viernes, 28 de mayo de 2010

Verdad encadenada

“Existe un drama secular en la Argentina, que es la tergiversación de la historia, en la que se han filtrado imposturas manifiestas canonizadas como dogmas.”
Héctor Auger.
La Plata(AICA)

Leyendo el discurso que con motivo de la celebración del ritual religioso del bicentenario, el señor Auger propaló desde la tribuna que su organización tiene en La Plata y que coloca a su disposición con el beneplácito y resguardo de las leyes constitutivas del estado nacional me vinieron a la mente algunos pensamientos críticos.

Comienza Auger así su discurso
“En la proclama emitida el 26 de mayo, la Primera Junta –nosotros la llamamos así aunque fue, en realidad, la segunda- exponía por orden de dignidad sus compromisos. Encabezaba la serie de propósitos una declaración que en aquellos días no podría sorprender a nadie; manifestaba un deseo eficaz, un celo activo y una contracción viva y asidua a proveer por todos los medios posibles la conservación de nuestra Religión Santa”
Lo que no dice Auger, lo que conscientemente oculta, es parte de una historia a la que sea verdadera o no, él sí da valor de verdad pero que lo oculta para beneficio de su intención discursiva.


Lo que no dice Auger es que aquella primera junta de mayo, esa con minúsculas que se eligió entre el 23 y 24 de mayo producto de una rosca política gatopardista que mantenía en la cabeza del poder político al virrey impuesto por España con lo que aquello significaba fue cuestionada y rechazada por ilegítima
“por razón de no haberse excluido al excelentísimo vocal presidente del mando de las armas, lo que no puede ni debe ser por muchas razones de la mayor consideración: esto le causa imponderable sentimiento y motiva a trasladarlo a su conocimiento para que proceda a otra elección en sujetos que puedan merecer la confianza del pueblo, supuesto que no la merecen los que constituyen la presente Junta…”

De allí que fue de inmediato reemplazada por la “integralmente verdadera” Primera Junta de Gobierno Patrio del 25 de mayo de 1810, pero no es esto lo importante para nuestra argumentación, lo más interesante es que el acta constitutiva de la aquella efímera primera junta que cambiaba todo para que nada cambie también “… manifestaba un deseo eficaz, un celo activo y una contracción viva y asidua a proveer por todos los medios posibles la conservación de nuestra Religión Santa” y fue también avalada por la poderosa ICAR que oportunista, veía así asegurado lo único que le interesaba como institución en ese momento y que era la legitimidad de su influencia política en el contexto de ideas liberales francamente anti católico y anticlerical del naciente siglo XIX.

Debemos reconocer que el muy habitual hecho de que los máximos exponentes de la ICAR insistan en proponer “razonamientos lógicos y racionales” para llegar a las conclusiones “espirituales” que necesitan es ya una vieja costumbre que tuvieron de desarrollar muy intensamente estos señores allá por los tiempos en que se les caía a pedazos el paradigma de las sociedades europeas amalgamadas por ese “espíritu religioso” para cuya construcción alcanzaba con nombrar al todopoderoso como fuente de verdad única y todos bajaban la cabeza asintiendo.

Después de la terrible derrota político-militar y consecuente pérdida de poder que le significó a la ICAR la reforma protestante iniciada en el siglo XVI y particularmente en los convulsionados tiempos de las revoluciones burguesas europeas del siglo XVIII bajo el ataque ideológico (y no solo ideológico) caracterizado por el pensamiento iluminista, comienza a imponerse un aire de renovación y modernización del discurso dogmático de la secta para la preservación de lo que quedaba de los Estados Pontificios.

Esto significó para la organización un cambio en los modos de administración del concepto saber-verdad sin abandonar la pretensión del monopolio del conocimiento de la Verdad, entones el saber, antes de origen totalmente divino, ahora queda convertido en un proceso de razonamiento falaz que es bendecido por el altísimo (a través de su representante) donde la lógica y la razón son respetadas porque así lo requieren los tiempos que corren pero quedan convertidas en simples máquinas lógicas utilitarias que fabrican enunciados a partir de las premisas que los dueños de las máquinas introducen en ella para obtener como producto las conclusiones funcionales a sus necesidades de dominación.

