miércoles, 25 de mayo de 2011

Vengo a proponerles un sueño

Hace ya unos años, no demasiados aunque parece que hubieran pasado siglos, un 25 de Mayo como hoy hubo un tipo, flaco, desgarbado, torpe que subió al estrado y enunció:
"Vengo, en cambio, a proponerles un sueño: reconstruir nuestra propia identidad como pueblo y como Nación; vengo a proponerles un sueño que es la construcción de la verdad y la Justicia; vengo a proponerles un sueño que es el de volver a tener una Argentina con todos y para todos."
Muchos de nosotros, descreidos apenas si le prestamos atención.
Era uno más, era otro mas que nos decía lo que había que hacer, otro orate, otro prestidigitador. Otro político charlatán.

Nosotros veníamos del infierno, estábamos cansados, desilusionados, desorientados, doloridos, enojados, exhaustos. Era el final - final de un ciclo terrorífico de muchos, muchos años de dolor y pérdidas para tres generaciones. Ya nada peor podría pasar ¿o si?

Allá ibamos a trabajar los pocos que conservábamos un trabajo, allá a mendigar otros, a robar muchos y a perecer los débiles.

La nación estaba en bancarrota material y moral.

Pero el flaco aquel no se amilanó ante toda aquella indiferencia y día tras día fue construyendo el cambio y junto a él su compañera, una mujer de fierro y de ovarios.


No debemos ni podemos conformarnos los argentinos con haber elegido un nuevo Gobierno. No debe la dirigencia política agotar su programa en la obtención de un triunfo electoral sino, por el contrario, de lo que se trata es de cambiar los paradigmas de lo que se analiza el éxito o el fracaso de una dirigencia de un país.
Así fue que trabajosamente pero sin descanso se fueron cumpliendo cada uno de los puntos propuestos en ese discurso inaugural .
Deben encararse los cambios con decisión y coraje, avanzando sin pausas pero sin depositar la confianza en jugadas mágicas o salvadoras ni en genialidades aisladas. Se trata de cambiar, no de destruir; se trata de sumar cambios, no de dividir. Cambiar importa aprovechar las diversidades sin anularlas.
Fue juntando, armando, negociando, discutiendo, rosqueando cada día para lograr lo que buscaba

Ningún dirigente, ningún gobernante, por más capaz que sea, puede cambiar las cosas si no hay una ciudadanía dispuesta a participar activamente de ese cambio.
Tenía bien claro hacia dónde moverse
En nuestro proyecto ubicamos en un lugar central la idea de reconstruir un capitalismo nacional que genere las alternativas que permitan reinstalar la movilidad social ascendente.
Se trata, entonces, de hacer nacer una Argentina con progreso social, donde los hijos puedan aspirar a vivir mejor que su padres, sobre la base de su esfuerzo, capacidad y trabajo.

Para eso es preciso promover políticas activas que permitan el desarrollo y el crecimiento económico del país, la generación de nuevos puestos de trabajo y la mejor y más justa distribución del ingreso.


Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente, debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona.

Su anhelo no era simplemente una expresión de deseo, tenía un plan copncreto y viable.
Es el Estado el que debe viabilizar los derechos constitucionales protegiendo a los sectores más vulnerables de la sociedad, es decir, los trabajadores, los jubilados, los pensionados, los usuarios y los consumidores.


La seguridad jurídica debe ser para todos, no solamente para los que tienen poder o dinero.



Queremos ser la generación de argentinos que reinstale la movilidad social ascendente, pero que también promueva el cambio cultural y moral que implica el respeto a las normas y las leyes. En este marco conceptual queremos expresar los ejes directrices en materia de relaciones internacionales, manejo de la economía, los procesos de la salud, la educación, la contención social a desocupados y familias en riesgo y los problemas que plantean la seguridad y la justicia en una sociedad democrática.
había vivido lo suficiente y sabía que

(...) los problemas de la pobreza no se solucionan desde las políticas sociales sino desde las políticas económicas.

(...) la tragedia cívica del clientelismo político no es producto de la asistencia social como gestión de Estado, sino de la desocupación como consecuencia de un modelo económico. 
Aseguró que
No creo en el axioma de que cuando se gobierna se cambia convicción por pragmatismo. Eso constituye en verdad un ejercicio de hipocresía y cinismo.
y se dedicó a trabajar asegurar algunos pocos pricipios irrenunciables porque

La igualdad educativa es para nosotros un principio irrenunciable.

(...) el Estado asumirá un rol articulador y regulador de la salud pública integral (...) orientado a consolidar las acciones que posibiliten generar accesibilidad a las prestaciones médicas y a los medicamentos para toda la población.

El objetivo básico de la política económica será el de asegurar un crecimiento estable, que permita una expansión de la actividad y del empleo constante, sin las muy fuertes y bruscas oscilaciones de los últimos años.
El resultado debe ser la duplicación de la riqueza cada quince años, y una distribución tal que asegure una mayor distribución del ingreso y, muy especialmente, que fortalezca nuestra clase media y que saque de la pobreza extrema a todos los compatriotas.

Al contrario del modelo de ajuste permanente, el consumo interno estará en el centro de nuestra estrategia de expansión.
No se puede volver a pagar deuda a costa del hambre y la exclusión de los argentinos, (aplausos), generando más pobreza y aumentando la conflictividad social. (...) los propios acreedores, (...) tienen que entender que sólo podrán cobrar si a la Argentina le va bien.
Llegamos sin rencores, pero con memoria. Memoria no sólo de los errores y horrores del otro, sino también es memoria sobre nuestras propias equivocaciones. (Aplausos). Memoria sin rencor que es aprendizaje político, balance histórico y desafío actual de gestión.
Ese tipo fue Nestor Kirchner.
Hoy por hoy el único que tuvo visión valor y acierto.
Cumplió.
Salud!

Hasta la próxima.


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