jueves, 2 de septiembre de 2010

El País en marcha hacia la igualdad

La desigualdad hereditaria
foto: JOHN VIZCAÍNO
Hace rato que El País de Madrid presenta en la portada de su página web un enlace permanente que nos invita a entrar a un sitio donde por fin decidí curiosear.
Allí, bajo el pomposo título de En marcha hacia la igualdad y mientras se anuncia que
"EL PAÍS acompaña el primer 'Informe de Desarrollo Humano sobre desigualdad para América Latina y Caribe' con 16 firmas de políticos y artistas de primera línea"
foto:ELMER MARTÍNEZ
accedemos a una galería de fotos "very tipicals" que incluyen desde las netbooks de Cristina en manos unos políticamente correctos y alegres chicos de piel oscurita hasta una muy igualitaria Shakira.
Imágenes éstas que sirven de marco paradigmático para la que los europeos civilizados deberán construirse sobre esa parte del mundo sobre todo cuando a modo de introducción están acompañadas  por el texto que sin otra introducción dispara,
"La desigualdad se transmite de padres a hijos. América Latina y el Caribe es la región con mayor desigualdad del mundo, una situación que ha persistido en el tiempo y se da en un contexto de baja movilidad social."
donde se cristaliza desde el principio la categoría de desigualdad como una cuestión hereditaria consuetudinaria. Así, al mas puro estilo del discurso malthusiano, nos encontramos con que la desigualdad que condena a cada nuevo habitante de esta área del mundo proviene de sus progenitores completando y perfeccionando de esta manera la continuidad de la ideología de la "consciencia planetaria" y "misión civilizadora europea" que éstos construyeron allá por los siglos XVIII y XIX y sobre la que basaron y jusatificaron sus expansiones coloniales y que perdura hasta ahora casi sin cambios especialmente en el imaginario del europeo medio y lo que es peor en sus tristes imitadores vernáculos que cuando llegan a Barajas son prolijemente tratados como seres de segunda.
Para comenzar podríamos comparar esos renglones iniciales de El País con una frase extractada del propio Informe del PNUD que dice en el Capítulo I
"En todos los casos, la desigualdad es resultado de una combinación de elementos y no puede ser explicada por una causa aislada"
Entre los factores que explican el logro económico y social heterogéneo, destacan las condiciones iniciales de cada hogar (características socioeconómicas de la unidad doméstica en que nace un individuo), el esfuerzo individual, los contextos social e institucional, factores históricos y la acción pública.
Entre uno y otro discurso queda en evidencia una clara diferencia con la manipulación ideológica de El País en el abordaje del tema. Nada de herencias de padres a hijos, y mucho de características socioeconómicas del contexto que serán tema de discusión en el informe ya que apenas unas líneas mas adelante cuando se refiere a la necesidad ex-ante de “igualar el terreno para todos” agrega:
"En la conocida metáfora, la igualdad ex ante plantea que los corredores de una competencia deben partir cada vez del mismo punto, en lugar de hacerlo desde las posiciones alcanzadas en la competencia anterior."
Podríamos seguir con el análisis del Informe pero lo que nos mueve ahora es la curiosidad por conocer de que forma El País acompaña la marcha hacia la desigualad con la publicación de artículos de políticos y artistas de primera línea.

Leemos allí mismo los nombres de algunos famosos y entre ellos elijo los artículos de Rubén Blades y de Francis Fukuyma a quienes selecciono con un criterio completamente prejuicioso y estomacal. Al primero por que hasta ahora me cae simpático desde su música y algunas frases sueltas que le pertencen, al segundo por resultarme profundamente antipático por lo neoliberal y comercial de sus producciones de poca monta.

Leemos primero al famoso Francis Fukuyama, para mí una suerte de Jorge Bucay del primer mundo que había declarado la muerte de la historia que luego hubo de resucitar, hablando en Un contrato social amplio (pobre Rousseau otro más plagiando) donde no se sabe si por error o intencionadamente, arranca con un galimatías contradictorio.
"No existe ningún vínculo necesario entre la desigualdad social y la habilidad de una sociedad para sostener una democracia liberal exitosa. Dado que las democracias liberales están enraizadas en las economías de mercado y buscan proteger las libertades individuales, es inevitable que generen desigualdades" (sic)
el pensador del del futuro, sin que se le mueva un pelo del pecho (porque no tiene), pontifica mas adelante que
(...) existe mucha evidencia de que las sociedades que están sujetas a niveles elevados y persistentes de desigualdad, especialmente la desigualdad que se transmite de una generación a otra, no llegan a formar buenas democracias.
La conclusión viene a ser que la desigualdad hereditaria es la causa de la imperfección del sistema social que la incluye???? Ups! Por aquí también anuvo Malthus me parece.

Suspendo aquí la lectura del artículo de Francis hasta mejor oportunidad y mientras me tomo un Reliverán para calmar las náuseas y me acerco al artículo de Blades, A mí me ofrecieron las herramientas, buscando aire puro.
Inspiro profundo y arranco pero de pronto me encuentro tosiendo malamente ante una bocanada de tufo racista neoliberal calvinista que me ahoga cuando descubro que también el empresario de la bilirubina trata de convencerme de que las ideas malthusianas eran correctas. Ups!

Después de minimizar y relativizar la incidencia del complejo problema del contexto socio-económico en la construcción de la desigualdad en la sociedad, el ex ministro de turismo de Panamá, desde un latinoamericanismo aparentemente claudicado les dice a los europeos izquierdosos seudoprogres del PSOE que,
"La gente, especialmente en los sectores más pobres, tienen hijos que no pueden mantener y para cuya crianza no están preparados. Para conducir un auto se requiere de un permiso especial, sin embargo cualquiera puede tener los hijos que quiera, no importa si tiene la capacidad para cuidarlos y formarlos como ciudadanos. En muchos de estos hogares se espera la obtención de la satisfacción, sin esfuerzo, responsabilidad, ni consecuencias; una especie de derecho que no se fundamenta en méritos."
Conclusión, la solución del progresista de Rubén consistiría en enseñar moral a los desiguales en particular a los desiguales de abajo para que se den cuenta que la satisfacción en este mundo solo se obtiene con esfuerzo personal (de ellos). Nada de moral para los desiguales de arriba?  Ademásparece que para el bueno de Rubén sería de gran ayuda impulsar la promulgación de una ley que obligue a sacar un permiso de portación de bebés.

Desde aquí saludamos cordialmente a El País, a Rubén Blades y a Fukuyama y les decimos que estamos muy agradecidos pero no necesitamos una mano de ustedes, lo que nos hace falta que nos saquen la mano de encima.

Hasta la próxima.
imagen  http://www.elpais.com/prom/201007/pro_photo1279873379.jpg

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