Ante todo pienso que en general la lectura de Eduardo es bastante acertada y desde ya comparto con él la tácita opinión de que
muchos en la plaza por un
Nunca Más es mejor que pocos.
Pretendo eso sí modular ciertas consideraciones.
En principio me quedo con eso de que
"...tiramos al carajo el control remoto y finalmente movimos el culo para ponerle el cuerpo al gobierno..." referido a la clase media y a los de menos de 40.
Esto remite a un fenómeno que asoma como real y manifiesto. Con una mirada no tan inmediatista se comienza a ver que el aletargaminento de la azotada clase media y mas marcadamente el de los jóvenes educados durante el menemato y amamantados por aquella para ser refractarios ante cualquier cosa que se sospechara de intencionalidad movilizacionista va menguando lenta pero progresivamente.
Claro que este fenómeno no es exclusivo de un único segmento político, creo que ni siquiera es solo un fenomeno político, también es económico, religioso, en fin social. Todos los segmentos sociales sea en forma orgánica o no están mostrando un caudal cada vez mayor de personas que desean participar en algo y algunas de ellas imaginan que ese algo también puede ser la política.
Las razones por las que las personas van o no a una plaza dada, los momentos y las cantidades serán todas distintas y éstas medidas en valores absolutos terminan diciendo poco. Los modos y lugares elegidos para participar son muy diferentes. (Tanto el consistente PRO del
neocavalliere opositor por derecha como los sindicatos que adscriben a la CGT del
revolucionario Moyano, soporte incondicional del modelo, pasando por las sempieternas multifacéticos y exóticas organizaciones políticas de zquierda tal como MASes y POses todos reciben proporcionalmente su caudal de nuevos y bisoños adherentes espectantes).
Este fenómeno que consiste en una suerte de efevescencia generalizada está basado en el hecho de que desde el 2003 estamos transitando una época que se diferencia de otras por dos elementos básicos.
Uno de esos factores resultaría ser la economía (algo así como : ¡es la economía estúpido!) que continuadamente floreciente impulsa naturalmente a las personas a una suerte de hiperactividad general masuva (consumo, consumo y consumo) y dentro de ese estado caótico de movilización permanente cuasi histérica de las masas, lo político recibe su parte.
Se agrega a eso que aunque existen no pocos conflicos sociales y algunos bastante intensos, no se dan como contrapartida las formas clásicas y tradicionales de la represión de los mismos por parte de un aparato de seguridad del estado. (siempre presente y activo no solo durante los gobiernos militares sino también durante la mayoría de los gobiernos civiles legítimos y semilegítimos del inerregno 1955-2003 especialmente los encabezados por la UCR)
Quede claro que no estoy diciendo que no haya represión hoy, vaya que si la hay, pero ésta no adopta en todo caso las formas históricas tradicionales y tampoco está dirigida por una autoridad única representada por un poder ejecutivo nacional acorralado e impotente o que directamente defienda ineludiblemente los intereses de las clases dominantes.
Adopta nuevas formas, más dispersas, podríamos decir "de baja intensidad" y "daños colaterales" aunque el efecto que genera no deja de existir y se cumple el principio de que el obediente y disciplinado burguesito de clase media no tiene que tener demasiado miedo a participar un poco, siempre que no se extralimite como los muy malos quebracheros y piqueteros troskos o matones sindicales, que se tapan la cara y llevan palos, como nos avisa convenientemente TN cada día, pero eso es harina de otro comentario.
Sean los 100mil de P12 o los 40mil de La Razón los que ayer fueron/fuimos resultan de todos modos un montón frente a los muchos menos de otros años pero convengamos que no son casi nada al momento de sumar el decisivo voto positivo que pueda hacer que el sistema todo se mueva hacia la "profundización del modelo" sea lo que eso signifique y sin menospreciar a nadie por supuesto.
Un problema importante entonces reside en un grupo de personalidades referentes, dirigentes políticos, punteros, activistas, etc, que mas mal que bienintencionados y cambiados de bando como los pinos, las vilmas, los roycortinas y otros adhefesios republicanos así, se juegan esponsoreados y alimentados por multimedios Clarín/TN, LaNación, a ningunear, desinformar y melonear a los novatos que como es bien sabido no pueden pensar por sus propios medios como ellos que la tienen reclara.
Buscan así asegurar que el resultado del futuro inmediato sea un franco giro de 180 grados hacia la restauración neoliberal o de mínima hacia el estancamiento pequeño burgués tipo
radical-alianza 2001 marca registrada, que devuelva todo a fojas cero.
Festejemos entonces la plaza llena del
Nunca Mas después de tantos años de aquella masacre, y sobre todo festejemos que hay un poder ejecutivo que está respaldando con voluntad y acción política el histórico reclamo de Madres, Hijos y Nietos, llevando a juicio a los genocidas.
Eso sí no nos confundamos, hay muchas plazas posibles, la plaza de ayer no fue la plaza de la clase media que tomó consciencia aliada en el frente nacional y popular con la clase obrera los campesinos y los intelectuales (
bueno sí sobreactué un poco mis setentismo), es tan solo una plaza de algunos integrantes de la, de por sí escasa, clase media argentina (toda ella casi sin peso político verdadero) que hoy se sacudió la modorra.
Ojalá la Presidenta se transforme definitivamente en el referente de la suma de las voluntades de sectores sociales afines alineados tars la meta de perfeccionar y profundizar el modelo.
Hasta la próxima.
imagen: propia/Plaza Miserere - trabajadora del sexo