miércoles, 8 de julio de 2009

Honduras - Caso testigo en la política doméstica norteamericana

The Wall Street Journal publica hoy una nota firmada por Mary Anastasia O'Grady significativamente titulado "Punto de Inflexiòn" donde se pueden detectar los rastros de una "interna" entre el poder conservador del complejo militar industrial de los EEUU y sus representantes versus el nuevo gobierno del Gran Negro del Norte y lo que sea que este represente.
Es que los pasos ya dados por el señor Obama y su canciller, la Señora Clinton con motivo del asunto Honduras, estàn haciendo que el "establishment" se manifieste y comiencen a expresar su indignaciòn. Hace rato que se define como viraje a la "izquierda" del Gerente General de esa democracia de reparto de cargos ejecutivos que es el sistema norteamericano. Asì la señora O'Grady se pronuncia:

¨... la razón ha desaparecido sin pedir permiso en lugares como las Naciones Unidas y el Departamento de Estado de EE.UU. Dirigiendo el debate sobre el comportamiento de Zelaya se encuentra el hombre fuerte de Venezuela Hugo Chávez, quien ahora es la autoridad reinante sobre la "democracia".

Chávez exige la restauración de Zelaya e incluso amenaza con derrocar al nuevo presidente de Honduras, Roberto Micheletti. El venezolano lidera su ofensiva desde la Organización de Estados Americanos (OEA). Las Naciones Unidas y el gobierno del presidente Barack Obama repiten los mismos argumentos.

¿Esto es una locura? Sin dudas. Hemos caído a través del espejo y es hora de revisar la forma en que las relaciones hemisféricas llegaron a un estado tan paupérrimo.

Tan inquietante es este cambio de rumbo ideològico para la comentarista de TWSJ que lo demuestra al caracterizar a un Chàvez demonìaco sentado sobre la OEA y al Gerente de los Negocios Imperiales, un señor Obama obscenamente supeditado a la ONU que ha decidido condenar el proceder de los golpistas honduerños. Comienza a ser inaceptable esta "simpatìa" de la administraciòn Obama hacia los tradicionales enemigos de los EEUU y dejando desprotegidos a los viejos amigos y aliados de las oligarquìas Latinoamericanas.

No fue de ninguna manera un hecho intempestivo personal, ni una "expresiòn desafortunada" como dice en su poco creìble pedido de discùlpas publicas, el exabrupto del canciller del gobierno de facto Hondureño, Enrique Ortez, vomitado poco antes de asumir cuando se refiriò a Obama como " un negrito que no sabe nada de nada".
Màs bien Ortez es un simple mensajero. Sus dichos deberìan leerse como un mensaje de parte de aquellos que se consideran los patrones del mundo hacia el Gran Negro.
Mensaje que por ahora no hacen publico en la vida domèstica de la naciòn del norte.

Hasta la pròxima.

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