la punición. Lo que yo digo es que la punición, la sentencia no va a resolver el problema, porque el problema se resuelve allá abajo, donde está la gran cantidad de agresiones que no son crímenes, pero que van formando la normalidad de la agresión. Ninguno tomaría ese camino si no existiera ese caldo de cultivo.

—¿Y por qué algunos hombres toman ese camino y otros no? Porque si es un problema social ¿no afectaría a todos por igual?

—Y bueno, porque somos todos diferentes… yo no te puedo responder eso. Lo que sí te puedo asegurar es que los índices serían muchos menores si atacáramos la base, o sea, el hábito, las prácticas habituales. Tampoco hablo de una cultura de la violación, porque se habla mucho de eso, sobre todo en Brasil. Se habla mucho de una cultura violadora. Está bien, pero cuidado con la culturalización, porque el culturalismo, en el abordaje de estos temas, le da un marco de “normalidad”, de costumbre. Como se hace con el racismo por ejemplo… es una costumbre. Yo tengo mucho miedo a esas palabras que terminan normalizando estas cuestiones.

—En relación a este tema, sobre que la violación es un crimen de poder, disciplinador, eso ¿se juega de la misma manera en el caso de los abusos de menores? Ya que generalmente los niños son abusados en su mayoría en las relaciones intrafamiliares o por integrantes de sus círculos cercanos, ¿se puede hacer una misma lectura o es distinto el análisis?

—Yo creo que es un análisis distinto, porque ahí si entra la libido de una forma en que yo no creo que entra en las violaciones de mujeres. Yo no he investigado mucho ese tema, lo que sí puedo decir al respecto es que el agresor, el violador, el asediador en la casa lo hace porque puede. Porque también existe una idea de la paternidad que proviene de una genealogía muy antigua, que es el pater familias, como es en el Derecho Romano, que no era como lo concebimos hoy, como un padre, una relación parental. Sino que el padre era el propietario de la mujer, de los hijos y de los esclavos, todos en el mismo nivel. Entonces eso que ya no es más así, pero que en la genealogía de la familia, como la entendemos, persiste… la familia occidental, no la familia indígena. Pero sí la familia occidental, que tiene por debajo en sus orígenes la idea de la dueñidad del padre. Entonces, eso aun está muy patente. Tengo estudiantes que han trabajado este tema. Por ejemplo, el caso de un pastor evangélico que violaba a todas sus hijas, y lo que sale de ese estudio es que el hombre, en su interpretación, era dueño de esos cuerpos. Eso es algo que no está más en la ley, pero sí en la costumbre. Y el violador también es alguien que tiene que mostrarse dueño, en control de los cuerpos. Entonces el violador doméstico es alguien que accede a esos cuerpos porque considera que le pertenecen. Y el violador de calle es alguien que tiene que demostrar a sus pares, a los otros, a sus compinches, que es capaz. Son variantes de lo mismo, que es la posesión masculina como dueña, como necesariamente potente, como dueño de la vida.

—En su experiencia, ¿el violador se puede recuperar de alguna forma, con la cárcel o con algún tratamiento?

—Nunca vi un trabajo de reflexión, no lo podemos saber porque el trabajo que debemos hacer en la sociedad que es primero entender y luego reflexionar nunca fue hecho. Sólo después de hacer el trabajo que está pendiente todavía de hacer en el sistema penitenciario, podemos llegar a ese punto. No hay elementos suficientes. No estoy hablando de psicópatas. Porque, a diferencia de lo que dicen los diarios, la mayor parte de las agresiones sexuales no son perpetradas por psicópatas. Los mayores perpetradores son sujetos ansiosos por demostrar que son hombres. Si no se comprende qué papel tiene la violación y la masacre de mujeres en el mundo actual, no vamos a encontrar soluciones.
Quedan pendientes tantos temas… hablar, por ejemplo, sobre el papel de los medios que, según sus propias palabras, colaboran con exhibir públicamente la agresión a las mujeres hasta el hartazgo, haciendo de la victimización de las mujeres un espectáculo de fin de tarde o después de misa, reproduciendo hasta el hartazgo los detalles más morbosos y funcionando así como el “brazo ideológico de la estrategia de la crueldad”….  Esos y tantos otros. Será en otra oportunidad. La estaremos esperando.

*EXTRACTO DEL LIBRO “LA GUERRA CONTRALAS MUJERES”, DE RITA SEGATO. 

Sí, y el Papa no es católico

Nutritivo y contundente texto sobre la vejez de la recientemente fallecida Ursula K Le Guin, publicado en el suplemento RADAR de P12 que fue tomado de su libro "No hay tiempo para ahorrar: pensar en lo que importa"

En 2014 recibió la Medalla de la Fundación Nacional del Libro por Contribución Distinguida a las Cartas Americanas. En su discurso, ella denunció el mercantilismo en la publicación.

"Vivimos en el capitalismo. Su poder parece ineludible", "También lo hizo el derecho divino de los reyes. Cualquier ser humano puede ser resistido y cambiado por los seres humanos. La resistencia y el cambio a menudo comienzan en el arte y muy a menudo en nuestro arte, el arte de las palabras".

