Foto:Suhaib Salem/Reutes |
“Es una guerra que Barack Obama no desea, David Cameron no necesita, Angela Merkel no puede enfrentar y Silvio Berlusconi temió."
Solo Nicolas Sarkozy vio la revuelta popular que se inició en Libia el 15 de febrero como una oportunidad para una redención política y diplomática”
Si el enérgico liderazgo de una coalición internacional por parte del presidente de Francia para proteger al pueblo de Libia de Muammar Gaddafi será suficiente para revivir su decadente fortuna política en el próximo año electoral es algo muy incierto. Impulsando acciones militares que espera puedan reparar la reputación de Francia en el mundo árabe, Sarkozy ayudó a dar forma al tipo de guerra que sobrevendrá. El camino de la intervención militar occidental estuvo sembrado de mutuas sospechas, miedos de otro atolladero en un país musulmán y enormes dudas acerca de la variopinta oposición Libia con la que Occidente ha sellado su destino.
Tanto más difícil será mantener unida a una dificultosa coalición de Norteamericanos, Europeos y Árabes es cuanto más tiempo se sostenga Gaddafi. Casi dos semanas después de iniciada la campaña aérea, los responsables políticos Occidentales se preocupan por el riesgo de una bomba perdida impactando en un hospital o en un orfanato por el deslizamiento del conflicto hacia un prolongado estancamiento.
No hay duda acerca de que el desenlace en Tripoli influirá en el destino del movimiento popular para el cambio en el mundo Árabe. Pero asimismo debido a que ésta guerra nació en París tendrá también consecuencias para Europa"
En primer lugar convoca y enumera a cada uno a los personjes importantes en esta guerra es decir los líderes de las principales "democracias occidentales" involucrados, para dejar establecidas sus posiciones diferenciales relativas frente a un conflicto trágico que se desarrolla fuera de sus propios territorios. En el mismo acto entonces, el autor invisiviliza a todos los demás actores que están definitivamente tanto o mas involucrados en pero que al no pertenecer al grupo de la élite imperial pomposamente autodenominado como Occidente no son siquiera tenidos en cuenta a la hora de "informar" a los lectores de reuters.
Es así que escuetamente el "otro", distinto, lejano, exótico, primitivo, poco evolucionado, ignorante, simplemente requiere "ser ayudado" para alcanzar algún grado de civilización que las élites mundiales imperiales generosamente derramarán sobre ellos.
"... el enérgico liderazgo de una coalición internacional del presidente de Francia para proteger al pueblo de Libia de Muammar Gaddafi..."
El autor deja asimismo explicitamente claro que lo que ocurre en Libia es una guerra que nació en los tableros de diseño geopolítico imperiales y que poco o nada tiene que ver la defensa humanitaria del pueblo libio supuestamente sometido a los designios aberrantes de un dictador psicótico y mucho que ver con los conflictos inter e intraimperiales.
Lo que se inició como una supuesta revuelta popular de una cada vez mas dudosa autenticidad contra una dictadura se rediseñó en las mesas de los estrategas geopolíticos europeos como Guerra por la libertad y contra la opresión.
Vemos entonces como un informador autorizado, legitimado y validado por los poderes imperiales discurre sin demasiada hipocresía sobre la calidad de agresión imperial como la causa verdadera de la guerra en Libia.
En su nota, ejemplo de síntesis conceptual, deja muy claro el etnocentrismo de su discurso que minimiza y desestima la importancia de los reales involucrados, es decir los que ponen el sufrimiento, la miseria y sus vidas,
"... otro atolladero en un país musulmán y enormes dudas acerca de la variopinta oposición Libia ..."y se centra en la defensa de los intereses que Reuters defiende cuando escribe que:
"No hay duda acerca de que el desenlace en Tripoli influirá en el destino del movimiento popular para el cambio en el mundo Árabe. (... eso serà cosa de ellos)
Pero asimismo, (... lo que nos importa de verdad a nosotros) debido a que ésta guerra nació en París tendrá también consecuencias para Europa”
En este caso la lectura de los cronistas informadores imperiales nos sirve para entender la dinàmica de procesos que ciertamente nos involucran mucho mas de lo que pensamos pero nos tienen de convidados de piedra y màs aùn todo, desde las fuentes de construcciòn del discurso imperial nos invita a no tener como importante.
La cuestiòn no se trata aquì de si se defiende ciegamente a Gaddafi como si fuera el hèroe bueno frente a los malos que lo atacan como proponen algunos simplificadores desde la izquierda insurreccional y fanàtica sosteniendo que ha llevado al pueblo Libio a un estado de supuesto bienestar igualitario. Ni tampoco de atacarlo por que nos hemos comprado aquel discurso de que es un autòcrata horriblemente sanguinario que ejerce una dictadura salvaje como sugieren otros desde la izquierda prolija y sumisa de una cada vez mas lavada socialdemocracia eurocentrica, porque no permite en Libia el desarrollo de instituciones consideradas como "correctas y adecuadas" por los ideòlogos burgueses de izquierda engendrados por la modernidad occidental.
En ambos casos a travès de categorìas como "izquierda o derecha", precisamente inventadas por los pensadores de la modernidad occidental y usadas para expandir su influencia por el mundo, se opaca una cuestiòn previa y mas profunda a la que tal vez debieramos aproximarnos con una mirada diferente, no-occidental si esto fuera posible, y que es la de fijar posiciòn y definir acciones concretas frente a una dinàmica de agresiòn material, intelectual y sobre todo moral que propone el pensamiento occidental - imperial contemporàneo, con basamento en la moral protestante calvinista y definitivamente capitalista, (ver Max Weber) desde hace varios siglos.
La simplificaciòn de las lecturas històricas solo terminan siendo el resultado de su colonizaciòn por parte de colectivos sociales que pretenden hegemonizar el "discurso de verdad" para producir "efectos de poder" (diria el compañero Michel F. pazdescanse), y asì construir y sostener su propia hegemonìa.
No debieramos pensar que Libia està demasiado lejos respecto por ejemplo de las muy cercanas elecciones presidenciales en Argentina donde se discutiràn las posiciones y el camino que habremos de elegir en el futuro cercano como comunidad respecto de este tema caliente que resulta ser la geopolìtica imperial en el contexto de una crisis sistèmica mundial.
Hasta la pròxima.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario