Los personajes de Ferro me compañaron de chico cuando yo los buscaba afanosamente en los escasos Patoruzus que caían en mis manos eludiendo la férrea censura de la vieja para la cual todos los cómics eran algo así como el mensaje del diablo materializado con humo y olor a azufre pero mucho peor porque según ella distraían a los chicos de lo que era una verdadera buena lectura de los clásicos.
¿Por qué aguas andarán navergando ahora Ferro y sus criaturas?
Hasta la próxima
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