Animales de otra especie

Por Ursula K. Le Guin
No querer saber demasiado sobre volverse viejo (no quiero decir más viejo, sino viejo: 80 años y más) es probablemente una estrategia de supervivencia humana. ¿Para qué sirve saber algo antes de tiempo? Ya lo vas a averiguar cuando llegues ahí. Una de las cosas que la gente encuentra con frecuencia cuando llega ahí es que los más jóvenes no quieren escuchar sobre el tema. Así que la conversación sobre ser viejo tiene lugar sobre todo entre viejos. Y cuando la gente más joven le dice a los viejos lo que es la vejez, los viejos pueden no estar de acuerdo pero rara vez discuten. Yo quiero discutir, un poco. En el poema “Oven Bird” Robert Frost hacía una pregunta operativa: “¿Qué hacer con una cosa disminuida?”. Los norteamericanos creen firmemente en el pensamiento positivo. El pensamiento positivo es bárbaro. Funciona mejor cuando está basado en una evaluación realista y una aceptación de la situación real. El pensamiento positivo basado en la negación no está tan bien. Cada persona que se hace vieja tiene que evaluar su situación, que puede cambiar pero rara vez mejorar y hacer lo mejor que pueda con el resultado. Creo que la mayoría de los viejos aceptan el hecho de que lo son –nunca escuché a nadie de más de 80 decir “no soy viejo”–. Y hacen lo mejor que pueden con el tema. Además, ¡consideren la alternativa! Mucha gente joven, que ve la realidad de ser viejo como enteramente negativa, considera negativo aceptar la edad. Quieren lidiar con los viejos con espíritu positivo y les niegan su realidad. Con buenas intenciones, la gente me dice: “¡Oh, pero no sos vieja!” Sí, y el Papa no es católico. “Sos todo lo vieja que te sientas” Ahora, no me van a decir que haber vivido 83 años es una cuestión de opinión. “Mi abuelo tiene 90 y camina doce kilómetros diarios”. Qué suerte tiene el abuelo. Espero que nunca se encuentre con la vieja molesta Artritis y su maligna compañera Ciática. “¡Mi abuela vive sola y sigue manejando su auto a los 99!” Bien por la abuela, tiene buenos genes. Es un buen ejemplo, pero no uno que la mayoría de la gente pueda imitar. La vejez no es un estado mental. Es una situación existencial. ¿Le dirían a una persona paralizada de la cintura para abajo “¡No tenés una discapacidad! ¡Estás tan paralizado como quieras estarlo! ¡Mi primo se rompió la espalda una vez pero se sobrepuso y ahora se está entrenando para un maratón!”. Dar ánimo a través de la negación, aunque sea con buenas intenciones, resulta contraproducente. El miedo casi nunca es sabio y nunca es amable. ¿A quién estás tratando de alegrar, además? ¿Al viejo? ¿De verdad? Decirme que mi vejez no existe es decirme que no existo. Si se borra mi edad se borra mi vida.
Por supuesto, eso es lo que muchos realmente jóvenes hacen inevitablemente. Los chicos que no han vivido con viejos no saben ni lo que son. Así los hombres viejos aprenden la invisibilidad que las mujeres aprendieron veinte o treinta años antes. Los chicos en la calle no te ven. Y si te ven, con frecuencia es con indiferencia, desconfianza, o la animosidad que se siente frente a animales de otra especie.
Los animales tienen códigos de etiqueta distintivos para evitar o desactivar su irracional miedo u hostilidad. Los perros se huelen ceremoniosamente los culos, los gatos ceremoniosamente mean en los bordes territoriales. Las sociedades humanas nos proveen de artefactos más elaborados. Uno de los más efectivos es el respeto. No nos gusta el extraño, pero el compartamiento cuidadosamente respetuoso para con él evita su disgusto, y así se elude el estéril gasto de tiempo y sangre que implica la agresión y la defensa. En sociedades menos orientadas al cambio que la nuestra, una gran parte de la información cultural útil, incluidas las normas de comportamiento, es enseñada por los viejos a los jóvenes. Una de esas reglas, y no es sorprendente, es la tradición del respeto a la vejez. En nuestra crecientemente inestable sociedad, orientada al futuro y conducida por la tecnología, con frecuencia los jóvenes son los que marcan el camino, quienes les enseñan a los viejos qué hacer. ¿Así que quien respeta a quién y por qué? Cuando no hay presión social detrás, el comportamiento respetuoso se vuelve una decisión, una elección individual. Esto es moralmente problemático cuando la decisión personal se confunde con la opinión personal. Una decisión que merezca ese nombre está basada en la información, en la observación, en el juicio intelectual y ético. La opinión puede estar basada en ninguna información. En el peor de los casos, sin chequeos de juicio o tradición moral, la opinión personal refleja sólo ignorancia, celos y miedo. Así que si decido –si mi opinión es– que vivir un tiempo largo sólo significa volverse feo, débil, inútil y molesto, no gasto respeto en la gente vieja, así como si mi opinión es que los jóvenes son escalofriantes, insolentes, poco confiables e imposibles de enseñar, no voy a gastar respeto en ellos. El respeto con frecuencia ha sido forzado abusivamente y casi siempre estuvo mal asignado (los pobres deben respetar a los ricos, todas las mujeres deben respetar a todos los hombres etc). Pero cuando se aplica con moderación y juicio, el requerimiento social del comportamiento respetuoso hacia a los otros, que reprime la agresión y requiere de autocontrol, da lugar al entendimiento. Crea un espacio donde pueden crecer el aprecio y el afecto. Creo que la tradición de respetar la edad en sí misma tiene alguna justificación. Solamente seguir adelante con la vida diaria, hacer cosas que siempre fueron tan fáciles que ni siquiera las notabas, todo eso se vuelve más difícil con la vejez hasta que se puede necesitar coraje real para seguir. La vejez generalmente implica dolor y peligro e inevitablemente termina en la muerte. Aceptar este hecho requiere coraje. Y el coraje merece respeto.

Este texto pertenece al último libro de Ursula K. Le Guin, No Time To Spare: Thinking About What Matters, publicado en diciembre de 2017. Se trata de una recopilación de entradas del blog donde la escritora no escribía ficción sino que trataba temas cotidianos como la vejez, las creencias, el mundo literario y la política. Ursula K. Le Guin murió el 22 de enero, a los 88 años, en su casa.

viernes, 12 de enero de 2018

El cucú del infierno

 ... somos lo que fingimos ser, 
así que debemos tener cuidado con lo que fingimos ser.
 - KURT VONNEGUT

La ficción producida por un autor creativo y habilidoso muchas veces da mejor cuenta de los fenómeno sociales que muchos cientistas. A continuación transcribo unos fragmentos de Madre Noche de Kurt Vonnegut que refieren a un fantástico ".. cucú del infierno ..." para describir las características de una mente totalitaria ...
"Nunca he visto un demostración mas sublime de la mente totalitaria, una mente que se podría comparar con un sistema de engranajes cuyos dientes se han limado al azar. Esta máquina de pensar de dientes desparejos, impulsada por una ibido común o inferior a la medi a, funciona con la inanidad convulsiva, ruidosa y chillona de un reloj cucú en el infierno."
[...] "Lo mas apabullante de la mente totalitaria es que los engranajes mutilados están rodeados por hileras de dientes en estado de impecable mantenimiento, que funcionan a la perfección.De ahí el reloj cucú del infierno: da la hora exacta por ocho minutos y treinta y tres segundo, se adelanta catorce minutos, da la hora exacta por seis segundos, se adelanta dos segundos, da la hora exacta por do horas y un segundo, se adelanta un año.Los dientes faltantes son verdades sencillas y evidentes, verdades accesibles y comprensibles aun para los niños, en la mayoría de los casos.Se trata de la eliminación intencional de algunos dientes del engranaje, la omisión intencional de ciertos datos obvios."
[...] "Por eso Rudolf Hess, el comandante de Auschwitz, podía usar los altavoces para alternar una música excelsa con llamadas para los transportadores de cadáveres ..."
Fragmentos del Capítulo 38. Oh, dulce misterio de la vida de la novela Madre Noche de Kurt Vonnegut - La bestia Equilátera 2016.

El mal pornográficamente exhibido y el bien supuestamente subrepticio y clandestino aparecen unidos en un personaje polémico que finalmente resuelve su conflicto de una manera ejemplar aunque nada de lo que ocurrió pueda ser cambiado. Si bien la obra fue escrita y publicada en 1961 y refiere a la vida de un espía estadounidense a la vez que presunto nazi residente en Alemania durante la segunda guerra tiene ciertos pasajes que podrían se usados para describir situaciones y modos comunes en nuestra sociedad actual bajo el régimen fascista que hoy padecemos.
Probablemente ello ocurra debido a que el pensamiento totalitario siempre es igual y se comporta como el cucú del infierno. 

Hasta la próxima.


lunes, 18 de diciembre de 2017

"Los monstruos existen ..." somos nosotros ...

Reproducimos la nota de Federico Pavlovsky en la contratapa de P12 de hoy ...

