domingo, 3 de febrero de 2013

Conmemoración del horror

Leemos por allí (en verdad no importa mucho en donde) que "La ciudad rusa de Volgogrado se despertó ayer como Stalingrado por un día para conmemorar así el 70º aniversario de la victoria soviética en la histórica batalla contra la Alemania nazi que cambió el devenir de la Segunda Guerra Mundial."
Con una masiva asistencia se realizó una marcha militar, en la Plaza de los Luchadores Caídos. Allí estuvo presente el actual presidente ruso, Vladimir Putin, quién depositó flores en el Panteón de la Gloria, coronado por la estatua de la Madre Patria.

Madre Patria en Volgograd
Durante el concierto en honor a la victoria y los veteranos de guerra, el mandatario señaló que  

"Stalingrado será por siglos de los siglos el símbolo de la unidad y la invulnerabilidad de nuestro pueblo, símbolo del auténtico patriotismo, de la gran victoria del soldado libertador soviético. Y mientras seamos fieles a Rusia, a nuestra lengua y cultura, a nuestras raíces (...) Rusia será invencible".

Mas allá del discurso que nada agrega al terrible recuerdo de aquel horroroso acto de insanía colectiva, el señor Putin y muchos como él prefieren no recordar que aquel 2 de Febrero se ponía un final a una de las mas terribles masacres de la historia de la humanidad aunque por cierto no la mayor y mucho menos la única.

Restos de una fuente en Staligrado destruida durante la guerra
Será que el hombre puede erigir gigantescos monumentos en honor a su propia petulancia e irremediable estupidez. También puede destruirlos a su antojo.

Lo que no puede es evitar que sus domésticas y miserables disputas devengan en la masacre legal generalizada, el mas irracional de los actos humanos y ello siempre bajo falacias en forma de argumentos tales como los que esgrimió ayer el señor Putin como tantos otros antes y seguramente después.
Cadáveres de soldados en Stalingrado
Hasta la próxima

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Abuelas de la Plaza