miércoles, 21 de abril de 2010

Ciencia o negocio

Al grito de "No es posible que permitan este asalto a la modernidad" un siempre mediático y convenientemente distante Mario Bunge se lanza en raudo galope desde su marfílica torre en la universidad McGill de Montreal en Canadá atravesando la pampeana llanura sojera contra las actividades de búsqueda de nuevos caminos para la construcción de conocimientos en el ámbito de la universidad de Córdoba, anatemizando y denostando todo lo que para él es anti-científico y que atenta contra lo que define rápidamente desde la soberbia que lo caracteriza como "la modernidad", su preciada modernidad.


Como si tal cosa, es decir "la modernidad", presentada por Mario Bunge como la era dorada de la humanidad y la quintaesencia del desarrollo del pensamiento del hombre amo y señor de la naturaleza, fuera algo mas que una compleja estrategia que unos filósofos y pensadores europeos desarrollaron para justificar y encontrar "razonable" el modo de producción capitalista de reciente creación, su modo asociado de producción del conocimiento, su correlato histórico, el desarrollo y consolidación de los sistemas coloniales de los siglos XVIII y XIX, especialmente el desarrollo colonial  Británico hasta principios del siglo XX y su consecuencia el imperialismo global norteamericano post IIGM.

Las teorías sobre el conocimiento científico han cambiado a lo largo de la historia y seguirán cambiando. Existen hoy nuevos y variados paradigmas tan buenos o malos como los anterioreses (no es esa la cuestión) sobre los que Mario Bunge no da cuenta, no registra.
Para él son invisibles.

Para Bunge el conocimiento científico es aséptico, único, puro e inmaculado pleno de integridad moral virginal.


Al respecto el Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la universidad de Córdoba, Gustavo Irico declaró. . .
"Es fácil desde la lejanía lastimar a una institución que está por cumplir 400 años de vida. Me parece que Bunge, a quien respeto mucho, se extralimitó en sus conceptos. Los temas deben ser instalados y generar conclusiones positivas para así salir del oscurantismo. Lo de Bunge me pareció una visión fundamentalista y bastante cerrada"
La polémica entre Bunge y el decano Irico es sobre la validez o no de que algunos médicos miembros de la comunidad universitaria cordobesa instalen el debate activo así como el estudio y difusión de lo que Clarín incluye genericamente dentro de la categoría de medicina alternativa y que a la sazón son simplemente unos cursos arancelados de medicina homeopática, ayurvédica y medicina tradicional china.

Bunge asegura que dichos cursos solo buscan un beneficio comercial para algunos interesados y nada tienen que ver con "la ciencia".
Como siempre en esta modernidad nuestra, en este mundo sin dios, en este universo occidental que abandonó la vía de conocimiento a través de la fé para someterse a la nueva religión de la diosa Razón, las verdades lo son a medias.

Es que si algo fundó la modernidad al reemplazar la fe por la razón fue la relatividad de las categorías. A dios nadie lo discutía hasta que ...se lo discutió y se lo viene discutiendo desde entonces gracias a la modernidad.
Pero no solo al DIOS ÚNICO se lo discute sino a todos los dioses habidos y por haber.
La modernidad abrió la caja de pandora y desde entonces nigún dios o diosa duerme tranquilo y la diosa razón no es una excepción.

La misma modernidad no entiende esto de entrada pero solo un par de siglos después lo percibe. 
Lo percibe rápidamente a fines del siglo XIX y principios del XX cuando por todas partes aparecen como topos, misterios, las inconsistencias, las paradojas, incertidumbres y rigurosos razonamientos con final inopinable que la diosa ya no tan infalible produce.

Lo percibe Cantor cuando desarrolla la teoría de conjuntos, y  Thompson cuando su modelo atómico muere en el parto, lo percibe Heisemberg cuando enuncia su principio de incertidumbre, o Dirac hablando de antimateria o cuando Schrödinger describe la existencia real del electrón a partir de la teoría de las probablilidades y se resiste a aceptarlo Einstein cuando dice que dios no juega a los dados.

El caso que para esos años el dios occidental ya estaba jubilado mirando a los nuevos sacerdotes de la ciencia ungir a los nuevos Papas y si bien Bunge no es el Papa pasa por purpurado de esta nueva religión tan dogmática como la anterior.


Papa o no, quieralo o no Bunge y los suyos, el relativismo ta estaba irremediablemente  instalado y los científicos "modernos" que no eligieron el "suicido honorable" cortándose las venas con una galletita, los que sobrevivieron a eso, tal vez menos idealistas y los mas prácticos se sobrepusieron a la desilusión y rápidamente planearon faraónicos proyectos para construir en el medio de Europa y bajo tierra por las dudas, un superacelerador de partículas (LHC o Gran Colisionador de Hadrones) cuyo presupuesto es de 4000 millones de euros de los cuales un tercio está destinado a sueldos de los 7000 "elegidos" que allí trabajan y el resto está destinado a la adquisición de equipos e instalaciones. Una muy digna forma de ganar un nada despreciable sustento y mantener un reconocimiento social privilegiado.
Un buen negocio diría Bunge en voz baja.

Es decir que los racionales, pragmáticos y modernos científicos sobrevivientes inventaron y administran un muy rentable Super Kiosco Científico Multinacional, emprendimiento que por cierto no recibe crítica alguna por parte de Bunge, claro, este superkiosco eurocéntrico multimillonario "Es Ciencia" para Mario Augusto Bunge, (es buen dinero en sus bolsillos) no como las supercherías sudacas de los pícaros médicos cordobeses que apenas producen chirolas.

Hasta la próxima

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