viernes, 19 de agosto de 2016

Insensibilidades

Difundir la violación - por Eva Giberti
Es posible celebrar la veloz y eficaz reacción que la comunidad, en especial los medios de comunicación, produjo con motivo de las declaraciones de un cantante rockero que “bajó línea” en relación con la violación de mujeres. De su inmundicia –el texto fue nutrido con condimentos psicopatológicos– cabe mencionar como detalle el haber utilizado la cátedra de una Escuela de Periodismo para expresarse. Pero en este oportunidad el texto aberrante –que sin duda comparten innumerables varones– tuvo su correlato fecundo: la comunidad se mostró sensible y encendió la alarma. Lo cual conduce a reflexionar acerca de la dimensión antagónica de lo que habitualmente sucede: la insensibilidad y acostumbramiento de las poblaciones ante los horrores que los medios fotografían, exponen y describen cada día, así como ante las expresiones de autoridades que vulneran los derechos de las mujeres utilizando su lugar de poder. La brutalidad de las expresiones que utilizó este cantante coloca en superficie el horror que se siente ante las historias de violación, a pesar de su cotidiana aparición.

El acostumbramiento a lo que constituye el horror puede tambalear sin embargo cuando se fotografía el cadáver de un niño sirio, Aylan Kurdi, recogido en una playa turca; entonces la sensibilidad doméstica se altera; pero hizo falta esa escena que mostró cómo las olas depositaban el cuerpito en la arena. Mientras tanto miles de refugiados son perseguidos y otros tantos mueren ahogados a veces despertando lejana indignación y también rechazos porque: “no corresponde que inunden los países de otra gente”.
Inútil enunciar escenas horrorosas que denuncian el hambre en el mundo, porque resultaría interminable. Aquello que es preciso poner en evidencia es el acostumbramiento al espanto de aquellos desastres que convocan a millares de víctimas, entre ellas las catástrofes por doquier y las víctimas de episodios sangrientos. Todo mostrado cotidianamente de forma tal que la sensibilidad queda atorada; entonces empezamos a descubrir que la insensibilidad, precisa recurrir al mecanismo de la negación para no reconocer el horror que impide asumir lo que se está viendo o escuchando. De este modo, gracias a la insensibilidad se pierde la posibilidad de reflexión mental y el significado simbólico de aquello que se presencia o se conoce. Insensibilidad que no es ajena al consumo de sustancias “tranquilizantes”, “equilibrantes” y estimulantes que se ha disparado en el mundo occidental, una de cuyas funciones reside en impedir que determinadas emociones rocen la sensibilidad personal, asociada fuertemente con los pensamientos, conclusiones y reacciones de índole moral que podemos poner en juego.
Stanley Kohen habla de la fatiga de la compasión y se pregunta si “¿estamos hablando de una reacción frente a una crisis particular o de una disminución más general de la sensibilidad moral?” Introduce la idea de compasión como una vivencia que debe ser aprendida y enseñada y que al mismo tiempo podría ser una reacción “natural” ante determinadas situaciones desencadenada por el sufrimiento de los otros.
Los sufrimientos que ordenan los paisajes cotidianos mediatizados y que se repiten de manera intrascendente coadyuvan en la insensibilidad y el vacío de compasión pero en realidad no alcanzarían para la respuesta visceral de cada quien; precisan la convivencia con situaciones dolorosas que se resuelven pensando “siempre ha sido así”. El imaginario social está poblado de estas frases que justifican la negación del sufrimiento de otros, y, en oportunidades, como lo protagonizó ese cantante de rock, apelando a la posible histeria de alguna mujer que “precisaría” la violación. Cualquier argumento histórico o pretendidamente psicológico para recurrir al mecanismo de negación que nos conduce al embrutecimiento de los sentidos y a la pérdida de la capacidad simbólica que ayuda a pensar: ¿qué les sucede a esas personas que son victimizadas y su historia nos sirve como espectáculo?
Cuando celebro la reacción comunitaria en este caso de atropello divista (en boca de un cantante considerado divo) lo hago como contraejemplo de la insensibilidad mental que se patentiza cada día ante los cuadros dolorosos que podrían comprometernos y no obstante son recibidos mediante el mecanismo de la negación. Más aún celebro que no se haya formado –todavía– un club de varones dedicado a localizar mujeres histéricas para violarlas. Porque podrían ser innumerables aquellos que se mantuviesen ajenos a esta celebración y mantuviesen la insensibilidad cotidianamente adquirida y el embrutecimiento que los desplantes morales inducen.

