domingo, 2 de octubre de 2011

Peronismo Marxiano


Días pasados, para variar entre mate y mate, charlaba yo con algunos compañeros del palo acerca de las bondades del modelo, la militancia, la oposición y las muy próximas elecciones que ganará “la yegua” cuando llegamos a ese inevitable momento donde nos exigimos mutuamente una definición respecto de cómo nos vemos a nosotros mismos, como definimos concretamente nuestra filiación política. Pero esa definición para adentro, para los compañeros muy compañeros, para los amigos no para la gilada.

Ud puede detenerse aquì y pasar a otro blog o hacer click para seguir leyendo y tener que soportar una larga y tediosa disgresiòn. Yo le avisè. Ud decide.

 Pues allí comenzaron a aparecer esas zonas grises que terminan siendo implacables.
Cada uno de los “zurditos” (*) que allí nos juntamos muestra la cédula y se sincera. Surgen entonces esas categorías vagas, las más de las veces carentes de un significado verdaderamente útil para la militancia y la gilada en general y sì para otras hegemonìas.
 Comienza a desfilar ante nuestros ojos todo un zoológico de especímenes K de las más diversas características que van desde rancios kirchneristas puros de paladar negro, pasando por peronistas de izquierda neo-K`s, neo K`s ex - troscos, neo K`s ex – PCs, PCCEs apoyadores del modelo, kirchneristas ex PI`s, socialistas adscriptos al modelo nac&pop, hasta el muy vago e indefinido “progreK” sin filiación alguna, todos ellos subidos al colectivo Néstor 2003 – Cristina 2011 y bienvenidos sean todos ellos.

La realpolitik y los sujetos históricos allí, con patas y todo corporizados en una vereda del barrio de Paternal. Todos, sin dudarlo, junto con los peronistas no-K pero ahora sì, dentro del inminente 60% de Octubre pròximo. (¿será para tanto?)

Ahora bien, dejando de lado a los cuasi menores de edad recién destetados en 2010 cuando fueron a despedir al flaco y se tropezaron con su mito y que a la sazón, en mi imaginario, son los únicos a los que se les podría perdonar eso de definirse Kirchneristas a secas, todos los demás tenemos historia. A no hacerse los giles que para nosotros los que no nos cocinamos en el primer hervor, es obligatorio mostrar certificado de vacunaciòn.

Es entonces, que noto entre éstos últimos (todos "zurditos") un fantasma brumoso peludo, con tufillo goriloide y antipopular que toma asiento y nos mira sonriente. Cuando lo señalo y les pregunto por el nuevo integrante del grupo todos niegan fervorosamente su presencia evidente.

Es que ninguno de ellos se reconoce “peronista a secas". En el mejor de los casos les da como vergüenza y si no manifiestan directamente una especie de asquito por verse incluidos en ese colectivo. Y lo que es peor ninguno te acepta a vos como “peronista a secas" cuando reconocen tu pasado imberbe y tendencioso.

- Pero no che, còmo decìs eso si vos sos de izquierda - te señalan - y si no decís que sos de izquierda te confunden con Duhalde o con Barrionuevo o el Momo - y aseguran - yo no puedo sentir que estoy al lado de esa clase de gente. Nunca voy a estar con un Giogia o compartir un congreso partidario con alguno de los Rodríguez Saa o con un Soria. Apenas si me banco al Felipe Merluza regresando con la frente marchita y si viviera en provincia no sé si voto a Scioli con ese penitenciario que tiene de ministro de seguridad . Para mí sería Sabatella el número puesto. Vos no sos “peronista” a secas, ¡si vos sos marxista che!.

Y sigue la charla sin que nadie repare que "ser de izquierda" te coloca tambièn al lado de lo "antipopular", al lado de la SRA, al lado de la iglesia y al lado de los imperios (antes y ahora).
 Ser de izquierda es estar con los que igualan Macri= Cristina en la facultad. Ser de izquierda es gritar como marrano si se muere un chico en tucumàn pero cerrar la boca cuando los datos duros muestran que la mortalidad infantil y la pobreza en todo el paìs caen y la alfabetizaciòn sube. Ser de izquierda es formar con la resistencia campestre del payaso de Biolcatti o charlar amigablemente en TV con Grondona o el Joaco. Ser de izquierda es zapatear sobre la mesa del consejo directivo de la facultad ante el consejo en pleno para reclamar por una pileta de nataciòn con personal trainners para los alumnos. Pienso y callo: - Zapatero y Papadòpulos son "de izquierda" y yo no estoy con elos ni cerca. Binner y Altamira son "de izquierda" y nunca estarìa con ellos. Stalin y Codovilla eran de izquierda y yo no me los banco ahora ni me los bancaba antes. Son solo algunos ejemplos.
De modo que me niego rotundamente a considerarme y a que me consideren "de izquierda". Ser "de izquierda" me parece una categorìa pedorra, pusilànime y vacìa

Ya no callo. Lo digo ante quien quiera oir.
Soy peronista y me hago cargo de ello.
Hijo de un hogar izquierdista golpista antiperonista del `55, a los 17 años, me di cuenta que el peronismo era el camino para nuestra sociedad.