Rostros familiares

Por Federico Pavlovsky

El 10 de julio de 1941, en un impronunciable pueblo de la Polonia ocupada, Jedwabne, a 190 km de Varsovia, se produjo uno de los hechos más crueles e increíbles que registra la Segunda Guerra Mundial. Durante algunas horas de ese día de verano, un pueblo de 3000 habitantes fue el escenario en donde se desarrolló un asesinato colectivo. Ese día, mil quinientas personas mataron o vieron matar a otras mil seiscientas, éstas últimas de origen judío, y en el exterminio no hubo ninguna distinción entre hombres, mujeres, niños y ancianos. Solo siete personas sobrevivieron al ser salvadas por una familia polaca (el matrimonio Wyrzykowski) que, justamente, por ese acto de solidaridad fue perseguida por años. La historia, tan escalofriante como atroz, fue negada por décadas hasta que el historiador polaco judío Jan T. Gross publicó en el año 2001 el libro, Vecinos: El exterminio de la comunidad judía de Jedwabne, una publicación que se convirtió en bestseller en Estados Unidos y Polonia, donde desató un debate nacional sin precedentes. El libro se construyó recogiendo el testimonio de las únicas siete personas que sobrevivieron a la masacre, y en los archivos de dos juicios celebrados por las autoridades comunistas en 1949 y 1953. Una de las particularidades de esta masacre es que en la Polonia ocupada por los nazis, los alemanes no ordenaron la matanza ni participaron de ella, tan solo se limitaron a autorizar el devenir de los acontecimientos y sacar fotografías. Un crimen colectivo realizado por una comunidad de vecinos, de individuos “comunes”, en donde la mayoría de los hombres participaron activamente, y el resto observó de forma pasiva pero cómplice. La secuencia fue desvastadora. Con golpes y diversas torturas, todos los judíos fueron arrastrados dentro de un granero, encerrados ahí, para luego prenderles fuego. Sometidos a toda clase de humillaciones, los judíos fueron obligados a realizar actos de feria, ejercicios gimnásticos ridículos, y toda una serie de vejámenes antes de ser ultimados por sus vecinos. A esto le siguió la confiscación de los bienes “abandonados”, el silencio generalizado, y un olvido sistemático y colectivo de lo acontecido. Las personas fueron aniquiladas, pero sus propiedades intactas fueron apropiadas por sus ejecutores. Gross señala que se trató de un asesinato en masa en un doble sentido, por el número de las víctimas y por el número de los verdugos. Los mataron de modo frenético, barbárico, y de múltiples maneras, a unos con herramientas de metal, a otros a cuchilladas, a otros a estacazos.


Uno de los elementos más perturbadores de esta historia es que rompe el arquetipo de monstruo que comete actos inhumanos. Como señala el texto de Gross, en Jedwabne los verdugos fueron unos polacos normales y corrientes. Eran hombres y mujeres de todas las edades, y de las profesiones más diversas. Buenos ciudadanos. Y lo que vieron los judíos, para mayor espanto y desconcierto, lo último que alcanzaron a ver, fueron solo rostros familiares. Vieron a sus propios vecinos devenidos en asesinos voluntarios. Un ejemplo en donde la horda, la furia de una masa resentida que por distintos motivos se contamina con las ideas de diferencia y superioridad, elimina los límites y las responsabilidades individuales. Distintos informes detallan que los habitantes de Jedwabne de la posguerra sabían perfectamente que los judíos del pueblo habían sido asesinados por sus vecinos durante la guerra, y no por los nazis.

La historia permaneció prácticamente oculta hasta la publicación de Gross (2001) y cobró una mayor difusión gracias al estreno de la extraordinaria película polaca, “Poklosie”, (o “Secuelas” 2012). Escrita y dirigida por Wladyslaw Pasiloski, narra la historia de la matanza y recibió en Polonia severas críticas, amenazas, y un verdadero boicot por parte de sectores nacionalistas polacos que niegan lo ocurrido ahí, y en otros pueblos similares, ya que éste no fue el único caso. Recomiendo leer el reportaje publicado en Páginai12, realizado por Luis Bruschtein, a la filósofa y poeta Laura Klein, “Jedwabne, la vergüenza de los polacos”, ya que ella tuvo familiares asesinados en ese pueblo. Así, también, el artículo de Ana Wajszczuk en el diario La Nación, “La vecindad del mal”.

La historia de Jedwabne representa un acontecimiento testigo de hasta dónde puede llegar un grupo de personas comunes, de rostros amigables y familiares, ante ciertas circunstancias de contagio del odio más visceral, y donde no hay ninguna cabida para la reflexión y la empatía. 

En la obra teatral Potestad, de Eduardo Pavlovsky, un médico conquista al público a través de un relato dramático donde detalla cómo ha sido despojado de su hija. Esta emoción se revierte sorpresivamente en los minutos finales del monólogo, cuando revela su condición de médico apropiador de la dictadura. Por aquel entonces, muchas personas le recriminaron al autor-actor haberle otorgado rasgos tiernos y cálidos al personaje del genocida.

El escritor y maestro del terror Alberto Laiseca decía que los monstruos existen. No se refería, por supuesto, a seres con colmillos, Quasimodos, u hombres-mosca, sino que hablaba más bien del comportamiento de los seres ordinarios, de aquellos que habitan en tantos pueblos lejanos y ciudades cercanas de este mundo, y que pareciera que solo están esperando a que alguien se anime a dar la orden de ataque.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Unidad del Peronismo

Al final el tipo tenía razón. Sé que muchos me van insultar en idiomas extraños y con diversas metáforas por este reconocimiento pero el tipo tenía razón.

La práctica política terminó por convalidar de hecho lo que solo aparecía como una especulación teórica de la política argentina y que muchos de buena o mala leche tildaron de "pelotudez".

No hubieron pomposas y publicitadas reuniones para "armar" este día de hoy. Como todo proceso social significativo es/fue la consecuencia de una multiplicidad de hechos mas o menos conscientes y/o mas o menos espontáneos, mas o menos caóticos o coordinados.

La cosa arranca hace tiempo con los reiterados y sugestivos mensajes vaticanos críticos del capitalismo y de las sociedades que no cuidan el trabajo y a los viejos y llega hasta al otro extremo del arco político aterrizando en los explosivos discursos consignistas de la izquierda vernácula antiK que por fin parece reconocer que había algunas diferencias entre Cristina y Macri.


La realidad emergida hoy como hecho duro de la política argentina es que toda esa masa informe y metamórfica autodefinida como Movimiento Peronista que incluye a los Renovadores, los Federales, los Ks de la Unidad Ciudadana, el Movimiento Evita y otras expresiones menores aliadas como los Radicales K, Nuevo Encuentro, Comunistas K, las CTA s, la CTEP, el neomoyanismo mas o menos disidente, los gordos triunviros del "ni si, ni no, sino todo lo contrario", las organizaciones de DDHHs Ks y las no Ks, el defensor del pueblo Amor, el episcopado, la iglesia de Córdoba, los curas villeros, los progres sueltos, las agrupaciones de jubilados, etc, etc, etc, todos, todos los adscriptos al llamado campo popular y también algunos que no tanto, actuaron al unísono en defensa de la sociedad para desarticular la maniobra del gobierno de MM destinada a institucionalizar las reformas impuestas por sus socios imperiales y los organismos internacionales rectores del capitalismo salvaje. 