publicado en P12 - Viernes, 19 de agosto de 2016

sábado, 9 de julio de 2016

Presentación de la Revista Independencias

Revista IndependenciasLa memoria histórica es un campo de disputa por los sentidos sobre el pasado, pero también una forma de pararse ante las querellas del presente. Con esta premisa nos propusimos hacer la revista digital Independencias para construir un lugar donde discutir ideas y profundizar los debates que en cada coyuntura nos desafían a pensar.
Elegimos dar comienzo a esta aventura en el Bicentenario de 1816 porque creemos que es una oportunidad inmejorable para revisar aquellos momentos fundantes de la Patria, para polemizar sobre sus interpretaciones, pero también, y especialmente para recorrer, desde múltiples miradas, la idea misma de independencia, una idea que en los últimos años renovó intensamente su significado.
En 2010, el Bicentenario fue fiesta popular, alegría, multitud y una clara definición acerca de qué y, sobre todo, con quiénes festejar. 2016 parece construido en el revés de esa trama: plazas vacías, ademanes para la pantalla, insustanciales apelaciones al consenso.
A 200 años de la declaración de la Independencia, asumimos la tarea militante de debatir ideas y el riesgo de reponer el conflicto como momento fundante de la política.
Integran este primer número:
Álvaro García Linera, Hebe de Bonafini, Estela de Carlotto, Daniel Santoro, Edgardo Esteban, Eduardo Basualdo, Teresa Parodi, Rita Cortese, Dady Brieva, Eduardo Pinto, Ernesto Salas, Hugo Yasky, María Pía López, Nicolas Tereschuk, Raúl Zaffaroni, Ricardo Forster, Roberto Salvarezza, Nora Veiras, Virginia Macchi.

Presentan:
Nora Veiras.
Daniel Santoro.
Sergio Wischñevsky.
Paula Español.
Tristán Bauer.

miércoles, 22 de junio de 2016

En esa época, los pibes leíamos historietas ...

Sin saber quien era, conocí el trabajo de Oesterheld a los 11 años en un tren en que regresaba anticipadamente desde Mar del Plata a Buenos Aires en el verano del 63/64.  Aunque mi madre, profesora universitaria en la carrera de Letras de la UBA, lo había prohibido expresamente mi abuela me compró un 3x1 de historietas que anunciaba el canillita de Témperley donde nos demoramos por horas para paliar mi burrimiento.
 





Oesterheld
Por Luis Bruschtein(publicado en la contratapa de Página12 - 22/06/2016)

“En esa época, los pibes leíamos historietas, menos televisión, nada de internet. Un día vine al kiosco de la estación y pedí la revista que siempre compraba para devorar las aventuras de Ernie Pike. Y levanto la cabeza y lo veo allí, parado junto a mí, Ernie Pike en persona. No lo podía creer, estaba allí el corresponsal aventurero en cuerpo presente. Me quedé mudo.” El relato es de Pablo Fernández Long, en ese entonces un joven vecino de Beccar, del lado bacán de las vías, a media cuadra de la estación. El kiosquero hizo las presentaciones. “Te presento a Héctor Oesterheld, pibe, no es Ernie Pike, pero es su creador.” El guión de la historieta era de Oesterheld y el dibujante lo había tomado como modelo para la imagen del protagonista.

