martes, 9 de noviembre de 2010

Miedo profundo

Vicente Massot
En La Nueva Provincia de Bahía Blanca, diario que dirige el Dr en Ciencia Política (UCA-CEMA), Docente en UCA y UCEMA y Ex Vice Ministro de Defensa de la Nación (1993), señor Vicente Gonzalo Massot, se publica hoy en la sección “política y gobierno” una nota sumamente aleccionadora que nos mueve a reflexionar sobre las características ideológicas de algunos sectores de nuestra sociedad.

Analizamos algunos detalles allí publicados por un autor anónimo, ya que la nota no tiene firma alguna, pero que descontamos ha sido publicada con el beneplácito y autorización del director ejecutivo de la indicada publicación.

En primer lugar en dicha nota se caracteriza de manera reiterada con el grado de Almirante de la Marina de Guerra Argentina a un señor que no lo es, y tan es así que perdió su grado deshonrosamente luego de que fuera juzgado y condenado como criminal genocida como consecuencia del juicio que se le instruyó durante el gobierno de Alfonsín . Es decir que debería quedar en claro que el recientemente obitado criminal Masera no es ni era almirante al momento de su deceso luego de vivir en condiciones vegetativas sus largos últimos días.

En la nota además se lo define primero acertadamenye como forjador y luego insólitamente como víctima del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional sin dejar en claro los motivos por los que así lo considera el señor Massot, a no ser que la victimización a la que se refiere sean los mencionados “odios y pasiones que despertara en sus años de esplendor político” , esplendor por otra parte, que el autor atribuye canallescamente a “su carácter enérgico y acentuada vocación política”(¿?) que por cierto quedó demostrado que no era otra cosa que una ambición enfermiza y criminal de dinero y poder.

Asimismo se repite más adelante la fórmula de las “pasiones y odios” para englobar y disolver en ella el hecho duro de la realidad que es lo que llamamos “acción de la justicia que persigue y castiga a los criminales”.

Luego de compararlo con el Almirante Rojas (este sí falleció con el uso del grado) otro militar que perteneciera a la misma arma y portador del mismo odio a todo lo que se definiera como peronista y que cómo aquel se hicieran célebres por la triste habilidad de mandar a asesinar impunemente a sus propios connacionales, claro que el señor Massera se demostró mucho más eficiente, sanguinario, tortuoso y carroñero en la macabra tarea.

Sostiene, por otra parte en su discurso apologético, el señor Masott o su asalariado vocero escribiente), antes cómplice civil impune y ahora defensor de genocidas, que aquello que toda la sociedad civilizada hemos acordado en definir como terrorismo de estado seguido de genocidio era tan luego una guerra civil en la cual “ellos” (los miles de jóvenes, hombres, mujeres, niños, ancianos, secuestrados, torturados, asesinados,desaparecidos, robados, violados, etc, ), llevaron la peor parte.

Sigue con las comparaciones melosas al proponernos que este sanguinario y dehonesto traidor al uniforme de la marina de la patria se “forjó en el molde de Brown”. Pienso en el marino y comerciante irlandés que devenido en héroe nacional ya debía cargar obre sus espaldas con sus propias y naturales miserias de todo ser humano como para que ahora le endilguen semejante heredero italiano.

Es especialmente certero y tenebroso pero claramente demostrativo de una crta capacidad intelectual el párrafo donde, certero, expresa que el genocida en cuestión -
“Tuvo la descomunal y trágica potestad, a la vez, de ser --junto a los otros miembros de la Junta de Comandantes-- dueño de la vida y de la muerte de las personas, algo que nadie, ni siquiera Rosas, en el siglo XIX, y tampoco Perón, en el siguiente, tuvieron en esa escala.”

Dicho esto por un personaje tan siniestro como el autor de la nota (o su mandante), significa colocar al criminal seudo marinero en un nivel más execrable aún que aquel que se le asigna a a los peores del ránking elaborado por la más rancia derecha oligárquica argentina.

No queda claro entonces cual es el odio verdadero que subyace y exuda por la superficie sanginolenta de estas líneas. Será tal vez el producto de un propio y nunca elaborado sentimiento de ira que le causó al autor el verse defraudado por lo que él mismo define ahora como lo que “no pasó de ser un sueño fugaz y trunco por el final patético --con pena y sin gloria-- del Proceso de Reorganización Nacional.” por el que Massot sentía ciertamente una pública, profunda y esperanzada simpatía y que “... resultó, a la postre, un fracaso (...) ostensible...”



Por último en una definitivamente desagradable muestra de ferviante militancia antidemocrática que merecería la sanción legal y moral de la sociedad y montado sobre un poder material enorme y producto de su riqueza patrimonial, se permite asegurar que la categorización moral de la aplicación del método criminal genocida de Terrorismo de Estado será “materia de discusión por espacio de décadas.” y no como lo es, una metodología criminal y genocida.

Como cierre defeca una ironía macabra cual es la de pretender instalar la insana idea de que el impune traidor a la patria “demostró un espíritu abierto a la reconciliación y ajeno a todo sectarismo, que lo honra.”

Tal vez en este texto se pueda detectar el enorme miedo que tiene Massot, miedo profundo y aterrador, producto de la subyacente y católica culpa. Miedo arraigado en la inconsciente y cristiana pero no reconocida certeza de que al final, él, uno de los principales cómplices necesarios del genocidio, sí será juzgado y sí será condenado por sus propios y miserables crímenes.

Así sea.


Hasta la próxima.

 imagen de http://reglapresidentes.blogspot.com/

NdR: en el sitio de donde tomamos la imagen de Massot  donde éste publica sus comentarios es compartido por el ameno todoterreno te doy mi palabra Leuquito

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