miércoles, 1 de febrero de 2012

Chau maestro

Se murió el viejo y ¿saben qué? me da mucha bronca. Yo había aprendido a quererlo. Ahora aprenderé a extrañarlo.

Es que el tipo era muy grande. Grande arriba del escenario y grande abajo.

Fue uno de eso tipos que con sus trabajos hacía que uno mantuviera la secreta esperanza de que la vida, aún así como es absurda y caótica, tenía algún sentido.

Tanto discutía con sus tía acerca de Lorca como con Lorca acerca de su tía como con vos acerca de Lorca y su tía y mientras tanto mostraba como era eso de hacer teatro, es decir eso de vivir.

Lo vi en sus "Bodas de sangre" allá en el sótano del Celcit. Me quedé con ganas de más.

Hasta la próxima maestro.

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