Fernández Long lo contó el lunes, convocado por la agrupación Barrios por Memoria y Justicia, Zona Norte, al cumplirse un año de la muerte de Elsa Suárez de Oesterheld. Se colocó una baldosa recordatoria del militante popular y escritor de sueños y fantasías frente a la casa de esa familia que ya no existe. Una casa que también fue tomada como modelo por Solano López, el dibujante de otra historieta famosa de Oesterheld, El Eternauta: esa cuadra de casitas de alto con jardines y calles arboladas donde vive Juan Salvo. Estaba allí cuando comienza la mortífera nevada y está en el alma del eternauta en su eterno deseo de regresar.

“El Viejo” Oesterheld alquilaba ese chalet donde vivía con su familia. Ahora está en venta y ya tiene un cartel de “reservado”. Podría haberse convertido en la capital de la historieta en Argentina. Oesterheld es uno de los autores de historietas más renombrado en todo el mundo. Desde el “Sargento Kirk” renegado de la caballería norteamericana y amigo de los indios, hasta ese corresponsal bélico que respetaba a los japoneses y odiaba a la guerra, sumado al Eternauta, eterno luchador contra una invasión de extraterrestres en Buenos Aires y su inolvidable batalla en el estadio de River Plate, todas sus historietas se hicieron famosas en todo el mundo. Había razones suficientes para hacer ese museo Oesterheld allí donde vivió con su familia.

En el homenaje de ese lunes estaban los hermanos Pablo y Miguel Fernández Long, que eran vecinos y se hicieron amigos del hombre cálido que los invitaba a su casa para hablar de historietas y del mundo. En la vorágine de esos años, los amigos que se encontraban en ese chalet amarillo de la calle Rivadavia, en Beccar, comenzaron a cruzar la vía, donde el paisaje de los chalecitos y calles arboladas se transformaba en barrios humildes con casitas de chapa y paredes despintadas. Las hijas de Oesterheld comenzaron a militar en el barrio Los Sauces y se incorporaron a Montoneros. Las cuatro están desaparecidas.

“Si hay algo que me impresiona en esta época –me dijo Oesterheld a principios de los ‘70 en la cocina de mi casa en La Boca– es la valentía de esta generación. Yo admiro a los jóvenes de esta época y quisiera ser como ellos.” Compartíamos la militancia en el Bloque Peronista de Prensa en aquellos años. Yo tenía poco más de veinte años y por supuesto había leído varias veces las aventuras de todos sus personajes. Era generoso con ese don. Quería hacer un taller de guión “para los compañeros”, y nos invitaba invariablemente a un asado en su casa que nunca se pudo concretar. Siempre imaginé que esa frase tenía un sentido genérico, pero varios años después me di cuenta que en parte era así, pero que tenía su anclaje en el amor y la admiración que sentía por sus hijas y el mundo de jóvenes que circulaba por ese chalet amarillo, justo enfrente de la estación. Es el recuerdo de un tipo cálido, dispuesto a la amistad, sin atisbo de narcisismo y hasta daba la impresión de que le divertía esa fama casi fanática que despertaba en sus lectores con sus sueños de aventuras fantásticas y al mismo tiempo cercanas.

Fue un día raro este lunes en esa esquina, un lunes frío y nublado en esa esquina inusitadamente llena de veteranos y de jóvenes, la esquina de los sueños o la esquina de la aventura y también la esquina del dolor.

El Bichi fue otro de los que habló. Amigo de Oesterheld y de sus hijas, era dirigente del Barrio El Sauce, del otro lado de la vía, sobreviviente del grupo de Tareas de la ESMA. “Tengo que agradecerle –dijo– al compañero Cesar Nieto que fue el que avisó a todo el mundo del secuestro.” Nieto es un viejo militante del peronismo de Zona Norte, habló antes también, como amigo de Oesterheld. Un día raro con esa mezcla de veteranos y de jóvenes frente a esa casa donde todavía está la marca de los sueños. Estaba la Abuela de Plaza de Mayo, Delia Giovanola, que fue amiga y compañera de Elsa Sánchez, la única de la familia que sobrevivió para sobrellevar todo el dolor. Habló un nieto y hablaron los amigos y vecinos, que también alguno fue novio de una de las chicas y las acompañaron en su militancia, había veteranos de luchas y fundaciones, de derrotas y de algunas victorias. Y el locutor del acto era un veterano de Malvinas, Edgardo Esteban. Una mezcla que es bien argentina de dolores y alegrías, de caricias y puñetazos en el estómago. Oesterheld fue secuestrado en 1977 y se supone que sobrevivió hasta 1978 porque uno de sus captores era admirador de sus historietas.

