jueves, 23 de diciembre de 2010

"La verdad absoluta no la poseemos ni la poseeremos jamás"

Desigualdad Social
En chequeado.com leemos que el bueno de Carlos dice que
“El dichoso ‘modelo productivo’ [del kirchnerismo] no consiguió todavía mejorar el índice de Gini […] que se verificaba durante la ‘convertibilidad neoliberal’”.
tras lo cual nos anoticia de que lo declarado por el escriba desestabilizante de LNOL es
"VERDADERO, PERO..
Se basa en una comparación del coeficiente de Gini, que mide la desigualdad, y que fue bajo a principios de la década. Sin embargo, el parámetro empeoró desde 1993 en adelante."
Muy interesante trabajo de C.C al permitirnos acceder a informes y datos duros bastante amplios y serios recopilados por el CEDLAS que muestran la evolución de ciertos índices en particular del GINI, que es un complejo indicador estadístico bastante aceptado globalmente y que pretende medir la desigualdad social en términos de ingreso per cápita versus el producto interno bruto. Es decir solo mide dinero ingresado al bolsillo de los actores económicos popr segmentos y compara dichas sumas con el total de todo el dinero ingresado en todos los bolsillos en el país en un período dado.

Según podemos leer en estos informes este índice estaría dando cuenta en nuestro país de un terrible deterioro social producido entre 1974 y 1989 seguido de una mejoría posterior entre 1989 y 1993, otra severa caída entre 1993 y 2002 y finalmente una persistente mejoría desde 2003 hasta 2009 o sea que ...  Pagni no mintió pero no dijo la verdad, que interesante, pero eso no es novedad claro. Basta para mí. Las estadísticas son muy peligrosas ya que su consumo sin receta puede producir severos daños cerebrales en la opinión publica.
Gracias Matías Di Santi por su aporte a la causa nac&pop.

Hasta aquí la batalla de los datos duros, la sarasa esa de la ciencia y de la objetividad y las operaciones, lo que sigue es pura disgresión pero todo tiene que ver con todo. Perogrullo dixit.

"El padrecito de los pobres" o la invisivilización de Dorrego

Según Hernán Brienza en "El Loco Dorrego", (libro que terminé de leer recientemente por sugerencia personal de mi amigo el peronista Hugo Chávez), una muy lograda biografía del olvidado federalista republicano, cuyo salvaje asesinato en diciembre de 1828 luego del primer golpe de estado llevado a cabo por las fuerzas armadas en nuestro país, inaugura una larga guerra civil argentina cuyas consecuencias perduran por lo menos hasta 1983 sino hasta nuestros días en que somos testigos privilegiados del juzgamiento y la condena de los infames herederos de aquellos actores políticos,
"Esta biografía de Dorrego, como todos los trabajos anteriores, también es hija de su tiempo. Y es sobre todo, hija de su autor. La historia es apenas una sucesión de mitologías que se resiste a dejarse discipilinar en el coto de la ciencia.
 Creo, como ya dijo Manuel Gálvez, que "toda biografía, toda historia, es siempre una interpretación. La verdad absoluta no la poseemos ni la poseeremos jamás". Y seguramente toda interpretación es un anhelo. Y todo anhelo, una convicción."
Coincidimos con Hernán y a su través con Gálvez y consecuentemente con todos los que como ellos proponen la inevitable relatividad de la verdad.

Pero no solo la verdad histórica es relativa ya que toda verdad, especialmente la denominada verdad científica lo será en tanto es (como señala Foulcaut) un artefacto de poder. Es que la así llamada ciencia moderna, sobre cuyas construcciones de verdad, los legos como nosotros pretendemos montar nuestras cotidianas argumentaciones racionales, no es otra cosa que un simple precario y humilde método de construcción de conocimiento entre tantos otros desplegados por el hombre y que devino en único camino de acceso a la verdad absoluta en reemplazo de la religión solo por virtud de la acción política metódica y consecuente de los nuevos sectores hegemónicos imperiales europeos de los siglos XVIII y XIX.

