Después de leer
"La Asociación Madres del Dolor planea pedir el juicio político al juez de Ejecución Penal 3 Axel López, responsable por la salida transitoria del principal sospechoso por el asesinato de Tatiana Kolodziez." -
La Nación - Miércoles 24 de octubre de 2012
y
“Escucho esta noticia: ‘Las Madres del Dolor están evaluando pedir juicio político contra el juez Axel López, responsable de las salidas transitorias del sospechoso de haber asesinado a la mujer en Chaco’, y me da dolor de cabeza –dijo a este cronista Claudia Cesaroni, integrante del Cepoc, abogada criminóloga y autora de "La vida como castigo"
Pagina12 - Jueves, 25 de octubre de 2012
Pienso.
En cada crujido que produce nuestra sociedad real queda expuesto el persistente avance del accionar de la pata mediática del
trípode del neofascismo vernáculo que trata de (y logra) reclutar a "la gente" común para su causa. Lo hace montando un aparato de amplificación pornográfica, morbosa y perversa del dolor de las víctimas y sobreimprimiéndoles a éstas el discurso funcional que debe ser emitido para reforzar los paradigmas imperantes. Este aparato amplificador está financiado por los respectivos negocios subsidiarios. (entre otros, Clarín - Puertas blindadas, InfoBae - Cámaras de seguridad)
Para los que conducen este proceso de
neofascistización de la sociedad resulta necesario castigar duramente a todos los que se atrevan a entorpecer siquiera mínimamente el desarrollo, la reproducción, la consolidación y la expansión controlada de las condiciones sociales vinculadas a hechos violentos. (robos, violaciones, asesinatos, secuestros, etc)
Jueces, abogados, periodistas, políticos, activistas sociales, etc, que desde las mas diversas posiciones políticas e ideológicas pretendan menoscabar la irrestricta aplicación de los lineamientos
manoduristas serán ninguneados, perseguidos, difamados, denostados, desacreditados, acusados y finalmente llevados a juicio aún sin pruebas fehacientes, para lograr su escarmiento y desilusionar de antemano a potenciales futuros imitadores.
Y aún cuando esos juicios amañados terminen en sobreseimiento, el omnipresente juez mediático, el big brother, los condenará y se ocupará de difundir esto ampliamente cada vez que un nuevo dolor de víctima aparezca disponible.
Pero el poder mediático no está solo, claro que no, forma una tortuosa alianza con las agencias punitivas del estado que, autogobernadas, sea por la medrosa mirada distraída del poder político o por la directa complicidad con éste, actúan de lubricada bisagra entre "el bien y el mal" que en este imaginario son entidades de existencia real únicas y opuestas y venden el servicio del control social efectivo cobrando en ambas ventanillas, la del bien y la del mal.
Por fin, cierra el trío infernal el sector social que se dedica a organizar la producción de bienes y la consecuente apropiación del excedente, es decir el sector del capital, imprescindible socio financiero del trío y principal obtenedor de ganancias en este entuerto.
En esta película entonces, las víctimas, los victimarios y los actores visibles que se nos muestran en los noticiarios son todos verdaderas víctimas y mártires al servicio de la apropiación del excedente.
Hacer el corte en el juez o en el político o en el policía o en el empresario y caracterizarlos como incompetentes, corruptos o cómplices es ingenuo. Si el personaje es funcional al
neofascismo perdurará protegido y cuando deje de ser funcional se lo lapidará y será reemplazado por otro. Claro ejemplo es el caso del deschavado Tognioli en Santa Fé.
"... un comisario mayor le indicó a la dueña de un cabaret que los narcos de Villa Cañás arreglaban con Tognoli, por 30.000 pesos mensuales."
El juez Zaffaroni o su colega Sal Lari son muestras arquetípicas de funcionarios no funcionales conscientes que sufrieron verdaderas lapidaciones públicas producidas por la opinión publicada pero pudieron mantenerse firmes en sus posiciones.
Hasta la próxima.