Pena es la que debe sentir el asesino, torturador, patotero, violador y pervertido reo Febres después de enterarse que parece que quedó demostrado para quienes nos consideramos personas que “ . . . fue coautor del secuestro y tormentos sufridos por Carlos García, Alfredo Margari, Carlos Lordkipanise y Josefina Prada de Oliveri, que estaba embarazada de cuatro meses y fue violada en la ESMA”, según lo declarado por la fiscal de la causa.
De 25 años podría ser es pena de Febrés.
Todos esperamos que Febrés sea un verdadero precursor, o sea el que enseñe el camino del castigo y de la cárcel a otros más de uniforme, con sotana, de traje o remera, todos los que fueron cómplices necesarios.
Es también de desear que los camaristas Alfredo Bisordi, Juan Carlos Rodríguez Basavilbaso, Ana María Capolupo y Gustavo Hornos, se abstengan de continuar procediendo a fectuar la "obstrucción sistemática" de las pesquisas, convirtiéndose de ese modo en cuasi cómplices por intento de encubrimiento.
Sería bueno que el ex prefecto torturador sea juzgado por genocidio pero mas que eso, sería mucho mejor si él y todos sus socios den cuenta del destino de sus víctimas que es lo único bueno que podrían hacer antes de morir encerrados en sus celdas.
Pido encarecidamente que no le impidan a Febrés entrar a la historia por la puerta grande y ser entonces definitivamente recordado como el primer prefecto genocida condenado en nuestro país.
Todo un honor para el cuerpo y la nación.
Patti un ídolo.
Bienvenida la justicia que aún parcial es buena.
Que Firmenich esté libre por las calles no está bién y ya se verá cómo, pero él también deberá en algún momento, enfrentar a la justicia y hacerse cargo de sus actos.
De todas formas eso nada tiene que ver con el juicio y castigo para los genocidas torturadores que desde el poder absoluto del estado, poder adquirido en forma ilegal, asolaron con sus bandas nuestro país en aquellos años y hoy no solo pretenden garantizar su impunidad sino además difundir el robo, la mentira, la corrupción, la inmoralidad como forma de vida.
Si hoy tenemos el robo, la mentira, la corrupción, la inmoralidad como forma de vida en nuestra sociedad, buena parte de la responsabilidad pesa sobre los hombros de los que como Patti fueron excelentes alumnos y presitgiosos docentes en tales materias.
No hay que confundirse, el señor Patti ( a partir de hoy el reo Patti) y sus socios (cómplices) juzgados hoy, gozan de las garantías de defensa en juicio, sus familias saben donde está detenido, no es torturado sistemáticamente y si eventualmente lo fuera podría defenderse a través de un sistema legal que aunque imperfecto es mucho mas transparente y menos arbitrario que el que esas bestias salvajes llenas de odio, descontroladas por su de ambición de dinero y poder pretendieron aplicar.
Por sobre todas las cosas, si Patti y sus socios fueran encontrados culpables nunca se los arrojaría vivos desde un avión al río, a lo sumo solo se pudrirían en una cómoda celda en companía de otros de su calaña.
Los acusadores y carceleros del reo Patti tienen nombre y apellido y hacen lo que hacen a cara descubierta.
Nada de eso se cumplió cuando el reo Patti y todos esos infames traidores a la patria de su calaña , con o sin uniforme, tenían el poder en sus manos.
Ellos desaparecieron, torturaron cobardemente, asesinaron, robaron bienes e identidades, violaron a hombres mujeres y niños, arrojaron a inocentes inermes e indefensos al río desde el aire.
Quienes sostienen que es injusto que Patti esté preso en tanto Firmenich no, literalmente tienen razón, pero no podemos dejar de ver que ellos no buscan justicia, buscan que los infames traidores a la patria queden libres para continuar aplicando sus métodos execrables.
En realidad los envidian y quisieran ser como ellos, sus ídolos.
No son ingenuos luchadores por la justicia, los ideales de la libertad y defensores de la vida, son envidiosos resentidos que simplemente están avalando aquel estado de cosas en el cual la desaparición forzada de personas, la tortura y el asesinato de personas inermes e indefensas sin cuartel es lo normal y es recomendable para asegurar sus miserables vidas y bienes y el derecho permanente a acrecentarlos sin mesura a costa de cualquier cosa.
Quienes defienden los métodos de esos salvajes asesinos, se convierten en apologistas y mentores intelectuales de los ilícitos.
Se convierten en cómplices cuando no en autores intelectuales necesarios.
Ellos son el verdadero enemigo de la sociedad, de todos aquellos que tenemos al pensamiento verdaderamente cristiano como guía.
Los insto a que pidan pedrón y expíen sus culpas.
Es que para muchos el Abelardo es un ídolo, en todo el sentido bíblico del término, o sea un falso dios.
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