Claro que soy peronista pero tambièn soy marxista porque lo cortès no quita lo valiente decìa mi abuela que no terminò la primaria. Aunque tal vez sea un "marxiano" claro.
Reconocerse marxista no opuesto a ser peronista. Lo uno herramienta teòrica para el anàlisis lo otro herramienta pràctica para la implementaciòn.
Y reconocerse peronista no significa tener necesariamente que abandonar la adscripción al marxismo en tanto poderosa (y por ahora irremediablemente única) herramienta de análisis de la realidad histórica, política y económica. La cuestión es que los tiempos cambian, las dinámicas sociales son eso, “dinámicas”, y las categorías para la comunicación y el análisis deben resignificarse en cada coordenada histórica. Eso es la batalla cultural y no 678 o discutir con los foristas de LONL.

Al respecto, el historiador “marxiano”, Eric Hobsbawm reanaliza en “Como cambiar el mundo” a un Marx y a un marxismo desde su lugar en el siglo XXI, desde una posición mas distensionada una vez éste ha sido desposeído el terrible peso del “deber ser” vanguardia política esclarecida y en muchos casos partido de gobierno, a partir de la desaparición de la URSS y la reconversión al sistema capitalista de las republicas socialistas de Europa del Este, hecho que nos abrió las puertas a un nuevo orden ( o desorden) mundial unipolar con una potencia dominante en clara decadencia.

Tenemos asì a un Marx liberado ya de los estigmas que fueron la voz y los actos de los innumerables portaestandartes autodesignados que desde finales del siglo XIX y durante prácticamente todo el siglo XX se apropiaron y colonizaron su discurso para tratar así de encontrar justificación a sus propias praxis política y a sus propios desarrollos teóricos específicos que las mas de las veces distaban mucho de los que Marx y el marxismo era, es y seguramente podrá ser, y se acercaban más a las necesidades coyunturales de dichos portaestandartes.

En el Capítulo I, al final del apartado “Marx hoy” y reconociendo los datos duros de la historia reciente Eric Hobsbawm señala:
 Sin embargo hay una serie de características esenciales del análisis de Marx que siguen siendo válidas y relevantes. 

La primera, obviamente es el análisis de la irresistible dinámica global del desarrollo económico capitalista y su capacidad de destruir todo lo anterior, incluyendo también aquellos aspectos de la herencia del pasado humano de los que se benefició el capitalismo, como por ejemplo las estructuras familiares. 

La segunda es el análisis del mecanismo de crecimiento capitalista mediante la generación de “contradicciones” internas: interminables arrebatos de tensiones y resoluciones temporales, crecimiento abocado a la crisis y al cambio, todos produciendo concentración económica en una economía cada vez más globalizada.” 

La tercera característica es mejor ponerla en palabras de sir John Hicks, galardonado con el Premio Nobel de economía. “La mayoría de aquellos que desean establecer el curso general de la historia”, escribió, “utilizarían las categorías marxistas o un versión modificada de las mismas, puesto que hay pocas versiones alternativas disponibles” 
 Y finaliza agregando a su reflexión lo siguiente 
No podemos prever las soluciones de los problemas a los que se enfrenta el mundo en el siglo XXI, pero para que haya alguna posibilidad de éxito deben plantearse las preguntas de Marx, aunque no se quieran aceptar las diferentes respuestas de sus discípulos. 
Hasta la pròxima

(*) “zurdito”: Así definían coloquialmente los oficiales del EA en los 70`s, a cualquier persona que sus jefes le señalaran como “el peligroso enemigo subversivo” a aniquilar. Y lo hacían.  Hoy dicha asepciòn y la costumbre conexa han caìdo en deshuso y es reemplazada por otras mas cool (leer aquì)

1 comentario:

El Canilla dijo...

Je...
Vamos con el viejo barbudo , el tano y los franchutes para entender las herramientas de análisis. Yo últimamente lo leo a Sader para buscar herramientas de transformación. El gordo Cooke la tenía clara.

Abuelas de la Plaza