Aunque para nuestro admirable defensor de libertades individuales, el diario La Nación del 27 de Mayo todo se resume a una divergencia de la que se informa copiando y difundiendo obedientemente
los cables de EFE, Reuters y AP fechados en Washintong donde se expone que:
La Organización de Estados Americanos (OEA) decidió hoy crear un "grupo de trabajo" encargado de estudiar las diversas propuestas para reintegrar a Cuba en el organismo, en vista de la divergencia de posturas en torno a esta cuestión y la falta de un acuerdo de posiciones para avanzar en una declaración final.
Dicho grupo de trabajo, que comenzará a reunirse mañana, "considerará" las diferentes propuestas de resolución y deberá informar de sus avances antes de la reunión de los cancilleres de la OEA en la Asamblea General del organismo en Honduras el próximo 2 de junio.
Resulta que para Carlos Chirinos de la BBC parece haber un acuerdo que genera un dilema que expone en su
nota aquíLa Asamblea General de la OEA se realizará entre el martes y el miércoles en Honduras. Parece haber un acuerdo para permitir el regreso de Cuba a la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que no se sabe bien es cómo y para qué hacerlo. La OEA tiene la costumbre de tomar sus decisiones por consenso. Eso implica largos e intensos debates para lograr los delicados equilibrios del lenguaje diplomático.
Entonces a nosotros se nos ocurre ayudar a la confusión general recurriendo a la respuesta de Atilio Boron
publicada aquí en:¿Qué hacer con la OEA?
Las organizaciones -y las burocracias internacionales todavía más- se resisten tercamente a morir. Aunque hayan cumplido su ciclo y perduren como ruinosas huellas de un pasado que ya nunca volverá siempre tendrán ingeniosos defensores que urdirán los más intrincados razonamientos para postergar indefinidamente su inevitable ocaso. En este sentido la próxima reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros de la OEA en San Pedro Sula, Honduras, está planteando la pregunta incorrecta, a saber: ¿debe o no Cuba volver a la OEA, y si vuelve, bajo cuáles condiciones? En realidad lo que hay que preguntarse es si existe alguna razón en virtud de la cual la OEA merece seguir existiendo. Y cuando se plantea esta pregunta, que es la correcta, la respuesta es inequívoca: No. No hay ninguna razón que justifique la continuidad de la OEA.
Hasta la próxima.
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