Son otras épocas, los riesgos son diferentes, pero el afán de justicia es siempre el mismo y las nuevas generaciones alimentan la llamita de esa lucha que nos hace mejores como personas y como sociedad. La frase de Oesterheld vale para todos, como él admiró a esa juventud, los veteranos siempre se emocionarán con los jóvenes de todas las épocas que sientan ese afán de justicia.

Igual que la frase de la baldosa por la memoria que quedó en la vereda de la casa de Juan Salvo, del sargento Kirk o del falso Ernie Pike que era su creador, “El Viejo” Oesterheld, con su mujer Elsa y sus cuatro hermosas hijas, una frase que también quedará en la tinta que escribe de la fantasía y de los sueños:

“Aquí vivió y creó sus personajes Héctor Germán Oesterheld, Militante popular-Escritor creador de El Eternauta detenido-desaparecido el 27-04-1977 por el terrorismo de Estado”.

sábado, 18 de junio de 2016

López - Convento - Corrupción


A las cuatro de la mañana, cuando se votaban en particular los últimos artículos de la ley ómnibus, el oficialismo introdujo sin dictamen previo el traspaso de la UIF al Ministerio de Hacienda. En repudio, el kirchnerismo se retiró de la sesión.

Tomado del blog Poesía y Ramos Generales.

Estos últimos han sido días plenos de actividades insólitas en la vida pública de nuestra sociedad. La inverosímil imagen del revoleo, por parte de un ex funcionario, de una decena de millones de dólares supuestamente mal habidos por sobre la tapia de un convento junto con la de unos legisladores inmorales que sin ponerse colorados avalan en el congreso la estafa que significa habilitar la venta de los activos accionarios propiedad de los jubilados para pagarles a éstos deudas añosas, junto con un blanqueo y el desmantelamiento de todos los organisimos del estado dedicados a la investigación y persecución de delitos económicos complejos que literalmente resulta en la premiación de la impunidad para el robo de cientos de miles de millones de dólares en perjuicio del estado nacional;  parecen secuencias de algún film de la escuela neorrealista italiana de mediados del siglo pasado mas que realidad contemporánea de nuestro país.
Desde mucho antes de las elecciones hasta hoy mismo, seis meses después de asumido el nuevo gobierno que con la anuencia de las capas medias y bajas de la población se erigieron en representan los intereses de las elites asociadas con el imperio, se ha difundido la comisión de decenas de hechos delictuales de los que son responsables sin duda la mayoría de los funcionarios de la actual administración del gobierno nacional. Muchos de esos delitos han sido impunemente reconocido y aceptados por los propios responsables. En ellos están involucrados desde el presidente de la nación, sus ministros, secretarios de estado y funcionarios varios, pasando por viejos amigos y compañeros de la escuela, familiares en diverso grado, socios y hasta circunstanciales personajes menores.

Gracias al activismo del Partido Mediático Internacional el tema del día es el caso López - Convento  y el consecuente e inevitable (y deseado) fin del kirchnerismo y comienzo de regeneración del peronismo al decir de un “opinador” autorizado. Es indudable que el tema del momento en todos los medios - todos sin excepción - es “La Corrupción”. Como si fuera algo nuevo. Como si fuera un tema exclusivo de la “década ganada”. Como si no fuera una cuestión inherente a la sociedad humana y en particular un subproducto específicamente perfeccionado por el capitalismo.