Este proyecto del régimen oligárquico y las maniobras llevadas a cabo para lograr su aprobación que incluyeron el burdo intento de convalidar el quórum en diputados con dos diputruchos, fracasó estrepitosamente. Fracasó y de inmediato provocó las infantiles quejas, pataleos y berrinches de sus acólitos y amanuenses.

Al final el tipo tenía razón. Guillermo Moreno tenía razón.


El tren va a chocar, decía y hoy lo dicen todos, propios y ajenos, hasta el mismo presidente lo reconoció públicamente sin reparos. Todo dependía según el presidente, de que estos proyecto se aprueben ... y hoy no se aprobaron. 
Lo que ocurra mañana es incierto ahora se esta hablando de que intentarán otras vías para lograr lo que hoy no pudieron pero lo cierto es que hoy el proyecto no pasó y es la primera gran derrota política del régimen. Y es una derrota provocada objetivamente por  una acción unificada del Movimiento Peronista y sus aliados en el campo popular.

Escuche por allí decirle al tipo que hablaba de la unidad que atrasaba 50 años. Mirá como atrasaba ... la tenía reclara el tipo y los hechos lo demostraron. Sin magia ni complicadas elucubraciones teóricas. Unidad para la toma del poder. Después poroteamos si queres pero sentados en la Rosada con los resortes en la mano.

A la hora de infringir cierto daño al enemigo no importaron ni Pichettos, ni Cristinas, ni Bossios, ni Randazzos, ni si sos trosko o progre de izquierda o un poco mas reformista o peronista de la primera hora, importó el pueblo movilizado y la unidad del peronismo y de éste con sus aliados de siempre en el campo popular. 


Por supuesto que sin el pueblo movilizado en las calles no hubiera habido hecho significativo. Ese es el gran actor protagónico sin el cual nada es posible, como en el 45 cuando los que se refrescaron las patas en la fuente todavía no sabían que se convertirían en peronistas.

Hasta la próxima.




lunes, 11 de diciembre de 2017

Defender la democracia no es seguro de nada.

Ayer se cumplieron 34 años de la asunción de Alfonsín al cargo de Presidente de la Nación elegido en unos comicios tan libres y democráticos como podrían serlo en ese momento. Algunos han pretendido instalarlo como el padre de nuestra "recuperada" democracia al ser designado después de que se retiraran en derrota y deshonrados los delincuentes genocidas luego de los años de terror, oscuridad y muerte. Pero no debemos confundirnos.

La Democracia (burguesa), que viene a ser una forma de organización que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía o pueblo y que 
tan cívicamente insisten en defender muchos ciudadanos bienpensantes, históricamente, solo tiene como padres a la clase burguesa, a los burgueses, es decir a los varones, mayores, propietarios, letrados que la inventaron para consolidarse y perpetuarse en el poder luego de destituir a las monarquías absolutas bajo cuya sombra enriquecieron y acumularon poder con sus negocios.

En ningún caso ingresaban a esa categoría ni accedían a los derechos conquistados de "ciudadano" o "pueblo", ni mujeres, ni niños, ni foráneos, ni negros, ni indios, ni pobres, ni chusma, ni siervos, en fin las mayorías debían quedar fuera.
Un caso paradigmático de esto es que hasta mas allá de mediados del siglo XX la democracia boliviana solo incluía a menos del 20% de la población total. Solo después de la reforma constitucional llevada a cabo bajo el gobierno de Evo Morales que instaura la República Plurinacional se puede decir que es democracia ha dejado de ser burguesa para convertirse en algo diferente aún en proceso de consolidación.

Con el tiempo y por medio de permanentes enfrentamientos, casi siempre violentos y sangrientos, con una pornográfica producción de cadáveres proporcionados por los sectores subalternos, la burguesía cedía ciertos derechos a otros segmentos sociales excluidos inicialmente en aquella democracia cerrada. Ese proceso en nuestra sociedad ha tenido idas (las menos) y retrocesos (los mas) y está registrado en  las diversas  redacciones de las cartas constitucionales y documentos fundacionales que les dieron lugar en cada caso. 

Dichas redacciones y documentos no son otra cosa que la consecuencia legal del resultado de los enfrentamientos cruentos o no, que hubieran tenido lugar en la disputa por el control de las "riquezas naturales" y del excedente del producto del trabajo humano sobre ella. Es decir que la Constitución Nacional fue y es una declaración jurídica formal de los sectores dominantes, vencedores circunstanciales de aquella disputa, que establece cuales serán sus propios límites en el ejercicio del poder político sobre el resto de la sociedad, s decir los vencidos.

La prueba misma es la caída  de Alfonsín a manos de los intereses oligárquicos vernáculos  y proimerialistas que son los mismos que hoy nos gobiernan. 

Si los sectores populares, es decir la gente común, no toman consciencia y no logran invertir la actual correlación de fuerzas, asumir el poder político y económico y derogar nuestra constitución liberal  para imponer una nueva que consagre los derechos de quienes objetivamente no formamos parte de las actuales clases dominantes todo seguirá peor. El horizonte actual no es otro que el fascismo institucionalizado en nuestra sociedad.


sábado, 9 de diciembre de 2017

Situación insostenible

En la semana en la cual el grupo de representantes de la oligarquía y de los intereses de las multinacionales que conduce los destinos del país lanzó por medio de su ala judicial, la bomba consistente en el procesamiento y pedido de prisión para la presidenta - mandato cumplido - Senadora Dra Cristina Fernández de Kirchner y un grupo de sus colaboradores, parece importante discutir acerca de la incidencia de ese hecho sobre las perspectivas de aprobación de las recientes iniciativas presentadas por el ejecutivo. Las leyes del Desmantelamiento de  la Ley de Contrato de Trabajo y la de la Estafa Histórica a los Jubilados.

Un medio (oficialista) de esos que se las dan de técnicos, objetivos e independientes titula de manera insólita que "Para los analistas, la decisión de Bonadío no se sentirá en la economía" ... cabe preguntarse entonces porqué razón habría de sentirse en la economía la payasesca e impúdica acción del Juez Pistolas agente de la fuerza de tareas judicial, sobre la senadora presidenta - mandato cumplido.

En la misma nota, un Miguel Kiguel, quién alguna vez aseguró: "... hoy no somos serios; y cada vez menos desde que dejamos de tener un vicepresidente opositor. Ahí éramos un poco más serios" ante la renuncia de Cobos a la vice presidencia ahora afirma que "Si condenan a Cristina es otra historia, porque el Senado podría pedir el desafuero. Para los mercados no es relevante"
También dice lo mismo el economista Javier Alvaredo, "No es un tema relevante" afirma y agrega que " ... es clave que el gobierno pueda avanzar en las media sanciones que dio el Senado la semana pasada ..."