Es decir que, aunque tarde respecto de los protestantes calvinistas que a esa altura ya habían ganado la delantera en aquello de expandirse y dominar el mundo con discurso y armas, también ellos logran montar su propia fábrica de verdades, simples verdades relativas cuando no completas mentiras vestidas de verdad solo que en el proceso de envasado y antes de su distribución pública se les coloca la etiquetita que reza “palabra de dios” y así quedan validadas como Verdades, las “verdades integrales” producto de las “memorias completas” del cerebro de Auger.

El señor Auger, quién es seguramente si no el más recalcitrante representante de la secta sí uno de los más visibles y peligrosos líderes junto con su colega el señor Bergoglio, utiliza cabalmente los modos, razonamientos, conceptos, gestos y tonos de un consumado militante político de la ideología tradicional conservadora autoritaria que velados apenas por una tenue enagua de religiosidad trascienden como acciones verdaderamente anticristianas.

Lanza Auger desde aquella tribuna que no reconoce otras voces que la suya tal serie de conceptos y cuestiones cual verdades irrefutables bajadas directamente del divino. Con ese característico discurso intencionadamente difuso es que siembra el veneno en mentes de los “jóvenes y desprevenidos” (como él los define) que lo escuchan, muchos sin haber tenido antes la oportunidad de desarrollar la sana capacidad de problematizar y reflexionar sobre lo que se recibe y así continúa sembrando odio y división entre las personas de este pueblo.

Claro que por suerte no todos caen bajo la normalización de la categoría obispal de “jóvenes y desprevenidos”. Los hay muchos que aún siendo jóvenes ya están prevenidos y otros que por viejos tiene memoria y se previenen.

Difunde entonces este señor, la mentira secular basada en la manipulación de los conceptos de religión y de patria que se unen en la sagrada alianza que significaron y aún significan la cruz y la espada y que especialmente en el continente americano ha sido la piedra basal de sus modos operativos para la construcción de un poder absolutista, totalitario, violento y brutal que se enseñoreó impune hasta no ha mucho matando, sometiendo, explotando, torturando, deportando, robando, mintiendo, complotando, condenando, durante cinco siglos y aún persiste en sus ambiciones y del que la última dictadura genocida de nuestro país fue tal vez una de las más perfectas y acabadas muestras, es ése el paradigma de una verdad un poco mas integral producto de una memoria al cabo algo más completa al que Auger nunca refiere con su “verdad integral” y su “memoria completa” cuando habla de Patria y Religión.

Bien sabe Auger que tales cosas como memoria integral y verdad completa son utopías imposibles para el hombre común (que somos todos los seres humanos él incluido) siempre sujeto a las limitaciones subjetivas del mundo manifestado y solo excepcionalmente capaz de alcanzar algo más que la consciencia de las propias limitaciones. Es entonces que para Auger y los suyos alcanzar esta calidad de verdad, la Verdad con mayúsculas queda asignada al divino y hasta allí nada que decir, como decía el sabio abuelo del autodenominado humanista cristiano D´Elía, “cada uno hace de su culo un pito”.

El problema comienza cuando nos cuentan que parece que algunos encumbrados autores del bestseller mas difundido de la cristiandad ganaron la concesión por tiempo indeterminado de las comunicaciones con el altísimo y son entonces él y los suyos quienes tienen el privilegio de conocer aquella verdad completa o Verdad con mayúsculas.

El viejo truco de "yo sé, vos no".

Foucault lo define como el poder ejercido a través del discurso de verdad. O sea que conocimiento es poder pero para ello no es necesario conocer de verdad la Verdad única y absoluta, no, no, solo con construir una más o menos útil e imponerla por la fuerza o la razón alcanza y a eso se dedica Auger, mejor dicho de eso y para vive, él está entrenado para construir verdades en serie funcionales a su proyecto, lo mismo que cualquier otro comunicador claro que allí se corta la comunicación.

Hasta la próxima.

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1 comentario:

Unknown dijo...

Lo dejó en pelotas compañero!

Abuelas de la Plaza