Hubo allí un problema que no se tuvo debidamente en cuenta y que hará crisis en el siglo XX, se confundió razón con verdad. Así fue que a principios del siglo XX, entre la enuciación del principio de indeterminación de Heisenberg en 1927 y la postulación de  Schrödinger de una interpretación estadística del comportamiento del electrón en 1933, queda en evidencia no solo la severa limitación de los modelos de la Física Clásica como modo de "acceso al conocimiento" a la  verdad de las cosas y produce así el nacimiento de la novedosa Mecánica Cuántica, sino que en ese mismo acto queda seriamente cuestionada la misma posibilidad última de que ese "acceso" sea algo efectivamente factible, ya sea con aquel o con cualquier otro "modelo de reconstrucción" histórica del comportamiento de la materia que tal fue y sigue siendo la pretensión de la ciencia Física.

Es decir que en pleno siglo XX se produce un sustancial cambio de paradigma en las ciencias donde en general se cambia el discurso desde aquel ya antiguo "acceso al conocimiento" hacia un mas novedoso y humilde concepto de "construcción del conocimiento". Claro que al instante algunos le quitan su humildad científica para utilizarlo desembozadamente como herramienta de sometimiento al poder hegemónico tal lo que hacen las élites dominantes imperiales de la época.

Entonces no solo es la Historia y las demás ciencias menores no-exactas las que, aunque siempre dispuestas, se mostraron díscolas a someterse al corsé del paradigma de la ciencia decimonónica, sino que las propias orgullosas ciencias exactas fueron paulatinamente perdiendo su predominante posición de poder hegemónico al quedar evidenciado su inevitable y prosaico relativismo producto aparentemente de sus imperfectos y humanos orígenes y que entonces tal como las hermanas consideradas hasta entonces menores, nada pueden contra la divina palabra de la religión que accede y difunde la verdad absoluta revelada y sin preguntas molestas.

El recurso de un Pagni  llenándose la boca con una pretendida verdad dura y científica para argumentar desde allí contra el gobierno y el proyecto de éste, es nada mas ni nada menos que presensión de colonización del "conocimiento verdadero" para su inevitable manipulación.

Sería imposible para cualquier lector de LNOL imaginar a Pagni enunciando indiscutibles asertos sobre las consecuencias de la compleja ecuación de Schrödinger, pero curiosamente no ocurre lo mismo cuando el propalador oligárquico se explaya amplia y certeramente respecto del coeficiente de Gini que con sus integrales definidas es tanto o más inexpugnable a sus seguramente infructuosos y vanos intentos de comprensión cabal.
Coeficiente de Gini
Vemos así que para que la manipulación de la construcción de verdad tenga el efecto de poder deseado por éstos individuos, sus mentores y sus secuaces, no es necesario que los propaladores sepan de lo que están hablando sino simplemente que lo hagan dentro del marco de autoridad que le confiere el balcón hegemónico desde donde estos sirvientes vocean sus libretos pretendidamente llenos de verdades racionales.

Mientras tanto el acceso a las herramientas que permitirían recorrer un camino autónomo en el proceso de construcción de conocimiento debe estar vedado, clausurado para las mayorías y solo las élites puedan estar en posición de construir el artefacto de producción de verdad y solo ellos estar habilitados a administrar sus efectos de poder.

Es por eso que los colectivos conformados por las élites hegemónicas dominantes se preocuparon siempre por controlar férreamente las áreas de educación (Iglesia y/o policía) y desarrollo científico y técnico (FFAA y pooles empresarios), reduciendo al máximo las posibilidades de acceso a ellas para los representantes de los segmentos sociales sometidos.

La idea es que los Pagni y muñecos similares puedan seguir siendo los voceros autorizados para administrar los artefactos de propalación e instalación de la "verdad".

Hasta la próxima

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