domingo, 28 de agosto de 2011

Hablando de cómplices

Arzobispo de Buenos Aires pide evangelizar las ciudades sin caer en el relativismo

Así titula ACI prensa y demás voceros de la secta religiosa mesiánica autodenominada iglesia católica apostólica romana.

Se refiere la agencia, al discurso que desplegó el señor Bergoglio, alto jerarca de la organización trasnacional en la Argentina, ante 400 acólitos provenientes de lo que dicha organización define como la Región Pastoral de Buenos Aires, y que desde hoy y hasta el domingo participan en la (Pontificia) Universidad Católica Argentina (UCA) del denominado Primer Congreso Regional de Pastoral Urbana en Buenos Aires.

El señor Bergoglio, pidió a sus acólitos "... evangelizar las ciudades sin miedo, sin caer en el relativismo y siempre mostrando la verdad."

Tal vez lo que debería "relativizarse" es la legitimidad de este discurso fundamentalista,  mesiánico y sectario que la ICAR  pretende imponer unilateralmente allí donde esté presente.

Tras advertir que “la ciudad actual es relativista” (¿?) , Bergoglio dijo que no se debe caer “en la tentación de que para no discriminar, para incluir a todos, a veces sintamos que es necesario ‘relativizar” la verdad”.

“No es así" - asegura y mas adelante agrega - "La verdad del que acompaña es la de mostrar caminos hacia adelante más que juzgar encierros pasados”.

No queda lugar dudas, el líder católico, sin demasiada explicación como es habitual en los dogmáticos que hablan directamente con Dios, insta a dejar de revisar la historia, a olvidarla y sin mas mirar solo hacia adelante. Parece simpático y propositivo pero es simplemente una monstruosidad ideológica la que nos propone el hombre con vocación de pastor de ovejas humanas.

Pensemos por un momento en ese discurso que aunque oscuro y críptico como suele ser el de la secta, puede de todos modos ser interpretado.
Pensemos en los 400 acólitos activistas militantes que conformaron el auditorio de Bergoglio. Pensemos en la zona de actuación futura de dichos militantes y el trabajo de campo que se pretende que desplieguen sobre sus habitantes.

Pensemos, pensemos entonces también en quienes fueron aquellos que pornográfica y sistemáticamente, encerraron a su prójimo en el pasado cercano de nuestra sociedad y asimismo pensemos en aquellos miles y miles que a su vez fueron encerrados por aquellos y en su destino final, bendecido por los colegas del señor Bergoglio sino por el mismo.

Pongamos en su lugar entonces todos los nombres, todos los roles, los momentos, los lugares, los destinos, las miserias, los sufrimientos de "encerradores" y "encerrados" y ahora sí reflexionemos. Al cabo, sabremos a quienes se están refiriendo el futuro ex jerarca episcopal y a quienes pretende beneficiar y proteger con sus proclamas.

Ahora sabremos a quién sirve el vaticano y sus sicarios vernáculos por debajo de ese espeso manto de falacias que es su críptico y oscuro discurso entronizado por la secta como La Verdad

Claro que todo esto sería la "Relativización de La Verdad" y eso no se hace nene.
Caca.
Dios te va a castigar.

Hasta la próxima convocatoria al Congreso sobre Amnesia Intelectual y Manipulación Ideológica.

3 comentarios:

El Canilla dijo...

Ja.
Caer en el relativismo significa que no existiría la verdad absoluta eclesiástica. Y además es usar pensamiento crítico e histórico. Como las cosas materiales hacen nuestra cotidianidad, lo material más lo histórico más el pensamiento crítico nos lleva al marxismo. Que mal !
Saludos

MC dijo...

Solo porque ud lo dice: "La mayoría de aquellos que desean establecer un curso general de la historia (...)utilizarían las categorías marxistas o una versión modificada de las mismas, puesto que hay pocas versiones alternativas disponibles" - sir John Hicks - Nobel de Economía - en "Cómo cambiar el mundo" - "Marx hoy" de Ericc Hobsbawm - 2011
SAludos

El Canilla dijo...

Así es. El punto es no tenerle miedo a las categorías para aventurarse a pensar. Evitar la relativización mantiene el statu quo , no ? Karloncho que me hiciste mal, y sin embargo ...

Abuelas de la Plaza