La cuestión es que esa tal “La Corrupción” no es una característica actual que apareción de un repollo de nuestra sociedad hace una década como algunos interesados difunden a los gritos desgarrándose sus prístinas y virginales vestiduras en medio de histéricos cantos y loas a las purezas morales de sus socios, aliados y compañeros. No nos engañemos, ni siquiera en eso los argentinos somos ni originales ni campeones mundiales. La corrupción es una enfermedad que afecta a todas las comunidades humanas desde tiempos inmemorables.  Tampoco es un “defecto” inherente al manejo de los asuntos públicos ni de un sistema de organización social en particular o de una agrupación política específica como suelen argumentar los defensores del liberalismo aún cuando el sistema capitalista lo ha perfeccionado en su favor.

Al respecto, las diferencias entre sociedades y épocas no residen en las conductas sociales denominadas “corruptas” que suelen ser mas o menos las mismas en todas partes sino en las legislaciones que imponen las élites dominantes en cada caso para organizar, regular y legalizar el sistema de corrupción que habrá de imperar y quienes serán los beneficiados beneficiarse y quienes los excluidos en cada época y lugar.
A finales del gobierno de la dictadura cívico – militar trabajando en una empresa multinacional de capitales europeos y proveedora del Estado, me vi compelido a mantener una entrevista personal  con un muy alto directivo de la empresa. Este señor de acento extranjero, con  mucha naturalidad me explicó detalladamente el método establecido por la compañía para la “expatriación” -  vía sobreprecios en el pago de materias primas importadas - de divisas giradas al sudeste de Asia que luego eran transferidas por un agente en Singapur a un banco en Montevideo desde donde el “muy alto directivo” en persona las retiraba en efectivo y las reingresaba al país en sus bolsillos para, ya fuera de los registros contables, aplicarse al pago de “comisiones” y “gratificaciones” a funcionarios del estado que fungían bajo las órdenes del Ministro de Economía de la dictadura  José Alfredo Martínez de Hoz y que fueran reclutados de entre los directores de la propia empresa “corruptora”. Debo aclarar que una vez finalizada la detallada explicación el “muy alto directivo” me informó que por supuesto dicha entrevista no había tenido lugar y que él  mismo jamás había estado allí, luego me saludó demasiado amigablemente y se retiró. Nunca mas lo volví a ver. Tampoco a los demás involucrados. A esta altura deben estar todos muertos y sus memorias honradas por sus deudos en algún coqueto cementerio. Por supuesto que jamás supe que antes de morir hubieran arrojado bolsas con dólares sobre la tapia de un convento.

Resulta que hoy toda esa gente adulta, inteligente e informada que derrama sus histerias, enojos, irritaciones e indignaciones por los medios y las redes sociales, de ambos lados de “la grieta” van por la vida señalando a un señor ex funcionario de gobierno por arrojar dólares sobre la tapia de un convento como si del holocausto final se tratara. Es gente de todo tipo y color. Está la que se relame y babea en un orgasmo de excitación pornográfica por las posibles implicancias del caso y está la que se deprime, descorazona y roza el intento suicida también por las posibles implicancias del caso. Ninguno de todos nos hacemos cargo de que conformamos desde tiempos inmemoriales sociedades plenas de corrupción, egoísmo, injusticias, expoliación, sometimientos y muerte.

Vale señalar lo curioso que resulta comprobar que son escasas las personas que tienen presente el hecho de que existió un agente de varios servicios de inteligencia extranjeros de potencias hostiles infiltrado en el sistema de justicia de nuestro país como fiscal de la nación y que fuera “suicidado” con el  involucramiento de dos o mas personas que hoy son funcionarias del actual gobierno o trabajan a su servicio. Con ese antecedente, mal puede llamar la atención de que un ex funcionario termine arrojando fardos de dinero por sobre una tapia. Todo depende de si recibió o no algunos llamados específicos. Solo hay que ponerse en el lugar de quien recibe dichos llamados.

La verdad no existe. La inteligencia es una fantasía. La razón es solo otra religión mas.

MC

Abuelas de la Plaza