domingo, 3 de octubre de 2010

La ICAR en Ecuador

Podemos leer aquí el comunicado emitido en Ecuador por la conferencia permanente de jerarcas de la organización religiosa mesiánica internacional con sede en Roma.

El pronunciamiento hipócrita y cómplice es una especie de manual de eufemismos del discurso de la iglesia católica que simplemente falta el respeto a las personas de bien que pueden razonar y sacar sus propias conclusiones de los hechos.


Para estos señores de largas vestiduras que se autoasignan el rol de "pastores y guías naturales del pueblo" lo ocurrido se resume en pocos renglones definitorios donde exiben claramente su ideología.

Para ellos un alzamiento armado sedicioso de las fuerzas de seguridad se caracteriza llanamente como los  "... reclamos de varios sectores ..." y la  "... rebeldía de la fuerza pública."
El claro intento de golpe de estado y el consecuente atentado contra la vida del presidente simplemente han "... lesionado la dignidad de la Asamblea Nacional y del Señor Presidente de la República" y por fin, el plan organizado de desestabilización con múltiples alteraciones del orden público coordinadas con el copamiento de servicios públicos por parte de acólitos civiles y uniformados han sido simples "... brotes anárquicos ..."

Dan asco.

Sin que se les caiga la cara de la vergüenza despachan su pronunciamiento sin condena al intento de golpe de estado, ni al secuestro del presidente, ni contra el visible intento de su asesinato, nada de eso es condenable para la ICAR en Ecuador.

Así que, en cambio, adopta una supuesta ingenua actitud de madre idiota-bondadosa-ecuánime que amonesta cariñosa pero seriamente a los niños para que ya dejen de pelear y dialoguen sin golpearse.

Este colectivo mesiánico expresa de estamanera la maldad supina que los atraviesa poniéndose al servicio del intento de adormecimiento de la consciencia de las gentes.

Es deseable que estos viles usurpadores del sentimiento religioso de las personas vayan quedando cada vez mas expuestos, mas desnudos como consecuencia de sus actos pornográficos e inmorales y así ser rechazados con fuerza por las personas que resultan estafadas por sus dichos y acciones.

Hasta la próxima

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