sábado, 22 de septiembre de 2007

11 Septiembre: La Gran Impostura

(hacer click en el título para ver artículo completo en Voltairenet.org)

El imperio y la mentira

por Fidel Castro Ruz*

La televisión cubana difundió, con motivo del sexto aniversario de los atentados del 11 septiembre, un documental venezolano mostrando los análisis del investigador Thierry Meyssan. Después de la proyección hubo un debate en el cual se pronunció un mensaje del presidente Fidel Castro, de la misma manera como lo hizo el presidente Chávez el año pasado. El Comandante denunció las incoherencias de la administración Bush en estos sucesos, así como el intento del lobby estadounidense en asesinar Ronald Reagan en el pasado. Explicando como tales crímenes y mentiras ocurren en el Imperio. Fidel Castro es el quinto jefe de Estado a tomar posición públicamente.


jueves, 20 de septiembre de 2007

Obituario con Hurras - A la muerte de un canalla





Vamos a festejarlo

vengan todos

los inocentes
los damnificados
los que gritan de noche
los que sueñan de día

los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan

vamos a festejarlo
vengan todos
el crápula se ha muerto
se acabó el alma negra
el ladrón
el cochino
se acabó para siempre

hurra

que vengan todos
vamos a festejarlo
a no decir
la muerte siempre lo borra todo
todo lo purifica
cualquier día
la muerte no borra nada
quedan siempre las cicatrices

hurra

murió el cretino
vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre

vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste
es un muerto cualquiera

vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda

Mario Benedetti


Poema de Mario Benedetti a raíz de la muerte de Pinochet.

martes, 18 de septiembre de 2007

¿Para que necesita el salmo el cristiano señor wernich?

Aquel que en los años de la dictadura recorría los centros clandestinos de detención manejados por Camps y Etchecolatz.
Aquel que visitaba
a los prisioneros e intentaba quebrarlos emocionalmente.

¿PARA QUÉ QUIERE EL SALMO?

¡EL SALMO ES MÍO!
Y la España que se llevó la canción se llevó el salmo también. Jamás oí en las catedrales españolas un salmo afilado que se pudiese clavar en el cielo, en la tierra o en la carne del Hombre.
Y siempre me preguntaba al entrar a las iglesias: ¿dónde estará el salmo? ¿dónde le habrán escondido los canónigos?
Durante el expolio de la última guerra española, lo encontré. Lo habían guardado los sacristanes en una vitrina y allí lo retenían como un idolillo inútil ya y sin sentido, para que lo contemplasen la erudición eclesiástica, los poetas pedantes y los turistas.
En Medellín, cuidad clara, ubérrima y levítica de Colombia, la prensa reaccionaria que como en todas partes vive de la calumnia asalariada, dijo en coro cuando pasé ya hace un año por allí, que yo era un rojo sacrílego que había robado los cálices y las joyas de las iglesias.
Pero no fué eso lo que robé. Fue algo más sagrado... Lo que me robé fue el salmo. Diré como pasó. Al final de la contienda, allá por los últimos días del año 1938, cuando los "rojos" se habían incautado de las iglesias y de los ornamentos sagrados (de los utensilios y de los cubiletes de los malabaristas y de los mercaderes del templo), yo me llevé el salmo.
Denunciadme al Sumo Pontífice, dadle mis señas, mostradle mi cédula (este libro es mi cédula).
Decidle que eso que va aullando en la ráfaga negra del viento por todos los caminos de la Tierra... es el salmo. Y que yo me lo llevo, que me lo llevo en mi garganta, que es la garganta rota y desesperada del Hombre a quién él ha dejado sin altar y sin tabernáculo.
No me lo robo. Me lo llevo... ¡lo rescato! El salmo es mío... ¡del poeta!... El salmo es una joya que les dimos en prenda los poetas a los sacerdotes.
¡Fué un préstamo!
Y ahora me lo llevo.


Cuando los arzobispos bendicen el puñal y la pólvora y pactan con el sapo iscariote y ladrón... ¿para qué quieren el salmo?


El poeta lo rescata... se lo lleva.
Porque el salmo es del poeta...
¡Mío!...
¡El salmo es mío!


León Felipe
ESPAÑA E HISPANIDAD
MÉXICO - BOGOTÁ
1942 - 1946

lunes, 17 de septiembre de 2007

Flujos inversos

Hoy los invito a releer estas reflexiones de Laura Quiñones publicadas en El País el 25/04/2007


Hace unos meses, tomé la decisión de aceptar una beca para trabajar en una multinacional española en Buenos Aires. Muchas personas intentaron convencerme de que era un error y que Latinoamérica no era el lugar para iniciar una carrera profesional.
Cuando llegué, la pregunta que más veces tuve que responder fue por qué
había decidido ir a Argentina, cuando todos los jóvenes intentaban ir a Europa a trabajar. No tenía respuesta y contestaba con un: no lo sé; aventura, supongo.
Mi sorpresa fue el descubrir un submundo que se está instalando en esta hermosa ciudad. Con el paso de los meses, he ido conociendo muchísimos jóvenes de países desarrollados que, como yo, han decidido instalarse indefinidamente en Argentina. Alemanes, ingleses, franceses, estadounidenses, españoles... la mayor parte de ellos profesionales cualificados, con estudios universitarios y políglotas, que un día llegaron, les gustó y se quedaron.
Me he planteado muchas veces por qué personas que venimos de lugares donde tenemos todas las comodidades, todos los servicios públicos y la última tecnología a precios razonables, decidimos venir a un país, que aunque es sorprendente, a veces no puede ofrecernos las mismas comodidades. Y es entonces cuando me doy cuenta del efecto perverso que tiene el sistema
económico mundial. La depreciación del peso implica que con un sueldo normal, incluso bajo para el estándar europeo, con el que viviríamos ajustados en nuestras ciudades, puedas vivir con todo lujo de comodidades en Buenos Aires. Aquí no tenemos que compartir departamento con cuatro amigos.
Podemos salir todos los fines de semana. Podemos tener Internet en casa y viajar de vez en cuando. Pero éste no es el único motivo que nos invita a quedarnos. En Buenos Aires hemos encontrado algo que empieza a perderse en el primer mundo, el afecto social. Los argentinos son acogedores. En pocos días, estableces una red de contactos que tardarías años en tener en Europa.
Te sientes como en casa. En ningún momento tienes la sensación de ser un extranjero. Te invitan a asados, a tomar mate, a ir al teatro, a visitar algún museo... Es una sociedad con valores distintos, donde lo común predomina sobre el individualismo.
Muchos argentinos buscan en Europa encontrar un bienestar material que su país no siempre les puede proporcionar. Muchos europeos, buscan en Argentina un bienestar emocional que sus países no pueden darles. Son flujos inversos.
Cada uno buscando su camino.


Abuelas de la Plaza