sábado, 21 de abril de 2012

España estaba atrás

Nos decían algunos iluminados que la España de los Aznares, los Felipes Gonzalez, los Zapateros y los Rajoyes estaba por delante de nosotros. Pues en algunos aspectos vienen bien atrás. Como sociedad civilizada aún tienen pendientes de aprobación tantas o mas materias que cualquiera de las sociedades latinoamericanas. 

El símbolo decadente que representa sostener una monarquía instaurada por uno de los tiranos fascistas mas brutos y sangrientos de la historia europea se refuerza con la imagen decadente de ese anciano tembloroso doblemente hipócrita que estafa a su esposa y a la sociedad quebrando subrepticiamente el contrato nupcial oportunamente celebrado en público a lo que agrega el asesinando de animales en extinción mientras suscribe la actividad de organizaciones que pretenden defender la fauna silvestre.

Una muestra del largo camino que la sociedad española deberá recorrer si desea equipararse a muchas de las latinoamericanas, es lo que se escucha y se lee respecto del Ier Congreso de Víctimas del Franquismo que se realiza este fin de semana en Rivas-Vaciamadrid, organizado por la Federación Estatal de Foros para la Memoria y la Cátedra de Memoria Histórica del siglo XX de la Universidad Complutense de Madrid.

El evento reúne a historiadores, juristas y víctimas de la dictadura con el objetivo de reclamar "verdad, reparación y justicia" para los represaliados del franquismo. Entre otras declaraciones nos anoticiamos ...
"Decir que hubo dos bandos es un auténtico despropósito"  
"En este país se ha impuesto la ley del silencio y cuando se impone el silencio, ese país corre el riesgo de descomponerse", ha advertido al inicio de las conferencias el ex fiscal del Tribunal Supremo y magistrado emérito, el jurista José Antonio Martín Pallín quién asimismo ha denunciado "los jueces de este país desempeñan un papel antidemocrático, se burlan de la ley y las víctimas y lo hacen por miedo".



Ante el empeño de la sociedad, según el magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional Ramón Sáez, por "silenciar la violencia sistemática y objetiva", como la que sufrieron los represaliados de la dictadura, o la que hoy provocan "muertes por hambre o por miseria", es urgente "hacer justiciable al Estado". El jurista, que ha denunciado la "incapacidad del sistema político, judicial y del estado democrático para reconocer la violencia del pasado y los hechos criminales".

"Ya no se recuerda que la guerra civil empezó por un salvaje golpe militar, se olvida que la violencia del que agrede no es comparable a la violencia del que se defiende, no hubo dos bandos", ha reivindicado el doctor en Historia Francisco Espinosa quién además ha advertido: "Plantear que todos fueron iguales es un auténtico despropósito sólo explicable desde el deseo de no criminalizar más el franquismo que la República" Otra de las piezas fundamentales de la estrategia del olvido, según él, es la amnistía, que "todavía actúa como muro de contención de cualquier intento de enjuiciar el dictadura".

El congreso abordará también la causa de los niños perdidos del franquismo y mañana contará con los testimonios de Carlota Leret, hija de quien posiblemente fue el primer fusilado en la Guerra Civi, y Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
 

Deseamos que pueblo español  logre superar esa doble crisis material y moral lo antes posible y de ser pósible sin que ello demande nuevas y valiosas vidas humanas.

Vaya nuestro homenaje a los mártires desaparecidos y asesinados por la sangrienta dictadura franquista y nuestro abrazo a sus deudos y conciudadanos.
Información levantada de público.es

Hasta la próxima.

viernes, 20 de abril de 2012

Quebracho rompiendo bancos o docentes reclamando por sus derechos

 
¿Cuando hablamos de criminalización de la protesta de que estamos hablando?

Continuando con el tema ya tratado aquí, y aquí seguimos  analizando los posibles alcances de aquella reforma de nuestro código operada por la aprobación de la llamada Ley Antiterrorista y que apuntaba a agravar las penas para delitos contra la propiedad tales como robo o destrucción de propiedad  privada o pública cometidos en conexión con actividades denominadas ambiguamente y ampliamente como "terroristas".

La válida y muy respetable preocupación relacionada con la posibilidad de ser aplicadas para reprimir y criminalizar la protesta social en general si bien queda bastante claro que lo que se hacía era agravar (innecesariamente tal vez) las penas por la comisión de delitos ya tipificados como tales por el código cuando éstos fueran cometidos en el ámbito de un incierto accionar terrorista (podría quedar incluidas en esto por ej. las absurdas, provocativas y violentas acciones producidas habitualmente por grupúsculos como Quebracho que nada tienen que ver con la protesta social y sí con lo que podría denominarse promoción de disturbios callejeros violentos.)

Ahora bien, comparemos objetivamente (si es que la epidemia de relativismo reinante nos lo permite) esta discutible decisión de agravar las penas de ciertos hechos ya tenidos por delictivos con la propuesta del PP de Rajoy en España para la Reforma del Código Penal en España que crea nuevos delitos espécíficamente pensados para la represión y criminalización de una protesta social real, actual y cotidiana que se expresa contra las medidas antipopulares del nuevo gobierno.

Leemos aquí fragmentos de las declaraciones del ministro de seguridad de Rajoy
"Sentarse en el suelo con los brazos encadenados será considerado "atentado contra la autoridad". Así lo ha explicado el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, que ha detallado la reforma del Código Penal que tiene previsto llevar a cabo el Gobierno de Mariano Rajoy. Según Ulloa, encadenarse será igual que "agredir" a un agente, aunque tendrá una pena inferior"
"Esta "modificación legal" es necesaria, según Ulloa, porque, además de que este tipo de comportamientos están constituyendo "un problema habitual para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", hay un "vacío interpretativo en favor del ejercicio a la libertad de reunión o de manifestación que está llevando a cabo una laxitud y una interpretación" que, a su juicio, "es incorrecta y que se puede rectificar".
Estar vigilantes y alertas ante el posible avance siempre esperable de parte de un Estado sobre la población  y prepararse para resistirlo en los diferentes ámbitos no es lo mismo que llenar espacios con consignas político-partidarias que buscan conquistar voluntades inadvertidas y que al fin solo contribuyen a consolidar el pensamiento hegemónico imperante.

Como decía Juan Domingo Cicerón: Críticas sí, boludeces no.

Hasta la próxima

Abuelas de la Plaza