Mientras esta puesta en escena mediática transcurre plácidamente dando la idea de que vivimos en "un país normal" versión MM, y donde la única amenaza leve que podría atentar contra la gobernabilidad sería la actividad de un kirchnerismo arrinconado como teme Sergio Berensztein, analista político que coincide con los anteriores en que la decisión judicial es irrelevante en lo que respecta a las reformas.
Es un mundo virtual, una construcción irreal un ncuento de hadas y ogros donde hay unos buenos que a veces se equivocan un poquito y deben ser pacientemente perdonados y otros malos que aunque bajo control podría generar unos incidentes callejeros que debieran castigarse duramente. Por lo demás todo va bien en Macriland.

En ese contexto el ex secretario de comercio de CFK, Lic. Guillermo Moreno, produce un análisis concreto y riguroso de la actual situación económica y propone la base de un posible Plan de Contingencia.
Moreno, junto con otros economistas peronistas dejando de lado el hecho político producido por el gobierno, afirma en su análisis que "se esta llegando a una situación insostenible" y sin señales alentadoras.
Asegura que:
  • No hay inversiones productivas privadas.
  • La inflación no cede.
  • El déficit está en el 11% del PIB.
  • Las LEBAC se han convertido en un problema autónomo.
  • Récord histórico de los los déficits de la balanza comercial y de la cuenta corriente de la balanza de pagos 
  • Tasas de interés muy elevadas.
  • Moneda local excesivamente sobrepreciada. 

... y que éstos hechos tienen como consecuencia directa el :
  • Perjuicio de la industria manufacturera y las economías regionales.
  • Empeoramiento de la distribución del ingreso. 
  • Crecimiento de la pobreza y la indigencia.
  • Deterioro de la calidad del empleo. 

Lo mas grave, según el análisis de Moreno es que la evolución de estos indicadores muestra una fuerte y rápida agudización de la seria situación que atraviesa nuestra economía.

Las dos miradas tan diferentes sobre lo que ocurre hoy en nuestra sociedad no son inocentes subjetividades tomadas al azar, simplemente son muestras claras que dan cuenta de la existencia de dos modelos y proyectos contrapuestos en disputa. El primero, el del capitalismo financiero salvaje, simple bestia global, despersonalizado e insensible basado en el algoritmo de la maximización de las ganancias y el segundo otro muchísimo mas complejo, construído sobre la base de una doctrina nacional, popular, humanista es decir peronista.

Luego de recorrer lecturas de portales, medios y redes sociales de diverso signo a la búsqueda de información resulta impactante reconocer lo acertado de la mirada de Scalabrini Ortiz cuando afirmaba que la economía es sencilla y que si no se la entiende cuando alguien la explica es porque te están queriendo robar. Mientras lo publicado por Moreno es claro, sencillo, simple y corto las explicaciones de los analistas, gurúes, funcionarios y especies vernáculas similares resultan en un verdadero galimatías incomprensible y carente de mayor sentido.

Hasta la próxima.




miércoles, 22 de noviembre de 2017

Deuda eterna

Reproducimos la interesante entrevista que realizó Guillermo Caviasca a Alejandro Olmo y publicada en Zoom el 21/nov/2017 donde se reflexiona sobre la viabilidad del modelo económico implementado por el gobierno de los CEOs
"Para mí emitir deuda a cien años, además de ser un acto absolutamente irresponsable, es una muestra de la connivencia que hay entre el gobierno y el sector financiero..."

“El endeudamiento va a durar mientras el sistema financiero obtenga beneficios”

Alejandro Olmos, uno de los mayores especialistas en deuda externa en el país, habla del endeudamiento actual, las Lebacs como nueva "tablita" y la pesada herencia de los buitres.

El apellido Olmos está íntimamente ligado al siempre laberíntico engranaje de la deuda externa en Argentina. Alejandro (padre) fue querellante en 1982 contra José Alfredo Martínez de Hoz, cerebro del programa económico de los militares, y padre de una deuda que en el año 2000, a instancias del trabajo de Olmos, fue declarada “ilegal, inmoral, ilegítima y fraudulenta” por el juez Jorge Ballestero. Su hijo, Alejandro Olmos Gaona, continuó su legado y trabajó para investigar, durante el kirchnerismo, desde el canje de deuda en 2005 hasta el pago al Club de Paris en 2014. Hoy, en medio de la fiesta de la deuda y los bonos celebrada por Cambiemos, Olmos Gaona lleva adelante una monumental investigación que abarca desde el negocio detrás de las cuentas offshores que salpica al propio presidente, hasta el endeudamiento externo voraz y el negocio de las Lebacs. En diálogo con Zoom, explica cómo funciona el sistema de deuda tanto externa como interna actual, opina sobre su viabilidad a mediano plazo, dice que el negocio detrás de las Lebacs se parece al de la “tablita” de Martínez de Hoz, apunta contra el sector empresario al que, asegura, ningún político enfrentó jamás en relación con la deuda pública, y analiza la larga novela de los fondos buitre, desde los errores y omisiones del kirchnerismo, hasta el pago sin restricciones del macrismo.

Ha habido cambios importantes en el tema deuda entre la política de la gestión kirchnerista y la actual. ¿Se puede llamar “política de endeudamiento” a la que implementa Cambiemos?

Yo he sido muy crítico del canje de deuda de 2005 y de 2010 hecho durante el periodo de los Kirchner, porque pagaron a los acreedores extranjeros endeudándose con organismos del Estado, pero de todas formas el endeudamiento externo bajó y fue sustituido por endeudamiento interno. Por supuesto es mucho más fácil negociar con el ANSES o con el Banco Nación que con la banca extranjera. Esta política económica le vino de maravillas a Macri para volver a endeudarnos en el exterior, ya que partió de un piso relativamente bajo en lo que hace a deuda externa. El año pasado hubo una enorme emisión de deuda, este año iba a haber 38.500 millones más, y de acuerdo a la ley de presupuesto, el año que viene vamos a tener una emisión de U$S 46.500 millones. Esto significa que entre 2016 y 2018 la deuda externa argentina va a crecer U$S 119.000 millones.

El crecimiento de la deuda externa es exponencial. ¿Qué viabilidad tiene?

El presidente Macri explicó que no hay otra opción: o nos endeudamos o emitimos, y si emitimos eso genera inflación y la gente pobre se ve más perjudicada. Esto es una ficción. Porque el déficit aumenta por el pago de los intereses de la deuda. El año que viene hay que pagar 21.200 millones de intereses. Esto me hace acordar a lo que pasaba durante la gestión de [Carlos] Menem, donde el Estado tenía superávit primario que se convertía en déficit inmediatamente si se le sumaba el pago de los intereses de la deuda. Es una especie de encerrona donde no hay forma de salir y el gobierno sigue aumentando las obligaciones externas porque cree que de esa manera va a salir. Esto no solo lo critico yo, también personas que son afines ideológicamente al gobierno. Carlos Melconian, por ejemplo, dijo que este proceso de endeudamiento nos va a llevar inexorablemente a una crisis.

¿Cómo funciona el sistema de la deuda?

