viernes, 16 de julio de 2010

La carta envenenada


De palomas y de halcones

La corporación vaticana difunde hoy una primera opinión después de la aprobación de la nueva ley de matrimonio en el congreso. La movida la realiza el vocero extraoficial del episcopado, Mariano De vedia, con su nota en LN que se titula "La carta de Bergoglio, un error estratégico"
Una lectura rápida y superficial de la nota podría llevarnos a interpretar que se trata de una crítica apuntada contra Bergoglio.

Pues yo no lo veo así.
Es sabido que las internas de esa organización estamentaria, corporativa, teocrática y fundamentalista, no por disimuladas y ocultas dejan de ser terriblemente duras, truculentas e impiadosas y donde la vida y la suerte de propios y ajenos, de fieles e infieles, son apenas unas pocas monedas de cambio en la eterna lucha por el poder.

El caso es que la estrategia de confrontación frontal y virulenta que aplicó la iglesia contra la promulgación de esta ley, incluyendo la movilización callejera de las juventudes escolarizadas en el ámbito de los institutos educacionales de caracter religioso (cuyos directivos, por cierto vale la pena aclarar, dependen de hecho del cuasi fascista y ultramontano jerarca platense Auger), no fue precisamente diseñada e impulsada por el jesuita Bergoglio.

La durísima capaña política desarrollada por la iglesia fue siempre diseñada e impulsada por el ala mas dura de la sección argentina de la de la corporación vaticana y que en este caso recurrió además a la ayuda de especialistas asesores del Opus Dei para llevarla a cabo.

Cuando De Vedia habla, habla de un error de estrategia, no de Bergoglio y está claro que ésta ha sido elaborada y establecida por el ala dura y no por él.


De aquí que podríamos imaginar que "el jesuita", que representa posiciones más técnicas, mas profesionales, es decir mas moderadas y que además se encuentra desde hace tiempo en  plena campaña por el ambicionado trono papal vaticano, se decide a descomprimir la presión de aquellos sectores fundamentalistas y concede sumarse simbólicamente a la estrategia confrontativa elaborada por aquella.

Es así que a último momento produce y difunde "la carta a las carmelitas" que invoca al maligno y a la "guerra de dios". Lo hace seguramente con total consciencia de que se convertía en una suerte de Hermino Iglesias quemando el ataúd en el acto de cierre de campaña en el ´83.   

"Hubo un antes y un después de la carta de Bergoglio. Fue mal interpretada y le dio argumentos al enemigo", admitió una fuente episcopal.

Una acción a todas luces inútil, torpe y contraproducente como se podía preveer. Es aquí que cabe pensar si Bergoglio es en verdad un  torpe e incapaz de preveer lo que todos los analistas políticos pudieron ver, aún los mas limitados de ellos.
Estoy seguro que se pueden pensar muchas cosas acerca del cardenal Bergoglio menos que sea torpe y corto de mente.

Es asimismo llamativa la declaración del "autodesmentido Martino", auxiliar del halcón platense Auger, cuando explica y defiende la estrategia (que es la impulsada por Auger y los suyos en oposición a la opinión de Bergoglio) diciendo que "La carta del cardenal es un escrito dirigido a monjas contemplativas, [...]. (o sea que esto es entre nosotros y los de afuera son de palo). Desde una visión de fe, sus términos son correctos [...]  No podemos ocultar nuestra visión de fe" (o sea que debe quedar claro que la estrategia basada en los principios fundamentalistas impulsados por su jefe, era la correcta)

De modo que podría verse entonces la actitud del aspirante al trono como una elaborada celada que coloca a su verdadero oponente, que en este caso no es el gobierno como se escenifica sino el obispo Auger, referente del ala dura del clan obispal; lo coloca decíamos, en posición perdidosa frente a los ojos atentos de los venerables miembros electores del directorio allá en Roma.

Hasta la próxima.

imagen: http://www.genreonline.net/Genre_files/Hawk%20Dove.jpg

No hay comentarios.:

Abuelas de la Plaza