El último presupuesto determina que hay una serie de obligaciones por un monto determinado y el gobierno emite deuda para cubrir esas obligaciones. Entonces si tenemos que pagar 200.000 millones, el gobierno emite para cubrir las obligaciones. Pero lo que pasa es que en este momento entre lo que hay que cubrir y lo que se va a emitir hay más de 46.500 millones que son para cubrir más gastos corrientes y para tratar que el déficit fiscal no sea tan grande. Para este año se había calculado 38.500 millones y de acuerdo a las últimas cifras la emisión ha sido casi de U$S 44.000 millones. Además, de que hay una deuda de la que generalmente se habla muy poco que es la deuda del Banco Central y que significa la emisión en este momento de Lebacs, cuya tasa de interés acaba de ser reajustada al 28,75%.

La deuda pública se compone de la deuda externa y de la deuda interna. Y la deuda interna son estas Lebacs. ¿Cómo funciona la parte de la deuda que está construyendo el Banco Central?

El Central para absorber los pesos de la emisión monetaria emite Lebacs, que son letras en pesos con una tasa de interés [que es superior al aumento del dólar]. Este año, con esta tasa de interés, va a haber que pagar intereses por $ 250.000 millones. ¿A quién? A los que compran las Lebacs, que son bancos nacionales y extranjeros. Esto significa un endeudamiento cuasi fiscal del Banco que en este momento es superior a las reservas que tiene. De reservas hay alrededor de U$S 53.000 millones y la emisión de Lebacs ya está por arriba de los U$S 60.000 millones. Es una política muy difícil de sostener, pero, bueno, el Fondo Monetario, según acaba de declarar un funcionario, dice que es la política correcta. Si leés el informe de Michel Camdessus del año 1998, como director gerente del Fondo Monetario, ahí decía que “el mundo tiene que seguir el ejemplo de la política de Carlos Menem y de la Argentina”. Y sabemos lo que pasó en 2001.

¿Los vencimientos de deuda externa se refinancian casi completamente? ¿Cómo es que se produce el incremento del monto total?

No, no. Eso se paga. Lo que pasa es que a veces se puede pagar todo y a veces no. Entonces cuando no se puede pagar se agrega al capital y se refinancia, o sea a través del mecanismo del anatocismo, que es el tema de la usura permanente.

Y si nos trasladamos al tema de las Lebacs, estos vencimientos el Estado no los paga. ¿Cómo funciona este sistema?

Los refinancia. Si hay vencimiento de Lebacs por $ 300.000 millones, el Banco Central emite Lebacs para cubrir esa suma. Ahora, a veces la puede cubrir y a veces no. Entonces cuando no la puede cubrir tiene que pagar. El problema sería que de golpe nadie renovara las Lebacs y el Banco no podría pagarlas.

O sea que el Estado quebraría si sus acreedores reclamaran el pago. ¿Eso implicaría una soga al cuello del gobierno de parte de los tenedores de las Lebacs?


Por supuesto.

Porque están en todo su derecho legal de pedir cobrar en cada vencimiento, que además son de corto plazo.

Exactamente. Pero yo creo que hoy el mecanismo funciona aceitadamente porque el sistema financiero, que en este momento tiene ganancias enormes, está apoyando al gobierno. ¿Y por qué lo apoya? Porque si yo tengo dólares, los traigo acá a la Argentina, los vendo, compro Lebacs, tengo una tasa de interés promedio del 26, 27%, dentro de tres meses las vendo, vuelvo a comprar dólares, y la tasa de ganancia es enorme. Y no te digo si la tengo un año, porque el crecimiento del dólar, a pesar de que ha habido momentos en que ha crecido más, está pautado. Con algunas diferencias, es como la famosa tablita de la época de Martínez de Hoz.

¿Cree que esta política de endeudamiento externo es parte de un convencimiento militante, de una certeza política, o es simplemente una medida pensada por grupos de empresarios que buscan grandes negocios?

¿Sabés lo que pasa? Los empresarios tienen como único objetivo el lucro, no les interesa las realidades sociales. Estoy leyendo un libro excelente de Zygmunt Bauman, Daños colaterales, donde habla de cómo se comportan los mercados. Y a los mercados lo único que les interesa es la maximización de la ganancia, si en ese camino queda gente fuera es un problema de la gente. Por otro lado, como en los últimos 30 años la concentración de la riqueza ha crecido exponencialmente, esto determina que las empresas sigan con esta política porque eso determina que ellos cada vez tienen más dinero y en consecuencia más poder. Cuando vos analizás este gobierno ves que está integrado mayoritariamente por empresarios. ¿Podés creer que un gobierno de empresarios, que siempre han privilegiado el interés privado, tiene debida conciencia de lo que es la cosa pública? Evidentemente, no. De todas formas, creo que esto no es de ahora. Cuando se habla de los bienes del Estado siempre me llamó la atención que, en medio del discurseo, no se tenga conciencia de que el Estado no es el dueño de los bienes. Los bienes son del pueblo, de la gente, el Estado es simplemente el administrador. Al no tener conciencia de que los bienes son de la gente, los vendemos, como está haciendo Macri con la Isla Demarchi y con los terrenos aledaños y con todo lo que se está vendiendo últimamente. ¿Y por qué se está vendiendo? Porque hay una ley de la dictadura, ratificada por el Congreso Nacional en 2014, que autoriza al Poder Ejecutivo a vender los bienes del Estado. Y a ningún diputado de ninguna fracción política se le ha ocurrido, excepto al legislador [Marcelo] Ramal y al diputado [Juan Carlos] Giordano de la izquierda, y al senador [Fernando “Pino”] Solanas, presentar proyectos para derogar esa ley.

¿Qué impacto tiene el hecho de haber emitido deuda a cien años?

Para mí emitir deuda a cien años, además de ser un acto absolutamente irresponsable, es una muestra de la connivencia que hay entre el gobierno y el sector financiero, porque fue un bono que se colocó inmediatamente. Y si bien la magnitud del bono, respecto a los 119 mil que acabo de mencionar, es mínima, porque son 2.750 millones, esos 2.750 millones significa que la Argentina va a pagar 20.000 millones de intereses. Y además, cuando hablo de irresponsabilidad, ¿cómo sabemos lo que puede pasar en la Argentina en los próximos diez años? Mucho menos lo que va a pasar en los próximos cien. Nunca se emitió un bono de esas características, y hay dos o tres países que lo han hecho, pero también de manera irresponsable. El gobierno ha dicho que esto significa confianza. Confianza en algo que algunos discuten, pero que es una realidad: la Argentina siempre paga. Podrá dejar de pagar un tiempo, podrá entrar en default, pero invariablemente termina pagando. Cristina Kirchner lo dijo: “Somos pagadores seriales”. Siempre hemos pagado.

“Argentina siempre paga. Podrá dejar de pagar un tiempo, podrá entrar en default, pero invariablemente termina pagando. Cristina Kirchner lo dijo: “Somos pagadores seriales”. Siempre hemos pagado”

Frente a esta política de endeudamiento, ¿qué ideas o propuestas se pueden llevar a cabo como alternativa, más allá de las consignas?


Mirá, en este momento en la Fiscalía Federal nº 6, cuyo titular es Federico Delgado, se está trabajando intensamente con peritos del Banco Central para establecer acciones de responsabilidad contra todos los que intervinieron en los procesos de endeudamiento. No sé si lo podrá hacer Delgado o no, pero si no lo hace lo voy a hacer yo, porque me he presentado en la causa y he presentado montones de documentos. Uno de los elementos fundamentales de por qué el tema de la deuda sigue invisibilizado y no se quiere auditar es porque la mitad de todo ese proceso que comenzó en los 70 es deuda de las empresas privadas. En el año 1985 el Banco Central le informó al Juzgado Federal nº 2 que el volumen de endeudamiento privado estatizado, y del cual era responsable el gobierno nacional, era nada menos que de U$S 23.000 millones, que equivalen casi al doble de esa cifra hoy. Esa deuda, que se empezó a investigar durante la gestión del ministro [Bernardo] Grinspun, en el gobierno de Alfonsín, determinó que fuera mostrando todos los fraudes cometidos por las empresas para enriquecerse ilícitamente. Autopréstamos, importaciones no declaradas, en fin, toda una operatoria que determinó que todo el pueblo argentino se hiciera cargo de las especulaciones económicas de las grandes empresas nacionales y extranjeras. Por supuesto, entre ellas, las empresas de la familia del presidente, de las cuales el presidente era director. Algunos dicen, bueno, pero era muy joven en ese momento. Claro, era muy joven, pero sabía lo que firmaba porque sino no iba a entrar en una sociedad. Por otro lado era muy joven cuando también se contrabandearon autos, era muy joven cuando se constituyó una offshore. Es un argumento insostenible.

¿En qué consistía esa operatoria con que se generó gran parte de la deuda ilegal?

Es muy simple. Hacés una operación ficticia con un banco extranjero y el banco extranjero dice “la empresa tal me debe U$S 10 millones”. Como esa empresa había tomado seguro de cambio y el peso se había depreciado, la diferencia entre el supuesto préstamo y el valor real del dólar que había que pagar lo tomaba el Estado. Ahora, ¿ese préstamo era real? No, era ficticio. Y te voy a dar un ejemplo, cuando se hizo la auditoría, entre las empresas que se auditaron, hubo una offshore del grupo Macri que se llamaba Omexil S.A. Esta empresa realizó una serie de operaciones con otra empresa, que presidía en ese momento Cristiano Rattazzi, actual presidente de Fiat Chrysler. Rattazzi constituyó una sociedad anónima con el mínimo de capital social y al poco tiempo Franco Macri le prestó plata a esa empresa con capital mínimo para que comprara acciones de Sideco Americana. Al mes y pico, esa empresa con un capital mínimo recibió un préstamo del Banco del Gotardo, con sede en Lugano, Suiza, por U$S 15 millones para comprar más acciones de Sideco. Yo te pregunto, ¿creés que un banco suizo le presta a una empresa creada recientemente, con el mínimo de capital, U$S 15 millones? La auditoría determinó el fraude en la operación. Pero esa investigación fue abortada por el gobierno de Alfonsín.

¿Y ahora qué podríamos hacer para frenar, dificultar o generar condiciones para repudiar el endeudamiento en el futuro?

En este momento hay auditores del Banco Central que están haciendo un relevamiento de esas empresas. Y la idea que yo tengo personalmente, más allá de lo que pueda hacer el fiscal Delgado, es hacer una presentación a la justicia para que ese dinero sea devuelto al Estado Nacional. Esto yo se lo planteé a la señora de Kirchner durante mucho tiempo, le mandé una carta y me contestó diciendo que no se podía hacer nada. Y yo le preguntaba por qué no se podía, porque, si bien la parte penal prescribió, no prescribió la acción civil. Pero aquí no hubo nunca intención de enfrentar a las empresas, jamás. El sector empresario, más allá de que se quejan todo el tiempo de que no hay seguridad jurídica y todo lo demás, nunca fue enfrentado respecto de la deuda privada. Estamos hablando de Industrias Metalúrgicas Pescarmona, de Loma Negra, de Papelera Río Paraná, de Papelera Puerto Piray, de Ford Motors, de Chase Manhattan Bank, de Techint, de Renault Argentina, de Ford. No es que son empresas pymes o de gente pobre. Son empresas que están relacionadas con el poder y al poder nadie quiere enfrentarlo.

¿Cuánto tiempo puede durar esta política en funcionamiento? Más allá de que haya crédito internacional y que esté relacionado con una decisión de sostener la política actual, ¿cuál es el límite?

Yo no te puedo decir el límite, lo único que sé es que esto puede durar mientras el sistema financiero obtenga beneficios. Hay que ver hasta cuánto aguanta esto, hasta cuándo la Argentina puede pagar y seguir endeudándose. El gobierno militar estuvo siete años en el poder, claro, a través de una feroz represión, que este gobierno no podría hacer. Pero como el Poder Ejecutivo es el que maneja la coparticipación federal sabe cómo apretar. Y por eso disciplinan a los gobernadores, a los senadores y, en este momento, en un hecho de extrema gravedad, también a los jueces federales, para que únicamente se dediquen a investigar hechos de corrupción del anterior gobierno y los de este queden absolutamente silenciados. Yo creo que si el sistema financiero sigue ganando plata, si siguen invirtiendo en Lebacs, esto va a tener un costo para la Argentina, y hay que ver hasta cuánto se llega, hasta cuándo la gente resiste. A mí lo que me llama la atención es cómo se convence al pueblo argentino tan fácilmente. Los Kirchner lo convencieron de que nos habíamos desendeudado, y hablar de que no nos desendeudamos parece una herejía. Macri a través de Durán Barba y todo ese grupo de gente lo convence de que vamos a cambiar, que vamos a ir a pobreza cero, y las realidades estadísticas demuestran que no es así. Pero la prueba de que a la gente la están convenciendo es la última elección, donde en Capital Federal Cambiemos ganó hasta en las villas de emergencia.

Respecto del conflicto con los fondos buitre. ¿Qué se debió haber hecho, no para que no haya conflicto, sino para resolverlo positivamente para el país? El hecho de que este gobierno haya pagado tan rápido y desprendidamente, ¿qué significado tuvo?

A mí lo de los buitres siempre me llamó la atención respecto a cómo se ejerce una mala política. Primero porque el juicio se inició apenas asumió Kirchner en el 2003. No es un juicio que estalló en 2012 con la sentencia de Griesa. El gobierno, a partir de 2003, tendría que haberse preocupado por ver qué solución le daba a eso. Pero, primer punto, los abogados que eligió el presidente Kirchner fueron los mismos que contrató Carlos Menem en 1989 y que participaron en el proceso fraudulento del Plan Brady y en todos los procesos de endeudamiento de la Argentina en la década del 90. Segundo, esos abogados han representado históricamente a una gran parte de los acreedores históricos de la Argentina, son abogados del City Bank, del Chase Manhattan Bank, de Morgan. Yo creo que no nos defendieron bien, son abogados especialistas en fraude, en defender a las personas acusadas de fraude y creo que no defendieron bien porque a partir de 2003 hubo una serie de instancias, hubo embargos que el juez Griesa rechazó, pero la Argentina nunca se preocupó por esa causa.

¿Cuándo empezó a preocupar la cuestión de “los buitres”?

En 2011, cuando vino el primer llamado de alerta con las decisiones de Griesa. Después apelamos, nos salió mal, volvimos a apelar, nos volvió a salir mal y finalmente fuimos a la Corte Suprema de los Estados Unidos pensando que íbamos a ganar tiempo, porque era muy difícil que la Corte fallara en contra de lo que había fallado la Corte de Nueva York. Y la Corte directamente en tres líneas de texto ni siquiera se ocupó del caso. Los abogados que nos defendían sabían perfectamente que la Corte no lo iba a considerar. Entonces yo no entiendo cómo el gobierno se confió en eso. Por otro lado hay algo que a la gente del gobierno anterior le pareció fantástico, pero a mí no, porque si vas a litigar al tribunal y te defendés, no podés decir “si me fallan en contra no voy a cumplir la sentencia”. Directamente no te presentes. ¿Dónde se vio algo semejante? Eso lo declaró la presidenta de la Nación, lo declaró el ministro de Economía, “no vamos a pagarle a los buitres”. Pero cuando se terminó toda la instancia no hubo otra alternativa que cumplir. Y ahí fuimos al cambio de gobierno.

Ahí asume Macri con promesas de “arreglar” la cuestión.

Y ahí es cuando se produce un cambio. Primero porque Macri dijo que a los buitres había que pagarle siempre. Entonces el gobierno no solo pagó, porque una cosa era lo litigado en ese juicio, que era un poco más de U$S. 2.000 millones y otra cosa es arreglar con todos, con los que no habían hecho juicio, con los que estaban litigando en el Ciadi. Dijeron, bueno, le pagamos a todos, si tienen derecho o no, igual tenemos que arreglar porque así nos endeudamos. Entonces ahí fue la ley de pago a los buitres, por la cual se emitieron U$S 16.000 millones para pagarles a todos. Yo expuse en el Senado, cuestioné esto y dije que estamos pagando un delito. Pero es como que a los economistas, a los políticos pareciera que el orden jurídico no les interesa. Y si los bonos son ilegales, si pueden cuestionarse tampoco les interesa. Entonces arreglaron. Yo en estos momentos acabo de ver el listado completo de todas las empresas y personas a las que se les pagó, recién pude acceder a eso, y voy a hacer un relevamiento para chequear caso por caso. Un ejemplo alarmante de lo que se hizo es que el ministro actual de Finanzas, Luis Caputo siendo secretario de Finanzas, era ministro de Economía Alfonso Prat-Gay, reconoció una deuda de U$S 842 millones en una hoja de agenda en forma manuscrita. Si vos sabés que para cualquier hipoteca, para un alquiler de un departamento de dos ambientes hay que hacer un contrato formalmente, ¿es posible aceptar que se reconozcan U$S 842 millones en una hoja de una agenda que la arrancaron el ministro? Ese no es un papel que yo descubrí, es un papel que vino acá al Congreso Nacional y que a nadie le pareció raro.




lunes, 6 de noviembre de 2017

El fuego que se viene


Este posteo está copiado del muro de FB del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres

UN INCENDIO A LAS PUERTAS
por Eduardo de la Serna

El fuego, para el mundo antiguo es una interesante imagen polisémica que remite a luz, calor, alimentación, purificación, oración o hasta sanción (“el fuego que no se apaga”).

En nuestra cultura se han perdido algunas de estas imágenes, pero se han añadido otras como al decir que se “ponen (o no) las manos en el fuego” por algo o alguien, o que en determinada acción se está “jugando con fuego”. En estos últimos casos, se alude a quemar(se) o arriesgar(se) a hacerlo.

Poner las manos en el fuego por alguien es ciertamente insensato en todos los sentidos, pero la imagen alude a una confianza casi ciega en algo o alguien. “No te vas a quemar” sería la conclusión, o crees que no ocurrirá. Confiar plenamente en alguien de que no sucederá lo casi seguro remite, obviamente, a una confianza absoluta. Es bastante insensato confiar hasta tal extremo en alguien: “el fuego quema” podríamos decir sin dudarlo. No hay fuegos que no lo hagan. La imagen no es demasiado razonable, aunque, sin duda, remite a una confianza total. Pocos -y especialmente muy pocos en el ambiente público- se harían o merecen hacerse acreedores de semejante insensatez.

“Jugar con fuego” es un poco menos insensato, pero no carece que ilógica. Se puede jugar con fuego si alguien sabe manejarlo bien, con prudencia, riesgos medidos y sabiduría como es el caso de los buenos “fuegos artificiales”, aunque se cuentan por miles los incendios ante esta insensatez. Jugar con fuego es arriesgarse a una quemadura (un poco menos que meter las manos en el fuego, reconozcámoslo). Por ejemplo, cuando un niño “juega con fuego” o lo hace un inexperto el riesgo es inminente. El niño del caso es inimputable, es decir, no conoce la gravedad de sus actos ni la criminalidad de sus acciones, pero el incendio está a las puertas.

En lo personal, creo que el gobierno está jugando con fuego. Un abuso impune de un poder judicial mediocre y adicto, presiones sobre gobernadores y legisladores, abuso del sentido de los votos conseguidos perjudicando a los sectores más débiles: jubilados, trabajadores, indígenas, desocupados, cooptación de jueces, medios de comunicación, sindicalistas, obispos, beneficios a los amigos y sectores poderosos… Dejando la metáfora del fuego, la del cántaro a la fuente, del eslabón más frágil de una cadena o la soga tensa no parecen distintos en cuanto a lo previsible. Y este fuego / cántaro / cadena / soga frágil son los pobres, las víctimas de este modelo de impunidad y violencia. El gobierno es violento y ejerce violencia, ¡mucha! Y así planteadas las cosas, todo indica que dolorosamente todo va a terminar mal, ¡muy mal! Y eso indica descontrol, represión indiscriminada, y muertes. Muertes que no saldrán en los diarios mientras puedan silenciarlo (como nada se dijo de la marcha por Santiago Maldonado del miércoles pasado), pero que seguirán “preparando el terreno” para un incendio que se vislumbra.

Se intuye porque impunes e inimputables juegan con fuego, juegan con la vida de los pobres. Y el pueblo es manso y pacífico, pero es digno y es capaz de reclamar lo que le pertenece. Si el gobierno escuchara le pediría que pare ¡ya! todo lo que está haciendo, pero lo creo sordo; le mostraría el dolor y la muerte en cuotas que se vive y muere en los barrios, pero lo creo ciego, le haría tocar la carne con las heridas abiertas del hambre y las lágrimas, pero lo creo insensible.

No veo un futuro de paz y de alegría para nuestro país. Ojalá sepamos sembrar paz y justicia, pero -¡eso sí!- la siembra quiero hacerla desde el lado de los pobres y las víctimas, la siembra del odio y la indiferencia se la dejo al gobierno, ¡y vaya que lo está haciendo!

Nota: es una experiencia sumamente repugnante y asquerosa la de hacer una lectura de los comentarios reaccionarios y fascistas posteados al pie de esta publicación en el muro del  Grupo de Curas en la Opción por los Pobres

Hasta la próxima


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Abuelas de la Plaza